Facebook
Gaceta digital FI Ingenieria en Marcha
Comunicafi TVIngenieria comunicafi_unam
Vida Académica
2015-08-19
Una aventura científica al inframundo
Andrés Tejero de la FI forma parte del equipo que confirma la existencia de cenote bajo pirámide de Kukulkán.
Por: Elizabeth Avilés
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Dr. Andrés Tejero Andrade
Galería de fotos

Un equipo de especialistas conformado por René Chávez Segura, Esteban Hernández Quintero y Gerardo Cifuentes Nava del Instituto de Geofísica, así como por Andrés Tejero Andrade de la Facultad de Ingeniería y Denisse Argote Espino del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comprobaron, con ayuda de tecnología de última generación, que la pirámide de Kukulkán, en Chichen Itzá se encuentra construida sobre un cenote.

Desde los años noventa otros estudios habían arrojado, mediante un equipo de radar, que bajo El Castillo (como también se le conoce al edificio maya) había vacíos, pero las investigaciones no continuaron debido a los recursos limitados. Fue el año pasado cuando los especialistas del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería la retomaron.

El doctor Andrés Tejero recuerda que fue durante una cena decembrina cuando expuso a sus colegas la fascinación que le generaba realizar una investigación en torno al Castillo. La idea fue secundada y lo registraron dentro de un Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT).

El proyecto fue aceptado, pero en el INAH de Yucatán existía la preocupación de que se dañara el legado histórico de los mayas, así que para poder continuar, los investigadores se vieron en la necesidad de cambiar los electrodos puntuales, cuyo uso implicaba varillas, a electrodos planos a través de placas, diseñadas con cobre fino y sin soldaduras.

El propósito inicial fue analizar las condiciones debajo de El Castillo basándose en las experiencias de trabajos realizados en otras zonas arqueológicas, mas nunca el de dar respuesta a las hipótesis que los arqueólogos ya manejaban sobre la existencia de un cenote.

Con ayuda de una herramienta de última generación denominada SySCAL-Pro, la cual fue programada de manera no convencional, los investigadores pudieron obtener una tomografía eléctrica tridimensional sin dañar el patrimonio. Dicho aparato es manufacturado por la empresa francesa Iris Instrument y la parte novedosa recae en la manera en que los investigadores dispusieron de los electrodos, pues representa un gran avance en el campo de la exploración geofísica.

A manera de un circuito eléctrico, una serie de 96 electrodos fue colocada alrededor del templo y se les envió corriente. Esa electricidad fluyó a través del subsuelo y, gracias a la medición de la referencia de potencia, se obtuvieron las características de éste y sus diferentes propiedades eléctricas. Las cavidades vacías tienen una resistividad muy alta debido a que la electricidad no se transmite en el aire, sin embargo, en agua la corriente pasa fácilmente y, por tanto, la resistividad es baja. Durante cinco días los datos fueron tomados y, de acuerdo con el doctor Andrés Tejero, programar fue una labor nada sencilla que debió de hacerse previamente.

Al final se obtuvieron ocho mil 650 puntos de observación y con los colores del mapa que resultaron del suelo subterráneo, se vio la cavidad definida. El cuerpo de agua se encuentra hacia el costado sureste de la pirámide y tiene una profundidad aproximada de 20 metros, con 25 de longitud y de 30 a 35 en su parte más alargada. Además, se piensa que podría estar conectado con otras estructuras.

El doctor René Chávez aclaró que esto no es raro debido a las características cársticas de un suelo como el de Yucatán y recalcó la importancia que las cavidades han tenido dentro de la cosmogonía mesoamericana al ser consideradas el origen de la vida y un vínculo con la muerte.

Anteriormente, el método ya había sido probado en la pirámide conocida como El Osario o Tumba del Sumo Sacerdote, ubicada también en el sitio arqueológico de Chichen Itzá y los resultados arrojaron la existencia de otra cavidad.

"Para nosotros fue grandioso y no esperábamos la resonancia y el impacto que la noticia ha tenido alrededor del mundo. Todo ha sido una aventura en la que incluso, por recomendación del arqueólogo de la zona, participamos en una ceremonia maya al pie de la pirámide para solicitar permiso a los aluxes o protectores y que no se presentaran contratiempos", relata el doctor Tejero.

En busca de respuestas

Respecto a la posibilidad de un hundimiento, el doctor Chávez considera que sí puede suceder, no a corto plazo, ya que el agua deslava las paredes y la cavidad podría aumentar, así que si el grosor de la roca que se encuentra bajo El Castillo llegara a disminuir, habría un problema de estabilidad y la estructura colapsaría.

Para responder las interrogantes que han surgido con este descubrimiento, el equipo de expertos ya tiene confirmada una segunda etapa de exploración para octubre de este año, en la cual se analizarán las etapas constructivas o bloques de la pirámide para ver si tiene hay acceso al cenote.

Para esta fase, los investigadores contarán con el financiamiento de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM. La tecnología empleada ha traspasado fronteras; en septiembre, los resultados de la pesquisa serán presentados en un congreso internacional en Italia.

El académico de la Facultad de Ingeniería siente que el ambiente será distinto esta vez debido a que hay muchos ojos encima y eso genera un poco de nervios. No saben qué encontrarán y aún hay muchos aspectos por afinar, como el equipo adecuado y las capacidades técnicas necesarias para evaluar la información, ya que él calcula que obtendrán entre 40 mil y 50 mil datos. Pese a ello, el equipo continúa firme en los retos que se han puesto.