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Investigación y Vinculación
2019-03-22
Calidad de vida e ingeniería
Alumnos de posgrado en Mecánica colaboran con Stanford en vehículo autónomo para asegurar sillas de ruedas.
Por: Marlene Flores García
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Integrantes del proyecto

Nuestra Facultad recibió a 4 alumnos de la Universidad de Stanford, quienes estuvieron de visita por una semana para trabajar en el proyecto que desarrollan en conjunto con estudiantes de la Maestría en Ingeniería Mecánica.

Resultado de la cooperación entre el Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica (CDMIT) de la Facultad de Ingeniería, la institución educativa estadounidense y la empresa automotriz Volkswagen, el equipo plurinacional, integrado por César Luna, Esther López, Sergio Hernández, Isandra Martínez, Da Hyang Jung, Akshay Aravindan, Aakriti Varshney y Courtney Wenzel, está trabajando en un sistema para asegurar sillas de ruedas en carros autónomos.

En los autobuses y otros vehículos comunes por lo general hay un mecanismo de correas para que alguien más ayude a la persona en silla de ruedas a resguardarse, pero cuando no hay un conductor, como en el caso del prototipo Sedric (self driving car por sus siglas en inglés), eso se vuelve un aspecto importante a resolver.

En su búsqueda de una solución, los universitarios descubrieron que afianzar la silla es sólo un paso en un proceso mucho más largo y complejo. Las 4 áreas identificadas son llamar el vehículo autónomo, entrar en él, girarse para mirar en la dirección correcta y el amarre físico de la silla.

La automatización de este último paso, de forma que pueda hacerse con sólo un botón o diciendo una palabra clave, es en lo que se centra su trabajo. Su objetivo principal es un diseño enfocado en el usuario, para garantizar que la gente en silla de ruedas alcance su movilidad de manera fácil, segura y con el menor esfuerzo posible para el año 2025. Para ello, los estudiantes están trabajando arduamente en una propuesta fresca cuyos resultados los presentarán en junio de 2019.

Entre las muchas dificultades del proyecto, los jóvenes enfrentan los retos de cambiar el pensamiento sobre los mecanismos tradicionales, ofrecer una solución que lidie adecuadamente con el espacio reducido de los vehículos, repartir su atención de manera efectiva y de elegir la mejor idea para desarrollar. Para seguir adelante, por supuesto, ha sido fundamental el apoyo de sus mentores y profesores, a quienes expresaron su más sincero agradecimiento.

Trabajar en un equipo cuyos integrantes pertenecen a varios países ha sido una experiencia sin duda interesante; los ingenieros expresaron su felicidad por haber alcanzado una forma de colaboración armoniosa que no se ve impedida por las diferencias culturales o el idioma y en la que todos participan entusiastamente. Aunque el programa de trabajo representa una presión constante, esperan cumplir con los tiempos para entregar sin retrasos su prototipo manufacturado. Para afinar detalles antes de la fase final, próximamente los mexicanos visitarán Stanford por segunda vez, ya estuvieron 2 semanas en noviembre de 2018.