En el marco del XVII Ciclo de Conferencias Nuevos Retos en la Gestión de Infraestructura a partir de la Experiencia del Sismo de Septiembre 2017, organizado por la División de Ingenierías Civil y Geomática (DICyG), el maestro Constantino Gutiérrez Palacios impartió la conferencia Manejo Ambiental de los Residuos Originados por el Colapso de Edificaciones debido a Sismos, el pasado 4 de octubre en el Auditorio Javier Barros Sierra.

El maestro indicó que los desastres naturales debidos a fenómenos atmosféricos (huracanes, sequías o lluvias intensas) se pueden conocer con anticipación para estar alertas ante su paso, sin embargo, los desastres de origen geomorfológico (sismos, tsunamis, volcanes, avalanchas y deslizamientos de tierra) no son predecibles, por lo cual es necesario conocer las medidas de protección y resguardo para ejercerlas en el momento oportuno.

La presencia de un sismo de gran magnitud puede provocar el colapso de estructuras y edificaciones habitadas -casas, departamentos, oficinas y comercios-, puentes vehiculares y peatonales, monumentos y plantas de tratamiento, de las cuales se originan múltiples residuos de la construcción, inmobiliario, enseres domésticos, aparatos eléctricos y electrónicos, muebles sanitarios y depósitos de gas y agua, abundó.

El colapso de las edificaciones genera impactos ambientales primarios, como la producción de polvo, ruptura de drenajes sanitarios y de tuberías de agua (que puede derivar en mezcla de sus contenidos) e incendios por fugas de gas; y secundarios, que conllevan riesgos mayores, entre éstos los lixiviados, liberación de residuos de lubricante de auto, destapacaños y material de curación, y la licuefacción de arenas, es decir, los terrenos adquieren una apariencia fluida, lo que desplaza y hunde las construcciones.

Para estos casos, señaló el maestro Gutiérrez, se requiere la presencia de equipo especializado, cuya prioridad debe ser rescatar a las personas y mascotas atrapadas en las edificaciones colapsadas y luego proceder a retirar los escombros y gestionarlos con un enfoque ambiental de residuos: "Identificar los tipos de residuos, separar los peligrosos de no peligrosos, los valorizables (para reutilizar o reciclar), realizar un almacenamiento, recolección y transporte diferenciados y disponer de los residuos en sitios autorizados, todo según las normas ambientales vigentes".

La norma oficial mexicana NADF-024-AMBT-2013 establece las características, el procedimiento de identificación, clasificación y listados de los residuos peligrosos: aceites, pinturas, medicamentos e insecticidas; tanques de gas, losa de cocina, bicicletas y tinacos. Una vez separados, se valoran para su reuso o reciclaje, principalmente concreto, acero vidrio, madera, papel, cartón, hierro, aluminio y cobre. Mostró una tabla con las especificaciones de la norma para el reuso, en la que indica el tipo de residuos (mortero, acero, hierro, aluminio), la presentación en la que debe entregarse (pedacería, varilla, barra, hojas), la factibilidad de aprovechamiento (bajo, intermedio, alto o si requiere limpieza), y el acondicionamiento.

Concluyó que con la ocurrencia de un sismo de gran magnitud que provoque el colapso de edificaciones se genera una diversidad de residuos que deben ser manejados adecuadamente para minimizar impactos negativos a la salud y seguridad; los peligrosos deben ser tratados por empresas especializadas y autorizadas, mientras que los no peligrosos y de manejo especial que no sea factible aprovechar, se podrán disponer en rellenos sanitarios.

El maestro Gutiérrez Palacios, especialista en gestión de residuos y potabilización y tratamiento de aguas residuales municipales, invitó a los alumnos interesados a realizar sus tesis en el tema, y recibió un reconocimiento por su participación en el XVII Ciclo.