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Vida Académica
2018-09-25
La formación del docente del siglo XXI
Paradigmas del proceso de enseñanza tradicional frente al modelo educativo del futuro, tema de conferencia.
Por: Rosalba Ovando Trejo
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Doctor Melchor Sánchez Mendiola

La Secretaría de Apoyo a la Docencia, a través del Centro de Docencia Gilberto Borja Navarrete, invitó al doctor Melchor Sánchez Mendiola, coordinador de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular (CODEIC) de la UNAM, a dar la conferencia Formación Docente: ¿Regreso al Futuro?, en el Auditorio Sotero Prieto de la Facultad de Ingeniería, el pasado 25 de septiembre.

El ponente, académico de la División de Estudios de Posgrado y responsable de la maestría y doctorado en Educación en Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina, es el primer mexicano miembro de la National Board of Medical Examiners, por evaluación curricular.

El doctor Sánchez Mendiola felicitó a la Facultad de Ingeniería por contar con el Centro de Docencia Ingeniero Gilberto Borja Navarrete, un espacio específico para los docentes, y por la vasta presencia de profesores en una conferencia sobre educación, lo cual es poco común.

A modo de introducción, afirmó que lamentablemente algunos académicos que llevan mucho tiempo dando clases consideran irrelevante la formación en esta área: "Se cuestionan que más podrían aprender, otros prefieren no invertir ni tiempo ni dinero, piensan que temáticas de educación deben estar dirigidas a los pedagogos o suponen que si son buenos en su disciplina son buenos para enseñar, en virtud de esto les pregunto ¿la pericia disciplinaria hace a un buen docente?".

Explicó que actualmente, y de acuerdo con las tradiciones, usos y costumbres, los profesores adoptan una política de "las letras con sangre entran", así les enseñaron y no creen necesario un cambio. Sin embargo, la posibilidad de tomar decisiones educativas abre la puerta al concepto de libertad de cátedra, la cual debe basarse en el plan de estudios y no en el pensamiento de que a mí nadie me va a decir cómo enseñar.

En ese contexto, precisó que es necesario diseñar iniciativas para mejorar la práctica docente, beneficiar la obtención de conocimiento y habilidades e impulsar el liderazgo y la productividad mediante contenidos relevantes que involucren el aprendizaje experiencial: no sólo oír o hablar, sino hacer cosas, retroalimentar, construir comunidad, sobre todo en programas longitudinales, para lo que es crucial contar con el apoyo institucional.

Por lo anterior, el experto se pronunció por que los profesores modifiquen sus procesos de enseñanza-aprendizaje, pues la rutina es capaz de matar la creatividad y la innovación, y que cambien su rol en el aula de protagonista a facilitador, a fin de que los estudiantes descubran sus propias capacidades y habilidades. "Está científicamente comprobado que esto beneficia una formación docente efectiva; hay una gran gama de literatura científica que contribuye a explorar las diferentes maneras de ser profesor en las diferentes disciplinas".

Tras asegurar que la tarea de la educación es muy frágil, consideró que la formación docente no debe ser accidental o por requisito, sino plantear modelos que mejoren e incrementen el conocimiento del profesor para que aprenda habilidades y conductas apropiadas para cada uno de sus diferentes roles: profesores y educadores, líderes y administradores, investigadores y académicos, en escenarios individuales y grupales.

"Es necesario plantear la reconceptualización de la formación docente, ya que los modelos tradicionales no van a la par de la complejidad de los procesos que se desean promover; se requiere que el académico se mueva del aprendizaje en episodios discretos y finitos al profesional continuo y auténtico. Debe estar consciente de los cambios generacionales y del uso inminente de la tecnología, la cual avanza más rápido que la educación y no la podemos excluir de la práctica, pero sí combinarla con los procesos tradicionales; debemos ser competentes tecnológicamente hablando".

Acotó que el conocimiento básico de un docente del futuro debe comprender alfabetización (digital/TIC, aula virtual), conocimiento esencial e interdisciplinario, humanístico (habilidades en la vida diaria y en el trabajo, conciencia ética y emocional, competencia cultural) y metaconocimiento (pensamiento crítico y habilidad para solucionar problemas, comunicación y colaboración). "Debemos practicar una pedagogía bien pensada, a fin de construir nuevos paradigmas educativos", indicó.

El doctor Sánchez Mendiola enfatizó que un docente del siglo XXI debe cuestionar sus premisas para pasar de ser un profesor reflexivo rutinario a uno que hace las cosas para mejorarse a sí mismo y el aprendizaje de los estudiantes: "El pensamiento crítico es una de las cosas más importantes que tenemos que desarrollar y eso no viene en ningún plan de estudios", destacó.

En el presídium estuvieron presentes el maestro Marco Tulio Mendoza Rosas, secretario de Apoyo a la Docencia, y el ingeniero Óscar Segura Garfias, coordinador del CDD Ingeniero Gilberto Borja Navarrete, quienes agradecieron al prestigiado ponente su presencia en la FI.