El 29 de agosto fue un día de un engañoso sol con un calor que caía a plomo; en el conjunto sur, el anexo de Ingeniería, la gente que estaba dentro del Auditorio Sotero Prieto revisaba los relojes de pulsera y de su celular para ver cuando empezaba el concierto.

Los integrantes de la Tuna se vestían rápidamente, sobre todo los que llegaban con premura por los problemas del transporte, resultado de las lluvias.

Y por fin, llegó el instante esperado: atronaron al unísono voces, guitarras, panderos, mandolinas; Paleotunos y tunos nuevos bajando por las escaleras centrales del recinto iniciaron tocando su repertorio clásico.

Presenciamos una gala con gran éxito y asistencia; entre bromas, canciones y chistes el concierto fue sucediendo, la Tuna de la Facultad de Ingeniería celebraba doble: sus 50 años de existencia y de tocar ininterrumpidamente para beneplácito de la FI, de México y otros países donde son muy queridos, y también las cinco décadas de la División de Ciencias Sociales y Humanidades promoviendo la cultura en la FI y de la FI.

Mi última fotografía del día fue el Auditorio Sotero Prieto lleno de público, buena vibra y mucha música. Salimos bajo la lluvia dejando atrás la algarabía. Resguardé la cámara fotográfica llena de imágenes y alegría.