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Cultura y deportes
2019-11-29
Enciclopedia de cosas vivas y muertas
El Lago de Texcoco estudiado desde el arte y la multidisciplina.
Por: Aurelio Perez-Gómez
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Idalia Satto, Francisca Irene Soler y Adriana Salazar

El Ministerio de Cultura de Colombia, la Fundación Jumex Arte Contemporáneo y la Facultad de Ingeniería, a través del Departamento de Investigación de Operaciones e Ingeniería Industrial, presentaron Enciclopedia de cosas vivas y muertas: el Lago de Texcoco de Adriana Salazar Vélez, el pasado 29 de noviembre en el Auditorio Raúl J. Marsal.

La maestra Francisca Irene Soler Anguiano, jefa del Departamento, indicó que el Lago de Texcoco, en toda su majestuosidad, es el punto de convergencia de infinidad de elementos del pasado y presente, además, el escenario de numerosos acontecimientos que han marcado la historia. "Un lugar que puede ser estudiado desde distintos enfoques, e inusual verlo en una perspectiva que combine las diferentes connotaciones de un sistema tan complejo".

Apuntó que esta enciclopedia compendia numerosas narraciones de forma científica y artística: "El conocimiento, los acontecimientos, las situaciones, la naturaleza, la gente, en suma, la vida del lugar permitiendo una comprensión más cabal de lo que Texcoco significa". Tener la oportunidad, abundó, de conocer a profundidad los diferentes términos en una definición dinámica que contempla sus historias y sus condiciones habilita al lector a formar una opinión y una visión más amplias para convertirse en un agente proactivo que vele por el bienestar y las necesidades del lugar, independientemente de su formación profesional.

Por ello, añadió, este libro otorga a los ingenieros la oportunidad de crear soluciones partiendo de una comprensión extensa del lugar, la cual permitirá impactar directamente en los resultados de cualquier proyecto: "Al tener este libro de referencia, decisiones como las del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México tendrían un fundamento más sólido desde la interdisciplina; por eso, invito a los presentes a leer esta magnífica obra".

Por su parte, la doctora Salazar comentó que la obra se originó en su proyecto de doctorado en la Facultad de Artes y Diseño UNAM, una investigación poco ortodoxa que inició como un ejercicio desde las artes, pasando por las diversas crisis socioambientales que ha vivido el Lago, hasta enfocarse en el conocimiento como objetivo. El Lago de Texcoco, expresó, es un lugar cargado de acontecimientos y significados para la historia nacional, desde la Colonia hasta la actualidad. "Para poder mirar en todas sus dimensiones a este pequeño territorio de 800 hectáreas, es necesaria la convergencia de distintas disciplinas en un mismo ejercicio".

Aclaró que la Enciclopedia de cosas vivas y muertas: el lago de Texcoco es de hecho una antienciclopedia: "Tradicionalmente las enciclopedias se ocupan del conocimiento total y vienen además de ejercicios eurocéntricos y coloniales de aproximación al saber, en el que se estudia al mundo desde la generalización y se da cuenta de la totalidad de éste desde una perspectiva supuestamente objetiva".

Finalmente, dijo que la enciclopedia explica el devenir histórico del Lago de Texcoco y algunos de sus aspectos geológicos (formaciones rocosas, hundimientos, morfología del suelo salitroso), biológicos (flora, fauna, migraciones de aves e iniciativas de regeneración ecológica), sociales (asentamientos, conflictos con el reparto de la tierra), históricos y psicológicos. "Así comencé a vislumbrar a este lago, como un universo, un territorio lo suficientemente complejo y rico en elementos que me dieron pie para la creación de esta obra", concluyó.

En su intervención la maestra Idalia Satto, editora, aclaró que las perspectivas urbanas, arqueológicas e históricas que Adriana Salazar investigó durante cinco años se encuentran en el libro catalogadas y descritas como si se trataran de un vestigio olvidado. "La enciclopedia se nos revela como una historia escondida entre los escombros, nos interpela desde su sal, desde el asfalto y desde sus materiales ahora en calidad de residuos; también es una nueva mirada sobre la Ciudad de México y su entorno". Esta obra, destacó, se logró publicar gracias a los apoyos de la Fundación Jumex Arte Contemporáneo y del Ministerio de Cultura de Colombia, y es una edición bilingüe estilo cara o cruz.

Finalmente, leyó un fragmento:

Al oriente de Ciudad de México hay un lago que perdió su agua hace más de 40 años y aún sigue siendo llamado lago. Su nombre se enuncia equivocadamente cada vez que aparece en los diarios nacionales, o cuando se escribe en las señales de tránsito a la orilla de la carretera que hoy lo atraviesa. No se le llama "territorio": se le llama siempre "lago" a pesar de estar seco y poblado de una materialidad distinta. Esta cuenca hecha de sal y tierra, como cualquier difunto cerca de nosotros, necesita un duelo expandido en el tiempo: en medio de su "hogar", ahora frío y cubierto de polvo, se sigue pronunciando su nombre. (...)