El acueducto Xochimilco-México, los estadios Heriberto Jara Corona de Jalapa y el Olímpico de la Ciudad de los Deportes, así como la Plaza de Toros México son obras monumentales de ingeniería que tienen algo en común: fueron construidas en la primera mitad del siglo XX y proyectadas por uno de los ingenieros civiles más destacados de esa época: Modesto C. Rolland, egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros (ENI) en 1905 y considerado, por la Cámara Nacional del Cemento desde 1962, uno de los pioneros de introducir el uso del concreto armado en México.
Con el fin de reconocer la labor de este destacado personaje, la Facultad de Ingeniería, a través de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, realizó, el pasado 9 de noviembre en el Auditorio Raúl J. Marsal, la presentación del libro biográfico Modesto C. Rolland, Constructor del México Moderno, del ingeniero Jorge Modesto Rolland Constantine, nieto del ilustre ingeniero sudcaliforniano.
Jorge M. Rolland explicó que recopilar la información sobre la vida y vasta obra del reconocido ingeniero le llevó seis años de búsqueda de materiales para poder integrar esta publicación que aborda los primeros años de su abuelo en la Ciudad de México, sus estudios en la ENI, sus investigaciones sobre el concreto armado, su participación en la política, la docencia y literatura, y los reconocimientos por sus contribuciones en las construcciones con concreto armado.
Sus obras le dieron al México de principios del siglo XX una imagen cosmopolita y moderna, y causaron gran estupor entre los especialistas y público por la innovación aplicada, como el estadio Heriberto Jara Corona con el primer techo volado de concreto de grandes dimensiones del país (3 mil metros cuadrados sobre la mitad del graderío) o la Plaza de Toros México, que se concluyó en sólo seis meses con una gradería abajo del nivel de calle, conformada de 22 mil asientos prefabricados de concreto, considerada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid un notable antecedente técnico en el mundo.
Cabe destacar que durante la Revolución Mexicana el ingeniero Modesto C. Rolland trabajó junto con Carranza, Obregón, Alvarado y muchos otros, en cargos que influyeron en el desarrollo del país. "Su vida es inspiración y ejemplo de tenacidad, perseverancia y pasión; llegó a la Ciudad de México sin más apoyo que su capacidad y se forjó su propio porvenir, alcanzó tanto prestigio que fue reconocido por presidentes, grandes ingenieros y escritores. Este texto resultará alentador para los jóvenes y les permitirá darse cuenta de que con su esfuerzo pueden lograr el éxito, basta tener el empeño y el carácter para hacer lo que uno piensa", expresó.
Agregó que su abuelo fue de los que engrandecieron por mucho tiempo a la ingeniería mexicana, estancada en los últimos años porque los puestos exclusivos para ingenieros del país hoy han sido ocupados por extranjeros: "Las nuevas generaciones deben prepararse y luchar por recuperar las posiciones que les corresponden, y buscar que sean reconocidas nuevamente sus capacidades, mediante su trabajo, dedicación y ética profesional. Es necesario que juntos fortalezcamos a nuestros ingenieros", puntualizó.
En el evento estuvieron presentes los ingenieros Gonzalo López de Haro, secretario general de la FI; los maestros Germán López Rincón, y Claudia Loreto Miranda, titulares de las divisiones de Ingenierías Civil y Geomática, y de Ciencias Sociales y Humanidades, respectivamente, así como profesores y alumnos.
