La III Jornada de Investigación en Sistemas Biomédicos durante el cierre, el pasado 20 de abril en el Auditorio Sotero Prieto, tuvo como ponente al maestro Raúl Martínez Memije, del Departamento de Instrumentación Electromecánica del Instituto Nacional de Cardiología, quien presentó algunas de las líneas de interés en las que están concentrando sus esfuerzos: instrumentación biomédica, adquisición y procesamiento digital de señales fisiológicas, análisis de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, mediciones no invasivas, instrumentación computarizada, comunicación inalámbrica, y aplicación de redes neuronales.

Como resultado de las investigaciones, detalló, se ha logrado el desarrollo de un polígrafo portátil (funciona con Windows y no requiere de hardware adicional), un electrocardiógrafo de 12 derivaciones con tecnología Bluetooth y que evolucionó hacia los dispositivos celulares con Android, además de la publicación de artículos e incluso una patente.

En la última conferencia de la Jornada, la ingeniera Samantha Mendoza, de la Secretaría de Salud del estado de Hidalgo, compartió con los estudiantes los retos de la ingeniería clínica en el sector público. Relató que, a raíz de participar en el Clúster de Dispositivos Médicos, Sistemas de Salud e Innovación de la Organización Mundial de la Salud, sintió la necesidad de contribuir a mejorar la situación de las instituciones en México mediante un proceso de inventariar y pulir los hospitales ya existentes para luego construir los faltantes con los servicios que realmente requieren los usuarios.

El ingeniero clínico sirve como apoyo a los cuidados del paciente al aplicar conocimientos que van desde la tecnología a los procesos operativos, es decir, evitar que el gasto destinado al sector hospitalario sea empleado de manera deficiente, ayudar a que se tenga acceso al tratamiento adecuado y asegurar el mantenimiento de las normas y regulaciones.

Respecto a los problemas principales que enfrenta la Secretaría de Salud en el área que atiende, pero que podrían ser escalables a todo el país, Samantha Mendoza consideró que el primero para los ingenieros biomédicos es conocer todas las partes que la forman y familiarizarse con su logística interna. A partir de ahí se debe lidiar con la infraestructura, el equipamiento, la incorrecta inversión financiera, la seguridad del paciente, el abasto de medicamentos y el déficit de recursos humanos, entre otros aspectos.

Para corregir la situación y antes de seguir abriendo más hospitales, se deben tomar en cuenta las necesidades epidemiológicas, la densidad poblacional, el análisis costo-beneficio y la viabilidad geográfica, rubros en los que pueden incidir de forma interdisciplinaria los ingenieros para generar los programas médico, arquitectónico y de equipamiento, y a los que se suman los de recursos humanos, de insumos y operativo.

Para finalizar, destacó la importancia de que los ingenieros biomédicos trabajen fuera de la Ciudad de México para fortalecer los sistemas de salud de todo el país: "Está en nuestras manos hacer que la brecha de desigualdad se reduzca", concluyó.

Para clausurar la III Jornada de Investigación en Sistemas Biomédicos, el doctor Jesús Manuel Dorador González, jefe del Departamento de Ingeniería en Sistemas Biomédicos, agradeció la entusiasta participación de los ponentes y asistentes, por el compromiso de enriquecer el conocimiento y seguir ampliando el quehacer de los ingenieros y así romper los círculos viciosos que limitan a México.