Arístides García Reyes y Noé Lozano Hernández, alumnos de octavo semestre de Ingeniería Petrolera, y Luis Carlos Valverde Agustín, de noveno de Ingeniería Industrial, crearon un robot sumergible para limpieza de cisternas cuya implementación podría significar un ahorro de hasta el 95 por ciento del agua que se desperdicia en el modo tradicional de realizar dicha tarea.

Con el apoyo de la incubadora InnovaUNAM, los jóvenes fundaron la empresa Batial, que ofrece servicios para las cisternas del sector hotelero, uno de los que ocupa mayor cantidad de agua, con un desperdicio estimado de 43 mil litros por cada limpieza.

Con su proyecto, los estudiantes se hicieron acreedores al premio Innovación Sustentable de la cadena hotelera City Express, con la cual firmaron su primer contrato como proveedores, por lo que la incipiente empresa comenzará a trabajar a finales de febrero.

El principal atractivo del robot es la sustentabilidad, que supone el ahorro de una enorme cantidad de agua y de recursos económicos, si bien el costo del servicio no variaría demasiado con respecto a una limpieza tradicional. Otra ventaja es la de ofrecer una opción más segura a una tarea que tiene cierto riesgo para los buzos que la realizan actualmente.

La iniciativa de los estudiantes surgió de su convivencia en diversas clases en la FI donde descubrieron que hacían buen equipo y decidieron emprender un proyecto juntos: "queríamos un grupo multidisciplinario, que cada quien aportara conocimiento de su carrera. Por mi parte, al ser industrial manejo muchas cuestiones de desarrollo empresarial, administración, o de modelo de negocios", comenta Luis.

Su proyecto ha evolucionado a lo largo de tres años desde que participaron en el concurso Diseño y Construcción de Modelos y Prototipos de la División de Ciencias Básicas. Posteriormente probaron suerte en el Concurso Emprendedores de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería con la idea de un negocio que utilizara un robot para plataformas petroleras.

Sin embargo, colocar su producto en ese sector resultó inviable, por lo que buscaron otras alternativas. Durante la incubación en InnovaUNAM realizaron un estudio de mercado y, tras descartar la limpieza de albercas por existir demasiada oferta, adaptaron el robot para limpiar cisternas.

En un primer momento determinaron centrar su modelo de negocios en la industria hotelera y el sector corporativo: "Queríamos atender cualquier edificio con cisternas, pero optamos por los que hacen la limpieza más seguido, con cisternas más grandes y que desperdician más agua", explica Arístides.

Batial comenzará a dar servicio de inspección y en un par de meses a realizar limpiezas. Posteriormente, el equipo proyecta expandir su mercado a casa habitación, lo cual requeriría adaptar el robot para lidiar con la suciedad y cuerpos extraños que pueden encontrarse en cisternas que no reciben mantenimiento rutinariamente.

Los estudiantes se muestran satisfechos con sus logros: "Estamos convencidos de que nuestra propuesta funciona y que llama la atención. Vamos por buen camino y será cuestión de tiempo para que aumentemos el número de clientes porque a partir de City Express otras empresas dedicadas al turismo se van a interesar", comenta Noé.

La Facultad de Ingeniería y la Universidad, opinan, les dan a los estudiantes buenas bases con la teoría, además de hacerles conocer su ambiente y gente con la que pueden trabajar, y ayudarlos a emprender algo propio: "Yo les diría a mis compañeros que se animen, que puede ser difícil, pero que no se dejen caer. Estudiar y trabajar en un proyecto al mismo tiempo vale la pena. A veces pasamos muchas horas libres en la Facultad que pudiéramos estar dedicando a algo más", explica Arístides.

Por su parte Noé insta a los jóvenes a ser persistentes: "A los que ya lo han intentado y, como nosotros, en una primera ocasión, segunda o tercera o más no obtienen algo que los motive, no se desanimen, esforzándose tarde o temprano algo llegará". "No tienen nada que perder y sí mucho que ganar", agrega Luis.