Con la finalidad de generar un espacio de reflexión en el que la comunidad de la Facultad de Ingeniería plasmara sus ideas y propuestas sobre la forma de transformar positivamente los estereotipos que prevalecen en torno a las relaciones de género, la Coordinación de Planeación y Desarrollo realizó la actividad lúdica de interacción con los estudiantes denominada Equidad asertiva. El camino para superar mitos y aprovechar oportunidades, en la Torre de Ciencias Básicas, el pasado 12 de septiembre, en el marco de las acciones promovidas por la Comisión Especial de Género del Consejo Universitario.

La actividad consistió en la instalación de un módulo en el que se invitó a los estudiantes a plasmar su opinión sobre diez frases de corte sexista que se suelen escuchar o reproducir en el entorno cotidiano, ya sea en las papeletas que contenían un breve cuestionario elaborado para tal fin o ante el micrófono. En total, participaron 403 estudiantes, de los cuales 206 se identificaron como género masculino, 78 femenino y el resto no respondió: el 90 por ciento dijo estar en contra del empleo de las diez frases, 9 se manifestó a favor y el 1 por ciento condicionó estar a favor o en contra dependiendo de la situación.

A partir del análisis de la información se observó que los estudiantes con una postura en contra del empleo de estas frases coincidieron en señalar que en ellas se reproducen prejuicios o ideas anquilosadas, dañinas y absurdas, reflejo de un pensamiento machista, despectivo e intolerante, asociado a sentimientos negativos (envidia, complejo de superioridad) que subyacen en las personas que las usan denigrando al otro. Asimismo, las reconocen como frases que forman parte del lenguaje popular y que han pasado de generación en generación, por lo que sugieren ofrecer y reforzar la educación emocional en las escuelas y en las familias.

En cuanto a los estudiantes que se manifestaron a favor del empleo de las frases en ocasiones recurrieron a términos o adjetivos de carácter peyorativo para expresar sus opiniones: "Los hombres que chillan son muy maricas", "hay mujeres que no se ponen locas en sus días", "a los que gritan como nena prefiero decirles mediocres, aunque también se les puede decir no seas delicado o grita fuerte".

Además, escribieron: "Si las mujeres piden igualdad deben atenerse a las consecuencias", "la mayoría de las mujeres no sabe conducir ni estacionarse de manera adecuada", "hay mujeres que pueden usar de pretexto su menstruación para no afrontar ciertas situaciones", "los hombres salen con varias mujeres y son campeones", "las mujeres buscan carreras sencillas", "las mujeres se ven mal saliendo con varios, como dice un dicho Cerradura abierta por más de una llave no sirve", "las mujeres han aprovechado su género como ventaja en muchos aspectos y los hombres abusan en ocasiones de la necesidad de las mujeres".

Al compartir anécdotas más específicas, tres alumnas manifestaron que en el tiempo que han pasado en la Facultad, algunos de sus compañeros, e incluso uno que otro profesor, han insinuado que como mujeres son "débiles" y no tienen la capacidad suficiente para estudiar o trabajar en una carrera de ingeniería. Por otra parte, cuatro alumnos consideraron que algunos profesores otorgan privilegios a sus compañeras por el hecho de ser mujeres, como ser más condescendientes con las calificaciones, y que, en general, la sociedad actual sobreprotege a las mujeres.

El conjunto de opiniones y anécdotas compartidas por los estudiantes es una muestra de que en las instituciones educativas, como la Facultad de Ingeniería, se requiere seguir realizando esfuerzos continuos por promover una cultura de equidad de género a través de talleres o conferencias, con la finalidad de propiciar cambios en la mentalidad de aquellos miembros de nuestra comunidad en los que, por su forma de expresarse, sabemos que aún persisten actitudes discriminatorias y estereotipos en materia de género.

En específico, para frenar el uso cotidiano de expresiones, comentarios o frases sexistas, se recomienda, como un primer paso, aprender a identificarlas para evitar normalizarlas, esto es, dejar de reproducirlas o reírse de ellas. Por otro lado, al emitir un comentario, es importante no recurrir a las generalizaciones de género para descalificar o asignar un determinado comportamiento a mujeres o a hombres y descartar el recurso del humor para ridiculizar o menospreciar.