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Vida Académica
2021-10-18
Masculinidad y machismo no es lo mismo
La masculinidad responde a las miradas ajenas sin importar el género o las preferencias.
Por: Rosalba Ovando Trejo
Fotografía: Eduardo Martinez Cuautle
Comunicafi
Sony Rangel González

La plática ¿Debo ser fuerte y viril para ser masculino?, impartida por Sony Rangel González y moderada por Joshua Martí­nez Rodrí­guez, se realizó el pasado 5 de octubre en el marco del ciclo ¿Cómo vives tu masculinidad? organizado por la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Facultad de Ingenierí­a. El ponente, un hombre transexual (CDMX, 1993), licenciado en Historia del Arte por la ENES Morelia, donde colabora con grupos a favor de los derechos de la diversidad sexual. Se ha desempeñado en la curadurí­a, análisis cinematográfico, teatro, restauranterí­a vegana y en el colectivo Michoacán es Diversidad; actualmente conduce el podcast Nosotrans. Mediante sus redes sociales documentó los cambios que conllevó su experiencia transexual que ha compartido en conversatorios y otros eventos.

Los machos no nacen, se hacen

Sony inició con una reflexión surgida en el encuentro Los machos no nacen, se hacen (Colectivo MUí‰GANXS y Centro Cultural de España en México) sobre sus sentimientos más í­ntimos, temores, deseos, pensamientos y proyectos de vida: su nacimiento como mujer (Sonia), su rechazo a esta condición biológica y la falta de valor para expresarlo. En plena pubertad predicaba en un mundo de mujeres sólo por cumplir con las expectativas de los demás, incluso, llegó a pensar que no tendrí­a una vida adulta feliz, pero cumplidos los 15 años se identificó y socializó con personas lesbianas, dado que sentí­a atracción por las mujeres.

Hoy es reconocido hombre heterosexual por un tránsito médico, que ha sido una de sus mayores experiencias, pero no la más exitosa. En su búsqueda de ser aceptado por los hombres y atractivo para las mujeres, replicó conductas machistas: violentar a la mujer que lo acompañó en la construcción de su masculinidad y olvidarse del autocuidado. "La frase los machos no nacen, se hacen me hizo comprender que fui negligente conmigo, que debí­a sanar heridas, inseguridades, miedos y evitar el autosabotaje; al final, toqué fondo y regresé a la casa paterna, base de la construcción de mi realidad".

El padre de Sony, a pesar de haber crecido en una comunidad indí­gena de Michoacán caracterizada por el trabajo arduo y pocas demostraciones de cariño, le enseñó a su hijo el poder curativo de un abrazo, la paciencia, la escucha activa, la confianza y el apoyo incondicional. "Ha sido un proceso duro para ambos, no obstante, gracias a su ejemplo, amo con intensidad, experimento entre lo hegemónico y lo disruptivo, disfruto mi masculinidad (voz, vello corporal y facial) y mi sensibilidad. Me he perdonado por mis actos machistas, porque merezco cariño sin importar el pasado; ahora estoy consciente de que (así­ como un macho se hace, se puede deshacer) no necesito ser el más viril para sentirme hombre ni cumplir las expectativas de los demás para alcanzar mis sueños o construir una mejor versión de mí­ para sentir orgullo; el respeto y la autonomí­a corporal para ‘todes’ es el objetivo de mi lucha", puntualizó.

Recordó que desde los años 70 se ha cuestionado el tema de la masculinidad y el machismo y que nuestro paí­s tiene cifras altas de violencia hacia las mujeres y feminicidios, y un machismo tan interiorizado que apenas se distingue: "Burlas en redes sociales, piropos fuera de lugar, familiares machistas tolerados e imposición de la masculinidad son temas presentes en nuestra sociedad y no hay avances hacia otros enfoques".

Subrayó que la masculinidad no es exclusiva de los hombres, pues hay mujeres y otras identidades que también lo son, y rescató un atributo masculino: "La capacidad de construir en equipo nuevos puntos de vista sobre este tema, basados en la reflexión individual y experiencias personales; para ello, es preciso trabajar de forma consciente y establecer metas alcanzables a corto plazo. Si hacemos un ejercicio constante y disciplinado por ser mejores personas y hombres, lograremos ejercer una excelente masculinidad".

Asimismo, enfatizó que la masculinidad no responde a expectativas femeninas, sino que más bien un cuerpo masculino responde a la mirada ajena, sin importar el género. Ejemplificó que en la comunidad homosexual se les exige musculatura y virilidad para ser más deseables. "Por generaciones se ha impuesto el estereotipo del cuerpo ideal como un objeto de consumo, lo que hace sentir inseguros a quienes no cumplen con esa corporalidad que promete proveer, cuidar y proteger. Tenemos que aceptarnos y romper con esa idea de ser una persona deseada, primero, debemos desearnos a nosotros mismos".

Masculinidad y machismo no es lo mismo

Sony explicó las diferencias entre machismo y masculinidad; el primero se caracteriza por ejercer el poder sobre otra persona, ser tóxico, dañino y mortal. El segundo se desarrolla, se forma y se trabaja; su práctica permite al hombre ser empático y compartir sus frustraciones, enojos, insatisfacciones y problemas con otros hombres o con mujeres: "Los hombres sentimos que somos capaces de resolver los problemas solos, por eso no expresamos nuestros sentimientos ni permitimos que nos consuelen o cuiden, serí­a tanto como aceptar que somos vulnerables. Por ejemplo, yo soy una persona fí­sicamente pequeña y emocionalmente me siento igual, y aunque puedo expresar mis sentimientos, no permito que alguien intervenga, lo cual debo trabajar".

Ante el supuesto de que el machismo impone protección a la mujer y que ellas sientan la necesidad de aprender a defenderse de ellos, el ponente aseveró que le corresponde al padre responsabilizarse y enseñar a los hijos a no agredir a las mujeres y, desde la masculinidad y el diálogo franco, a manejar emociones: "Yo tengo una comunicación abierta con mi papá, sin miedo a mostrarnos vulnerables y pedir ayuda. De él aprendí­ el valor de un abrazo, de contener o atender las emociones ajenas con el contacto fí­sico y la escucha activa, sin importar el género, edad, etc., yo me presento desde la empatí­a y no el poder, me tomo en serio mejorar mi masculinidad para ejercerla de manera sana y responsable", concluyó.