El pasado 25 de marzo, profesores y estudiantes de Ingeniería Civil FI-UNAM realizaron una visita de reconocimiento al municipio de Concepción Buenavista, Oaxaca, con el fin de encontrar una solución para el desabasto de agua que sufre la comunidad.
Este municipio de 800 habitantes se localiza en la Región de la Mixteca Alta en el noreste del estado de Oaxaca. Con una superficie de 223 km² y un clima templado, frío y cálido, cerca del 50 por ciento del terreno se usa para siembra de temporal; sin embargo, la vegetación es semidesértica en las partes planas que son propicias para el cultivo, y la lluvia es escasa.
Concepción Buenavista se suma a las comunidades del país que sufren problemas de desabasto de agua, lo cual impacta directamente en sus actividades económicas y sociales ya que muchos de los jóvenes han dejado el municipio porque éste no cuenta con los recursos hídricos y económicos necesarios para vivir de manera digna.
Esta situación llevó a la presidencia municipal a contactar a profesores de la UNAM para juntos encontrar una solución y así rescatar el poblado. La FI-UNAM respondió con entusiasmo mediante un grupo de estudiantes de Ingeniería Civil dirigidos por los profesores Ana Carrera Aguilar y Rodrigo Sepúlveda Hirose, acompañados por el experto ingeniero geofísico Ulisses Solana Mejía, quienes realizaron la primera visita de reconocimiento al municipio.
Con el fin de conocer a fondo el sistema de red de distribución de agua potable, catalogado como obsoleto por parte del Ayuntamiento porque nunca entró en operación, el grupo ubicó e inspeccionó los dos pozos someros con los que se abastece el municipio, de los cuales se desconoce el gasto de extracción y la capacidad de recarga: cada 3 ó 4 días el agua es bombeada, sin ningún tipo de potabilización, a los tanques de distribución y una vez llenos son "desinfectados" con hipoclorito de sodio para posteriormente hacer la distribución con pipas.
Otra actividad del grupo fue la localización de los terrenos donde hay agua. Aunque en 2009 se perforó un pozo (80 metros de profundidad), no se ha extraído liquido por estar en propiedad privada, sin embargo, si se determina que el terreno cuenta con un acuífero recargable, el Ayuntamiento podría valorar su adquisición y el equipo de la FI buscaría alternativas para el abastecimiento de agua a la comunidad. También se localizó un "ojo de agua" como una opción viable. Dado que el municipio no cuenta con los recursos económicos para desarrollar la infraestructura necesaria, habrá que recurrir a Conagua o alguna otra institución federal o estatal.
Asimismo, existe un pequeño río que corre junto al municipio, del cual no es posible del todo obtener agua, a través de una galería filtrante, porque el gasto del río no es constante ni abundante y por atravesar el poblado de Tepelmeme la calidad del agua disminuye drásticamente debido a descargas de aguas residuales. Por otra parte, el dique que contenía el agua a la altura del pozo sufrió una fractura hace un par de meses, lo que repercute de manera directa en la carga de presión evitando que el agua se eleve para su distribución y quede estancada.
"Al llegar al lugar las personas del pueblo nos dieron asilo; después de 5 horas de viaje necesitábamos usar el sanitario y nos percatamos que los anfitriones tuvieron que ir a buscar cubetas con agua no tan limpia, para que nosotros pudiéramos atender nuestras necesidades". "El lugar es bonito, pero tiene tantos problemas. Ojalá encontremos agua", fueron algunos de los comentarios de los estudiantes.
Como se mencionó, la comunidad no cuenta con los recursos para financiar esta búsqueda de agua ni para echar a andar el proyecto, por lo que la Facultad de Ingeniería impulsa otra forma de apoyo: un servicio social comunitario a poblaciones marginadas. Así, la Universidad cumple con su función social y obtiene temas con aplicación práctica, para tesis o trabajos de investigación, a la par que contribuye a la fundamentación de los proyectos para que las comunidades obtengan recursos por parte de las instituciones gubernamentales.
Profesores y alumnos, conscientes de que no depende de ellos encontrar agua, conservan la esperanza y un gran entusiasmo por aportar un granito de arena a esta comunidad oaxaqueña.
