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Vida Académica
2017-11-07
Equidad asertiva
Martha Páramo ofrece conclusiones sobre la participación estudiantil de la FI en actividad sobre equidad.
Por: Coordinación de Planeación y Desarrollo
Fotografía: Internet
Comunicafi
Dra. Martha Páramo

Con la intención de sensibilizar a la comunidad de la Facultad de Ingeniería sobre los aspectos en los que se debe trabajar para lograr el equilibrio en las relaciones entre hombres y mujeres en aras del bienestar común, a continuación se presenta la entrevista realizada a la doctora Martha Páramo Riestra, especialista en psicología y coordinadora de Escuelas en Red de la Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios (DGIRE), sobre los resultados derivados de la actividad Equidad asertiva. El camino para superar mitos y aprovechar oportunidades, organizada por la Coordinación de Planeación y Desarrollo el pasado 12 de septiembre en la planta baja de la Torre de Ciencias Básicas.

—¿Qué debemos entender por "equidad de género"?, ¿actualmente existe en nuestra sociedad? —La equidad de género se entiende como los derechos y obligaciones que tenemos tanto los hombres como las mujeres independientemente de nuestras diferencias; y aunque desde muchos sectores se trabaja en la equidad de género, actualmente existen muchas áreas de oportunidad.

—En el entorno cotidiano, tanto hombres como mujeres llegan a emplear frases que reflejan estereotipos, prejuicios y posiciones respecto a los roles de género, ¿qué sucede cuando se utilizan o reproducen frases como las que nos sirvieron de ejercicio de reflexión con los estudiantes de la Facultad de Ingeniería? —Se naturalizan y legitiman, por ello es muy importante reflexionar sobre todos aquellos dichos o frases populares que dejan ver los prejuicios; no podemos olvidar que los prejuicios están soportados en la ignorancia y la reflexión es un antídoto contra la estupidez.

—En general ¿qué percepción le dejan los comentarios y participaciones de la comunidad estudiantil de la Facultad de Ingeniería en esta actividad?, ¿se podría plantear alguna hipótesis sobre cómo perciben los estudiantes la equidad de género en esta entidad? —Lo que deja en claro la encuesta es que aún falta mucho por hacer, pero sin duda, el avance que se ha alcanzado en materia de equidad de género es muy significativa. Será muy interesante proyectar ésta investigación en el mediano y largo plazos.

—¿Cuál es su opinión sobre los comentarios que los estudiantes expresaron a favor y en contra del empleo de las frases?, ¿qué ideas llamaron su atención de manera particular? —Existe lo que se denomina la misoginia internalizada, en la que tanto hombres como mujeres tenemos actitudes y pensamientos misóginos, porque lo aprendimos en la familia desde muy pequeños: desde el vínculo con nuestros padres y a través de los procesos de socialización.

En nuestro país ser hombre está asociado con ser macho; con decirle a la mujer lo que tiene que hacer; con tener muchas mujeres e hijos; con piropear a una mujer y voltear a verle el trasero. Ese tipo de hombres -esos hijos de su madre-, porque eso es lo que son, son individuos con mucha madre y con poco padre, es decir, cuentan con una figura materna muy fuerte y con la cual han creado dependencias, y un padre con una función parental deficiente o defectuosa.

Esa madre grandiosa que tenemos muchos mexicanos y mexicanas favorece que se perpetúe el machismo, ya que la madre sutilmente prohíbe a su hombre entrar a la construcción de un vínculo amoroso en el que prevalezca la igualdad y el respeto con otra mujer que no sea ella. El hijo generalmente se convierte en el hombre de su madre, a falta de un hombre sólido en su vida, como pareja o como padre. Y en familia el hombre de su madre, con anuencia y en complicidad con la madre, maltrata a las otras mujeres: las hermanas, las compañeras de clase, las amigas, la pareja.

Por ello necesitamos una nueva cultura familiar y particularmente una cultura de la parentalidad que permita replantearnos nuevas formas de masculinidades y feminidades: hombres y mujeres rompiendo las dependencias, las lealtades invisibles con los mandatos familiares, con aquellos atavismos que impulsan a los hombres al maltrato, y a las mujeres a someternos y sacrificarnos en aras de nuestra pareja e hijos.