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Vida Académica
2017-06-13
Club de debate en la FI
Desarrolla tus habilidades verbales, sociales y argumentativas mientras te diviertes con tus compañeros.
Por: Diana Baca
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Diego Delmar Camarena y Emilia Valverde Martínez

Diego Delmar Camarena y Emilia Valverde Martínez, estudiantes de Ingeniería Mecánica e Industrial, respectivamente, encabezan el Club de Debate de la FI, con apoyo de la División de Ciencias Sociales y Humanidades (DSCyH).

Esta agrupación estudiantil que comenzó sus labores en 2015 con un número reducido de miembros, ha participado en el Campeonato Nacional de Debate, en Jalisco, y en el Torneo Universitario de Debate, en el ITAM, donde, en abril pasado, consiguieron el primer puesto.

El Club nació con la idea de tener un espacio para intercambiar ideas, hablar en público y mejorar las habilidades comunicativas y sociales, tan requeridas en el campo laboral.

"Creemos que en la Facultad hay mucho potencial, gente preparada que defiende bien sus ideas, lo que es muy útil en el debate", indica Diego, presidente y fundador del Club, y agrega que el mejor escenario para practicar es la vida diaria: "al menos en mi familia siempre estamos intercambiando puntos de vista y eso me ha servido de práctica".

Los integrantes del Club se reúnen los sábados de 11 a 14 horas para ensayar ejercicios de soltura, revisar los tipos de falacias y practicar con el formato de debate parlamento británico, que consiste el enfrentamiento de dos equipos, Gobierno y Oposición, cada uno con cuatro integrantes, divididos en Cámara Alta (con el líder y el segundo orador) y Cámara Baja (el extensionista y el látigo).

El primero en tomar la palabra es el líder del Gobierno: contextualiza el tema, da a conocer el estado de la cuestión, define los conceptos a utilizar y enuncia y desarrolla sus argumentos. Enseguida, el líder de la oposición objeta o acepta las definiciones presentadas, refuta los argumentos y presenta los propios.

Continúan de forma alternada los segundos oradores, que refutan a los antecesores, apoyan los argumentos de su equipo y desarrollan otros; los extensionistas alargan el debate por medio de un argumento nuevo. Finalmente, los oradores de cierre presentan los puntos de choque más importantes del debate y con esto demuestran la superioridad de su equipo; cada orador tiene siete minutos en los que puede ser interrumpido por cuestionamientos del contrario.

El motivo por el que eligieron este modelo fue su adaptabilidad a diversos temas y escenarios, fácil manejo y que no requiere de investigación exhaustiva previa, como en el caso del debate político, por ejemplo.

En este formato, la moción (tema) y la posición se anuncian quince minutos antes de comenzar el debate. "Es emocionante porque prácticamente tenemos que improvisar. En ese momento también nos enteramos si vamos a estar del lado de la Oposición o del Gobierno, por lo que los saberes previos, el criterio personal y la capacidad de adaptarse rápidamente al tema son determinantes", afirma Delmar.

Al respecto, Emilia abunda: "la intención del debate es su aplicación a la vida cotidiana, no sólo para ir argumentando con todo mundo, sino para situaciones concretas, como una entrevista de trabajo, en la que tienes poco tiempo para pensar tus respuestas".

Las competencias, afirman, les proporcionan un gran aprendizaje por la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos con gran empeño ya que representan su Universidad.

Consideran que su estilo no está determinado por una formación técnica en oratoria y retórica ya que suelen utilizar un lenguaje coloquial, que resulta en mayor cercanía y franqueza, además de analogías y metáforas comunes que lo hacen divertido y fresco: "Esa combinación nos aleja del estilo acartonado, ensayado y prefabricado de otros concursantes".

Defender una postura en la que no cree es para Emilia la parte más interesante del debate: "Sirve para tener mayor empatía y tolerancia al aceptar argumentos contrarios a las creencias personales y ponerse en los zapatos del otro".

Finalmente, opinan que el Club trata de subsanar la carencia en la UNAM de un grupo representativo de debate, y hacen votos para que aumente el alumnado interesado en esta disciplina.