El pasado 15 de agosto, la Facultad de Ingeniería (FI) recibió con los brazos abiertos a sus plantas estudiantil y académica en un día de clases especial: el de inicio al ciclo escolar 2023-1 con el regreso total a las actividades presenciales.
Desde temprano, la FI rezumaba vitalidad: las aulas con las puertas abiertas para permitir la ventilación dejaban ver a docentes y estudiantes concentrados en sus lecciones; algunos jóvenes se formaban para tomarse la temperatura antes de acceder a los laboratorios y otros preguntaban por la ubicación del edificio que indicaba su horario; en la Biblioteca Dovalí Jaime leían más silenciosos que nunca a causa de los lugares canceladas para mantener la sana distancia que limitan el trabajo en equipo habitual; pasillos y áreas verdes se prestaban para los reencuentros de amistades que conversaban o tomaban sus alimentos entre clase y clase.
El día fue doblemente especial para la Generación 2023, pues vivieron su iniciación como universitarios y, al mismo tiempo, regresaron a clases presenciales tras concluir su bachillerato en la modalidad en línea. La Facultad de Ingeniería supo ganarse una muy buena primera impresión de su parte: por ejemplo, de Luis y Enrique (Ingeniería en Computación) que aseguraron estar disfrutando conocer nuevos lugares y personas. Dijeron estar sorprendidos por el buen estado de las instalaciones, en especial los laboratorios, así como el tamaño de la Facultad y del campus.
Sus compañeras Martel y Leslie externaban el mismo entusiasmo por el cálido ambiente universitario y la excelente impresión que les causaron los profesores por tener un aire riguroso y, al mismo tiempo, agradable: bastaron unas pocas horas de clase para notar su profesionalismo y su compromiso para transmitirles que esta nueva etapa de su formación es cosa seria.
La emoción no fue menor para quienes cursan el tercer semestre y también experimentaron un primer día de actividades presenciales. Para Diana, quien se declara muy cansada de la modalidad en línea, tener al maestro enfrente la ayuda mucho a concentrarse mejor y considera una experiencia muy bonita poder pasearse por la Facultad y explorar sus distintos espacios.
Otras alumnas del mismo semestre, si bien con cierto nerviosismo ante la necesidad de readaptarse a la presencialidad, e incluso extrañando ciertas comodidades de estudiar en casa, coincidieron en que el regreso a las aulas es algo muy positivo y entusiasmante.
Sin duda, la sensación de reencuentro es la que predominó entre estudiantes de semestres más avanzados para quienes no hay como volver a reunirse con sus amistades en sus lugares favoritos. Para Adrián, de quinto, fue como vivir su primer día en la Facultad otra vez. Él y sus amigos apreciaron los cambios incorporados para evitar los contagios (lavabos externos y dispensadores de gel antibacterial) y, sobre todo, celebraban regresar a los laboratorios y a las prácticas de campo, pues consideran que en asignaturas de carácter experimental la modalidad en línea no tuvo la misma eficiencia.
Si bien una parte del alumnado ya había experimentado la modalidad mixta durante el semestre anterior, el regreso total implicó una nueva conmoción: Lin y Rebeca de onceavo semestre la describen como una sensación de extrañamiento y nerviosismo por tener que acostumbrarse a compartir el espacio y a socializar más, tomando en cuenta que muchos de sus compañeros ya concluyeron sus estudios durante la pandemia.
Sin importar si comenzaron el primero o el último semestre, el 15 de agosto fue un día lleno de emociones para los estudiantes de la Facultad de Ingeniería que finalmente vuelve a acogerlos a todos juntos en sus aulas y pasillos.
