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Cultura y deportes
2018-09-25
Las Mujeres en la Obra de Henrik Ibsen
La maestra Margarita Puebla interpreta las motivaciones de los personajes del escritor noruego.
Por: Diana Baca
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Maestra Margarita Puebla

El pasado 25 de septiembre, la División de Ciencias Sociales y Humanidades invitó a la maestra Margarita Puebla para impartir la conferencia Las Mujeres en la Obra de Henrik Ibsen, en el Auditorio Raúl J. Marsal, en la cual analizó los personajes femeninos en tres importantes obras: Casa de muñecas, Espectros y La dama del mar.

Indicó que su inclinación por el autor noruego se debió a la profundidad con que retrata a sus personajes y con que cuestiona los modelos de familia y valores sociales predominantes de la época, algunos aún vigentes, y por las múltiples posibilidades de lectura que ofrece su obra, características que lo convirtieron en un destacado representante del teatro contemporáneo.

En Casa de muñecas (1879), su obra más conocida, Nora, la protagonista, es una mujer atractiva, inteligente y audaz casada con Torvaldo. Cuando todo marcha bien se enfrentan a un problema que pone a prueba la solidez de su unión, ya que su esposo no confía en ella y es capaz de alejarla de él y sus hijos por considerarla mal ejemplo de moral.

Aunque el malentendido se resuelve y Torvaldo pide perdón a su esposa, Nora se ha dado cuenta de que toda su vida fue tratada como una muñeca, de que a pesar de seguir los valores establecidos no se vio favorecida; se decepciona de su esposo, de quien esperaba el mismo apoyo que ella le dio, y abandona a su familia.

En México, señaló la maestra Margarita, Casa de muñecas se llevó al cine en los años cincuenta modificando el final porque era tan contrario a la moral de la época que se cambió por uno en el que Nora acepta las disculpas de Torvaldo y se somete a la voluntad de su marido.

En esta obra aparece también Kristina, amiga de Nora, cuyas circunstancias son completamente distintas: por un lado, Nora perteneció a una familia de clase acomodada, era consentida por su padre y después por su marido, con quien se casa por amor; por otro lado, Kristina era huérfana y sus carencias económicas la obligan a renunciar al amor para casarse con un viejo adinerado que la trata como empleada. Al final, Nora reniega de su estado de objeto y decide por sí misma, y Kristina se queda al lado de su amado.

En Espectros (1881), los protagonistas Helena, viuda del almirante Alving, y su hijo Oswaldo sufren las consecuencias de la vida disoluta y licenciosa del difunto, que tuvo una hija ilegítima y heredó a su vástago una enfermedad que lo lleva a la muerte a pesar de los sacrificios de Helena por mantenerlo lejos de los vicios paternos: los errores del pasado permanecen y marcan el destino de las nuevas generaciones.

Las protagonistas de ambas obras tienen motivaciones opuestas: cuando Nora se da cuenta de que su esposo es rígido, egoísta y que la trata como una tonta, lo abandona; Helena, a pesar de conocer la vida inmoral de su marido y de no estar de acuerdo, permanece con él hasta que muere y es precisamente esta obediencia a las normas lo que contribuye a la desgracia de su hijo. Nora rompe con los valores asignados socialmente a la mujer; Helena los asume.

La dama del mar (1888) gira en torno a las decisiones que Ellida tiene que tomar respecto a permanecer casada con el doctor Wangel o abandonarlo para retomar su relación con un antiguo amor. A diferencia de Torvaldo y el capitán Alving, el doctor Wangel se muestra comprensivo y da a su esposa la libertad de elegir a otro hombre, aunque le signifique ser juzgado, porque es más importante el bienestar de Ellida que las estrechas normas sociales, no así para Torvaldo, que apela a la moral y religión cuando su esposa intenta romperlas, en tanto que el capitán no las cumple y lleva a su familia a la desgracia.

De acuerdo con la maestra Puebla: “Ibsen plantea que para que en la pareja exista bienestar y amor se debe priorizar lo humano sobre lo institucional y se deben desobedecer las normas cuando son limitantes y absurdas”. Concluyó con una cita del psicoanalista Erich Fromm: Si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia podría provocar el fin de la misma.

Margarita Puebla Cadena ha trabajado por más de treinta años en el departamento de Geotecnia y en la División de Ciencias Sociales y Humanidades. Ha recibido las distinciones Nabor Carrillo de la FI, medalla Gabino Barreda y el premio Sor Juana Inés de la Cruz. Es autora de cuatro audiolibros sobre la vida cotidiana de la FI.