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Vida Académica
2019-03-14
Conoce el Tren Maya
Especialista del Fonatur habló sobre el proyecto ferroviario para el sur de México en el ciclo de la DICyG.
Por: Marlene Flores García
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Maestro Javier Carrillo Sosa

Fiel a su temática sobre las perspectivas de desarrollo de infraestructura ante el cambio de gobierno, el XVIII Ciclo de Conferencias de la División de Ingenierías Civil y Geomática tuvo como invitado al maestro Javier Carrillo Sosa, subdirector de Estudios del Tren Maya, el pasado 14 de marzo en el Auditorio Javier Barros Sierra.

El Tren Maya, detalló el ponente, es un nuevo proyecto de infraestructura ferroviaria compuesto por 15 estaciones distribuidas a lo largo de mil 525 kilómetros, en un recorrido que atraviesa 5 estados de la República y va de Palenque a Bacalar. Debido a su alto nivel de complejidad, un equipo multidisciplinario se encuentra enteramente dedicado a hacerlo, en tan solo 4 años de trabajo, un detonante de desarrollo para la Península.

Para una mejor planificación, el trayecto está dividido en 7 tramos y 3 regiones -selva, golfo y caribe-, ya que cada contexto presenta particularidades climáticas, geográficas, ambientales, técnicas y sociales. Se estima una primera etapa que aprovechará una sección donde ya hay una vía; luego se trabajará en la zona de Izamal a Cancún y, finalmente, de Cancún a Escárcega.

Como primera estrategia, el equipo del Tren Maya está concentrado en desarrollar los proyectos de ingeniería básica: topografía, levantamiento LIDAR, mapeo de fracturas geológicas y de cenotes, calidad y disponibilidad del agua, geohidrología, mecánica de suelos, etc. Los resultados obtenidos les permitirán tomar mejores decisiones respecto al trazado de la ruta, la naturaleza y el patrimonio arqueológico, entre muchos otros temas que tocan a una infraestructura de tal magnitud.

Bajo el concepto de un nuevo paradigma de turismo, el Tren Maya tiene 4 ejes que guían su diseño. En lo ambiental, la consigna es proceder de forma que se genere el menor impacto posible, a través de estudios que resultarán en la determinación de las medidas necesarias para cumplirla; y entre las más importantes destaca el ordenamiento territorial, es decir, procurar el establecimiento y crecimiento de localidades bien pensadas, sustentables y a la vanguardia de la planificación urbana.

Socialmente hablando, se espera crear bienestar para los habitantes de la región al tiempo que se toman en cuenta sus opiniones, se respetan sus espacios tradicionales y costumbres, y se les mantiene informados. De la mano va también el aspecto cultural, que implica en gran medida la resolución de situaciones relacionadas al patrimonio arqueológico. El cuarto eje, el económico, busca favorecer el contacto directo de la población con los polos de desarrollo y toca lo concerniente a la rentabilidad del tren.

El cumplimiento de los cuatro ejes está cuidadosamente apoyado por un comité asesor científico y por la participación de la comunidad académica. Sobre todo, se busca colaborar con las universidades de la región, sus docentes e investigadores. "Necesitamos un experto ojo externo para asegurarnos de que vamos por el camino correcto, saber dónde tenemos que poner más empeño o corregir" concluyó el maestro Javier Carrillo.