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Vida Académica
2018-10-02
Puentes y Prevención de Desastres
Los ingenieros Ignacio Hernández y Luis Montañez participaron en el XVII Ciclo de la DICyG.
Por: Aurelio Perez-Gómez
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Ingeniero Luis Montañez Cartaxo

Dentro del XVII Ciclo de Conferencias: Nuevos Retos en la Gestión de Infraestructura a partir de la Experiencia del Sismo de Septiembre, el pasado 2 de octubre en el Auditorio Javier Barros Sierra, se presentó Los Puentes de la Red Carretera Nacional ante el Sismo 2017 del ingeniero Ignacio Enrique Hernández Quinto de la Secretaría de Comunicación y Trasportes, destacando que nuestro país se encuentra en una zona donde no es posible evitar los terremotos, por lo que hay que aprender a vivir con ellos, mediante la preparación y la mitigación.

La Red Nacional de Caminos, apuntó, está formada por más de 169 mil kilómetros de carreteras pavimentadas: 49 mil federales, 100 mil estatales, 10 mil de cuota y 18 mil municipales y particulares. "Esto puede parecer mucho si nos comparamos con países sudamericanos (lo de una entidad federativa ellos lo tienen en todo su territorio; en contraste con los Estados Unidos, donde nuestra Red representa lo de un estado)". Agregó que la red tiene 16 mil 656 puentes (8 mil 493 de la Red de Libre de Peaje y el resto de cuota). En el ámbito federal se cuenta con un sistema de administración de puentes que los verifica anualmente para conformar un expediente cuya información se utiliza en los Sistemas de Puentes en México.

Señaló que la idea de que los sismos únicamente afectan a las estructuras es falsa, dado que pueden presentarse problemas en el terreno (grietas, desplomes de muros de contención, asentamientos en terraplenes y fallas de talud), en la superestructura (desplazamientos transversales y longitudinales, giros y rotaciones, golpes entre losas y desgastes de apoyos) y en la subestructura (asentamientos verticales en pilas, fracturas verticales en tajamares y en columnas de pila con voladizo, etcétera).

Reveló que los daños más frecuentes en puentes se relacionan con problemas de cimentaciones desplazadas en suelos poco firmes. Los efectos de los sismos 09/17 en los puentes, abundó, fueron moderados, puesto que se trata de estructuras de corta altura con elementos masivos de gran rigidez y sus periodos de oscilación cortos (inferiores a 0.5 segundos); además, tienen cimentaciones de gran profundidad, las juntas de dilatación y los dispositivos de apoyo forman elementos de aislamiento que contribuyeron a disipar la energía.

Finalmente, planteó que es recomendable investigar el comportamiento dinámico de los elementos que actualmente se usan como dispositivos de apoyo en las juntas en dilatación; asimismo, realizar análisis de estructuras importantes en las que se considere el trabajo conjunto del suelo circundante y de los elementos de cimentación para diferentes solicitaciones sísmicas.

Prevención y Mitigación de los Desastres Naturales

En su ponencia, La Planeación de las Obras de Infraestructura en la Prevención y Mitigación de los Desastres Naturales del ingeniero Luis Montañez Cartaxo, presidente de la Asociación Internacional para la Evaluación de Impactos, dijo que cuando se habla de infraestructura siempre se tiene presente los años de vida útil de la obra y ejemplificó con el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México que se proyectó para que dure cien años, lo que implica considerar ¿qué desastres naturales puede soportar? o ¿qué elementos lo pueden dañar?. Aclaró que hoy es necesario crear infraestructura capaz de enfrentarse los efectos del cambio climático.

Manifestó que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó (marzo 2017) un estudio sobre problemas en la infraestructura, donde se establece que entre 1980 y 2016 se invirtieron en América Latina y el Caribe alrededor de un billón de dólares en tres mil 300 proyectos de infraestructura. Añadió que los dos principales problemas actuales de las obras son sobrecostos y retrasos en la entrada en operación: la autopista México-Acapulco, el Tren Interurbano México-Toluca y la Estela de Luz son ejemplo de ello.

Explicó que 200 proyectos del BID tuvieron algún tipo de conflicto y contaron con mil 335 millones para su ejecución (45 de sector energético, 45 de petróleo y gas, 53 para transporte, 25 de agua, 25 de gestión de residuos y 6 de desarrollo urbano) de los cuales Colombia posee 21, Brasil, Perú y Chile 20 cada uno, México 18, Argentina 17, Bolivia 11 y Ecuador nueve.

Subrayó que los conflictos más comunes en la construcción son la planeación deficiente, consultas inadecuadas con los sectores interesados, corrupción y falta de transparencia; limitación de acceso a los recursos, impacto en los valores locales y falta de beneficios regionales; contaminación y degradación. Por ello, se pronunció por cambiar el paradigma, hoy en día, cuando se realiza una obra de infraestructura, se busca que sea económicamente viable, "no obstante, lo más relevante deberían ser las cuestiones sociales y ambientales, y dejar al final los aspectos financieros".

"En la escuela se enseña a que todo se puede calcular y que lo que calculamos es ley, pero el ingeniero vive en el ámbito de la incertidumbre. Como decía Voltaire la incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es una posición absurda", reflexionó. Por ello, los futuros profesionistas deberán tener curiosidad intelectual, habilidades para mantener una visión integral del proyecto, facilitar la comunicación, confianza en sí mismos, ser asertivos y una formación diversificada en varios campos del conocimiento, concluyó.