Durante el periodo festivo de Día de Muertos, la UNAM, en sus diversos planteles e instalaciones, llevó a cabo homenajes, ofrendas y celebraciones para festejar nuestra tradición.

La más famosa por sus dimensiones, la Megaofrenda UNAM, la organiza la Dirección General de Atención a la Comunidad: en su vigésima edición estuvo dedicada al muralista Diego Rivera y se efectuó por segunda ocasión en la Plaza de Santo Domingo, Antiguo Barrio Universitario, abierta al público del 27 de octubre al 2 de noviembre.

Como estudiante de la Facultad de Ingeniería me di a la tarea de buscar la ofrenda representativa de mi plantel, y que con mucho esmero y dedicación realizan profesores de la División de Ciencias Sociales y Humanidades además de la valiosa ayuda de sus alumnos para darle siempre el toque distintivo de los ingenieros.

Disfruté y admiré los maravillosos trabajos de otras entidades universitarias, como la Facultad de Artes y Diseño, y la Escuela Nacional Preparatoria. En ellos se representaban los elementos fundamentales de una tradicional ofrenda mexicana y se exaltaron los valores de nuestra casa de estudios. Resaltaron detalles del estilo de Diego Rivera, como los alcatraces, alegorías en su tipografía, los colores y los trazos presentes en su repertorio, que sirvieron de cimiento para marcar el estilo artístico de la Megaofrenda 2017.

Desfile en la Ciudad

El sábado 28 de octubre, el gobierno de la CDMX organizó un desfile de ofrendas móviles espectacular que inició su recorrido por las calles principales del Centro Histórico partiendo de la Estela de Luz hacia Paseo de la Reforma, para después tomar Avenida Juárez y 5 de Mayo hasta su destino final en la plancha del Zócalo capitalino.

Esta procesión estuvo llena de color y energía: la infalible catrina, el papel picado y la flor de cempasúchil que adornan y marcan el camino de nuestros fieles difuntos hacia el altar,y por supuesto, personajes de calaveras de azúcar, con máscaras de confitería y de gigantes cráneos de chocolate.

En todo momento pudo apreciarse el esfuerzo y dedicación de los participantes caracterizados que bailaban y saludaban al público, así como de las colosales figuras de alebrijes, calaveras, catrinas y esqueletos de xoloescuincles, que los artistas creadores movían y desplazaban alrededor del viaje para darles dinámica, logrando con ello la idea de la vida después de la muerte.

Para mí el día de muertos es una de las celebraciones más importantes y emblemáticas de nuestra cultura, que es apreciada a nivel mundial y que al provenir desde tiempos prehispánicos caracteriza a nuestro pueblo desde las raíces; es una fiesta que une a las familias y recuerda a los seres queridos que nos han dejado con el paso del tiempo, una celebración imperdible para todo aquel que quiera empaparse con la cultura mexicana y un tiempo de reflexión que invita a la reunión y a la convivencia de amigos y familia.