En el marco del XVII Ciclo de Conferencias de la División de Ingenierías Civil y Geomática, el doctor Rigoberto Rivera Constantino, profesor en la FI, y el maestro Octavio García Domínguez, jefe del departamento de Estructuras, hablaron sobre las modificaciones en las normas de construcción y sobre evaluación de la seguridad estructural, el pasado 3 de octubre en el Auditorio Javier Barros Sierra.

El doctor Rivera Constantino, en la conferencia La Práctica de la Ingeniería Geotécnica en la Ciudad de México y su Reglamento de Construcciones, explicó que en la ciudad se tiene un manual de construcciones en el cual se especifican una serie de normas técnicas complementarias las cuales se relacionan con el diseño y construcción de cimentaciones.

La charla se concentró en las últimas modificaciones que se hicieron a esta norma en el 2017, después de unos meses de los sismos de septiembre. Los datos que se obtuvieron a partir de estos eventos telúricos permitieron revisar y actualizar la regionalización de los tipos de suelo que existen en la ciudad. "Para realizar estas normas se necesitó hacer un estudio detallado del subsuelo y aplicar pruebas del estado límite de falla y de servicio a los distintos tipos de cimentaciones", aclaró el doctor Rivera.

El reglamento es de tipo probabilista, y en sus contenidos se puede encontrar la investigación del subsuelo, es decir, el reconocimiento del sitio, la determinación de sus propiedades y del hundimiento regional; asimismo, se habla sobre el diseño estructural, factores de carga y resistencia, y la verificación de seguridad de las cimentaciones someras, compensadas y con pilotes.

En la conferencia Evaluación de la Seguridad Estructural Infraestructura Existente con base en Estudios de Vibraciones Ambientales, el maestro Octavio García Domínguez dijo que seguridad estructural es un tema asociado a la normatividad vigente en la cual se rige la construcción; para garantizarla, el reglamento establece dos pruebas fundamentales: el estado límite de falla (o de resistencia) y el de servicio (relacionado con la funcionalidad).

Las metodologías para la evaluación de la seguridad estructural se realizan por medio de trabajos de campo, es decir, sondeos en los suelos, diseño y aplicación de experimentos sobre modelos a escala, y trabajos en gabinete, que se relacionan con los cálculos de los parámetros estructurales. "Para hacer una evaluación correcta, se tiene que desmantelar integralmente la estructura (quitar capas superficiales) para poder determinar qué tipo de daño tiene y así aplicar soluciones", manifestó.

Para determinar la seguridad de una estructura, en los laboratorios de la UNAM, se estudian las vibraciones ambientales que se definen como las ondas generadas por agentes imperceptibles (tránsito de vehículos, elevadores, aire, los pasos de las personas) que pueden aportar las propiedades dinámicas reales de una estructura a partir de la respuesta que éstas presentan ante las vibraciones.