Como parte de las acciones de la UNAM por la igualdad de género establecidas en el Plan de Desarrollo Institucional 2015-2019, la Secretaría de Apoyo a la Docencia, a través de la Coordinación de Programas de Atención Diferenciada para Alumnos, Copadi, organizó la conferencia La Igualdad de Género en la UNAM, impartida por el licenciado Rubén Hernández Duarte, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, CIEG.

El maestro José de Jesús Huezo Casillas, titular de la Copadi, señaló que la finalidad de este tipo de actividades es informar a los alumnos sobre las repercusiones del género en su relación consigo y con el entorno, así como las acciones de la UNAM para alcanzar la igualdad entre los individuos de su comunidad.

El ponente recordó que el Programa Universitario de Estudios de Género se estableció en 1992 y que fue hasta 2005 cuando la UNAM modificó su Estatuto General para incluir el principio de igualdad de género. En 2010 se creó la Comisión Especial de Equidad de Género y, en 2013 se emitieron los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género, con el fin de regular la equidad como condición indispensable, necesaria y obligatoria: "La igualdad es el principio político por el cual todas las personas son sujetos de los mismos derechos y oportunidades, mientras que la equidad incluye las medidas para alcanzar la igualdad".

Enseguida, definió el concepto sexo como la diferenciación biológica según la conformación genital, y el género, como el conjunto de atribuciones construidas social y culturalmente con base en el sexo. Señaló que la forma en que se asume el género permea en todos los ámbitos de la vida y, en algunos casos, de manera negativa, originando problemáticas dentro de la universidad, como la segregación por sexo, muy visible en la FI con la carrera más dispar de la UNAM: Ingeniería Mecánica Eléctrica con 9 mujeres por cada 100 hombres. De manera contraria, se encuentra Pedagogía con 100 hombres por cada 480 mujeres.

El Techo de cristal es otro problema que se presenta: las mujeres tienen que vencer dificultades adicionales a sus capacidades personales (cuidado de la familia y el hogar) para llegar a puestos directivos. Indicó que, del total de directivos en la UNAM, el 33 por ciento son mujeres y sólo el 24 por ciento miembros Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores.

La problemática de falta de corresponsabilidad se evidencia con la carga de trabajo doméstico inequitativa: en promedio, una mujer realiza 29 horas semanales, mientras que un hombre sólo 9, lo que resulta en menores oportunidades de desarrollo profesional para la población femenil.

En los problemas de conciliación familiar y laboral, relacionados con la disparidad de responsabilidades en la crianza de los hijos es mayor la carga materna, y en violencia de género, durante 2016 cuando se estableció el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM, se presentaron 234 denuncias (97 por ciento de por acoso a mujeres y el 96 por ciento de presuntos agresores hombres), precisó.

La invisibilidad de la diversidad sexual en la población estudiantil es otra problemática al no existir estadísticas sobre la identidad de género e intersexualidad que aporten datos confiables.

Recordó que la equidad e igualdad de género no es una lucha que busque segregar o establecer la superioridad de un sexo o mostrar su sufrimiento, sino por disminuir y eliminar las conductas violentas con base en las pautas de género que evitan el libre desarrollo de los individuos, e invitó a tomar una postura crítica sobre las manifestaciones del género.

Rubén Hernández Duarte es profesor de en las facultades de Música y Ciencias Políticas; su trabajo de investigación se centra en la vulnerabilidad de los individuos a la luz de la violencia y el cuidado de la salud. Se desempeña como secretario de Igualdad de Género en el CIEG, donde gestiona proyectos de visibilización y transformación de prácticas que reproducen asimetrías, brechas e injusticias de género.