Dirigidos por el doctor Enrique Riodgoll, el Grupo de Teatro de la Facultad de Ingeniería culmina exitosamente su temporada 2019-1 con la puesta en escena de La sonata de los Espectros, de August Strindberg, los días 8 y 15 de noviembre en el Auditorio Javier Barros Sierra. El drama, conocido también como La cena de los Espectros, fue escrito por el dramaturgo cinco años antes de su deceso (1907), en plena crisis existencial, y es una de sus últimas "piezas de cámara".

La obra cuenta la historia de un joven estudiante honesto y con valores de pureza, que luego de pasar toda la noche rescatando personas en un incendio conoce al misterioso Jacobo Hummel, empresario que aparentemente quiere compensarlo por su heroísmo y también porque en el pasado tuvo diferencias con su familia por un supuesto préstamo. Así que lo persuade para que se acerque a una familia con títulos de nobleza, con la promesa de que será el vínculo para acceder a un círculo social de valores y riquezas.

En un ambiente sombrío, que se mueve entre el mundo de los muertos y vivos, lo real y lo sobrenatural y personajes tan literarios, como Mefistófeles, y surrealistas (animales y estatuas), el estudiante encontrará traiciones, caretas y enfermedades, manifestado en las oscuras intenciones de Hummel, de su ex-amante, convertida en una momia, y su hija enferma, aún no reconocida, a quien quiere rescatar de la muerte y devolverle la felicidad a través del estudiante.

La sonata de los Espectros describe la vida en lo social y del hombre individual, íntima y exteriormente, descubre los preceptos de una sociedad ávida de poder tras la máscara de la religiosidad y las tradiciones, amalgamada a la ambición, la vanidad, la codicia, la sensualidad, el orgullo, el prestigio, el servilismo o las enfermedades físicas y mentales como un espejo de las miserias humanas.

"A pesar de su sencillez, la obra encierra la complejidad del existencialismo, de la fe, cualquiera que fuere, del eterno vínculo del bien y del mal, hasta extrapolarlos a una región espiritual inexorable en un loop irremediablemente estacionado en el tiempo-espacio. Personajes con dotes supra humanos, capaces de mitigar, castigar y perdonar la existencia misma; donde las deidades se fusionan con las víctimas y los victimarios, y donde al final todos resultan ser mártires por el simple pecado de existir", así describió el doctor Riodgoll el contenido simbólico de la obra maestra de Strindberg.

No cabe duda que el autor deja al descubierto los malestares que imperaban en la cultura y sociedad de su tiempo, que desde la visión actual bien podrían ser las reflexiones sobre cómo el individuo de siempre vive bajo el yugo de las apariencias y mentiras, conduciéndolo a un deterioro en sus relaciones interpersonales.