Dentro del Ciclo de Conferencias de Investigación y Docencia 2019 de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra, se presentó el pasado 4 de septiembre la ponencia 1[m]*0.4[m/año]=El Metro y las Tasas de Subsidencia >400 mm/año en la Ciudad de México: una Perspectiva desde el Espacio del doctor Darío Solano Rojas, profesor de la Facultad de Ingeniería.
El ponente comentó que el asentamiento urbano en la CDMX tradicionalmente se ha caracterizado por establecerse en el antiguo Lago de Texcoco, y ahora ocupa espacios en la zona correspondiente a los lagos de Xochimilco y de Chalco. La cuenca tiene una altitud promedio de dos mil 240 metros sobre el nivel del mar y un área aproximada de nueve mil 600 kilómetros cuadrados (dos mil 400 corresponden al área urbana, limitada por las sierras de Pachuca, de Tezontlalpan, Chichinautzin, Nevada, Calpulalpan, Tepozán, de Monte Bajo y de las Cruces).
El doctor explicó que, de acuerdo con datos de 372 pozos recopilados por el Sistema de Aguas de la CDMX, los sedimentos en el subsuelo se distribuyen espacialmente en diferentes espesores en los depósitos lacustres en el área dentro de los límites políticos de la metrópoli. Afirmó que dicha distribución al ser comparada con las velocidades de subsidencia del terreno muestra que los valores más altos de velocidad se presentan en las áreas con los mayores espesores.
Asimismo, mencionó algunos aspectos significativos del Sistema de Transporte Colectivo Metro: 226 kilómetros de longitud, distribuidos en 12 líneas en 195 estaciones (115 subterráneas, 55 en superficie y 25 elevadas); 390 trenes que transportan a cuatro y medio millones de personas al día, es decir, mil 647 millones 475 mil usuarios al año, razón por la que cualquier problema en el sistema tiene consecuencias no sólo en el tiempo de los usuarios, sino en el propio funcionamiento de la capital.
Conforme a un estudio realizado por el profesor Solano Rojas, durante su posgrado en EUA, publicado en la revista Science (https://bit.ly/2kjHKWE) , en el que plantea que la subsidencia ha causado varios problemas en el Metro, tales como deflexión y cambios verticales de los rieles, grietas y asentamiento diferencial entre columnas, generación de zonas de inundación y cambios topográficos.
Las subsidencias, puntualizó, son hundimientos lentos que pueden afectar a todo tipo de terrenos, debido a los cambios tensionales inducidos por la sobreexplotación de los acuíferos en la Ciudad y provocan una tasa anual de hundimiento de 30 centímetros, lo cual hace que se incremente la posibilidad de que el Metro presente accidentes, sobre todo en las líneas A y la 5 de la zona Oriente.
Recordó que hace unos años un tren no pudo frenar al entrar a la estación Oceanía y se estrelló contra otro que estaba detenido, dejando 12 personas lesionadas. "El accidente sucedió porque cuando se construyó originalmente se consideró una pendiente de tres por ciento; pero a causa de las subsidencias actuales no pudo frenar el convoy, ya que su inclinación es mayor a siete".
Definió al SAR/InSAR como técnicas que se utilizan para medir los desplazamientos en la superficie de la Tierra con una gran precisión; por ejemplo, su estudio tiene una alta resolución gracias a que cuenta con datos de cada tres metros. "Estamos viviendo en la Era Dorada de estos sistemas, dado que se pueden utilizar para estudiar la deformación causada por terremotos, erupciones volcánicas, movimientos de glaciares, hundimientos, deslizamientos de tierra, de ductos y sísmicos". Por ello, conminó a los presentes a utilizarlos y aplicarlos en sus estudios o proyectos.
Finalizó con tres conclusiones: el InSAr es una técnica de percepción remota satelital que puede servir para hacer una evaluación general del país. La subsidencia a lo largo de las líneas del Metro produce daños a las estructuras e interrupciones en el servicio. Existen altos valores de subsidencia diferencial correlacionadas con reportes de daños en el Metro.
