En el marco de la Primera Jornada Ambiental, organizada por la Sociedad de Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería (SIAFI), el doctor Víctor Alcántara Concepción, especialista en geología ambiental, impartió la conferencia Manejo de Mercurio en México y el Convenio de Minamata, el pasado 30 de enero en el auditorio Sotero Prieto.
El ponente explicó que la ciudad de Minamata, Japón, cobró notoriedad a nivel mundial en 1956 cuando detectaron un brote de envenenamiento por metilmercurio, atribuido a los malos manejos de la petroquímica Chisso. En consecuencia, la población comenzó a experimentar graves síntomas neurológicos, derivados del consumo de pescados y mariscos contaminados, pues la bahía local estaba siendo utilizada de vertedero. Después de varios años, la empresa fue legalmente reconocida como la responsable del incidente y obligada a compensar a los afectados.
Otra medida tomada fue la creación de un convenio, del cual México forma parte, entrado en vigor en agosto de 2017, cuyo objetivo es proteger la salud y el medio ambiente de este tipo de emisiones humanas, a través de la educación y el fortalecimiento de la participación.
Cabe mencionar que el mercurio se encuentra naturalmente recirculando en el ambiente en cantidades pequeñas no problemáticas: "Es un metal único que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales", comentó el doctor Alcántara. Si bien su ingesta, inhalación o contacto directo con la piel son tóxicos, es la biomagnificación derivada de las liberaciones antropogénicas, como la ocurrida en Minamata, y su uso y producción generales las que el acuerdo busca regular, disminuir y, en última instancia, erradicar.
A nivel mundial, las principales fuentes de emisión son los sitios contaminados, la fabricación de metales ferrosos y la quema de carbón; mientras que para América Latina y el Caribe, la extracción de oro artesanal y en pequeña escala, la obtención de metales no ferrosos y la elaboración de cemento, entre otras. En el caso de México, falta un marco legal, ya que solamente existen dos empresas dedicadas al confinamiento de residuos peligrosos y resta por hacer una gran labor de concientización para avanzar en los objetivos planteados. "Se tienen que buscar otras alternativas al uso del mercurio o vamos a provocar la intoxicación de todo el planeta", aseveró el conferencista.
