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Vida Académica
2015-11-03
Viaje a las barrancas de Tetela
El servicio social en la FI enfrenta un reto ambiental y geológico con potencial ecoturístico.
Por: Diégo Mérla Lópéz
Fotografía: Diego Merla López
Comunicafi
Tetela del Volcán

El reloj de las camionetas marcaba las 8:20 cuando los voluntarios del Grupo de Servicio Social con Aplicación Directa a la Sociedad (GSSADS) emprendimos el viaje con destino a Tetela del Volcán, nombre que evoca a la majestuosa cima que corona el paisaje circundante, nuestro Popocatépetl donde la ingeniera Haro, presidenta municipal electa, y los comisariados ejidales nos recibirían con la amabilidad típica de la región y unas ricas enfrijoladas rebosantes de aguacate cosechado en el mismo municipio.

Tras una breve presentación de las comitivas municipales, ejidales y universitarias, y el planteamiento de los objetivos concretos de la visita, procedimos a hacer el recorrido por las barrancas de Atlapixo, Tlalocan y Las Palomas, cuyo saneamiento y estabilización interesan de manera especial a la comunidad.

El verde nos rodeó y absorbió en cuanto nos internamos en el corazón de la primera barranca. El sonido del riachuelo que corre entre los regios muros de tobas y basaltos ciñó el ambiente natural y terminó por sumergirnos en un oasis de tranquilidad a tan sólo una decena de kilómetros de urbes importantes. En medio del verdor y la paz de las cañadas saltó de inmediato también a la vista el principal problema que las aqueja: la basura acumulada en el cauce del agua corriente y las descargas clandestinas de aguas negras.

Fue sencillo identificar el primer reto a sortear para recuperar las barrancas. Pensamos en soluciones para ello a lo largo del trayecto, al mismo tiempo que admirábamos los perfiles de la esmeralda maravilla que a cada paso, cada salto y cruce del cauce nos embelesaba.

Durante el recorrido tuvimos también la oportunidad de escuchar a varios integrantes de la comunidad de Hueyapan, perteneciente al municipio de Tetela; como Don Güero, que nos compartió sus conocimientos sobre la vegetación regional e incluso nos hizo el honor de enseñarnos nociones básicas de náhuatl, lengua que aún domina orgulloso.

Después de poco más de tres horas de caminata, salimos de la última barranca al Callejón de las Palomas, mismo que le da nombre a dicha formación geológica. Nombre que por cierto tiene una historia curiosa, pues cuentan los locales que por dicha callejuela solían pasar las muchachas que iban a recoger las ciruelas y otras frutas que se dan en la barranca, y a su paso los varones exclamaban: "¡Ahí van las palomas!".

Unos frescos nísperos y ciruelos nos esperaban al final del pasadizo; al cabo de unos minutos y tras dar cuenta del tan frugal tentempié, nos dispusimos a volver al domicilio de la ingeniera Haro, donde discutimos las impresiones de lo visto en la visita y propusimos soluciones e ideas que dieran forma al proyecto a realizar.

Dicho intercambio de visiones dio como resultado la materialización del trabajo que ahora, por medio de la colaboración entre todas las partes, nos daremos a la tarea de hacer realidad: la creación de un sendero ecológico en dichas barrancas, su saneamiento, acondicionamiento y mantenimiento. Se aspira también a construir unas cabañas turísticas para hospedar a los visitantes, organizar visitas guiadas y fichas museográficas tanto en español como en náhuatl, así como actividades de deportes amigables con el ecosistema como el rapel y la escalada, además de una exhibición de orquídeas.

Para esto habrán de modificarse las descargas de aguas negras, ya sea con la instalación de baños secos o redirigiéndolas para que abonen a la siembra de alcatraz en lugar de terminar contaminando el riachuelo.

Aunado a esto y propuesto por el arquitecto Henry Cabrolier, se discutió la posibilidad de que Tetela incorpore a su plan de desarrollo el concepto de ‘pueblo ecológico’. Asimismo, se sugirió que Tetela funja como comunidad receptora de financiamiento para contribuir con bonos de carbono, además de la elaboración de un anteproyecto para llevar a cabo una explotación forestal sustentable dentro de la región.

Fincadas las bases de los proyectos a realizar, nos despidió con aún más amabilidad la comunidad del municipio. Don Goyo sirvió como soberbio testigo de lo que promete ser un acuerdo de colaboración muy fructífero entre la universidad y la sociedad tetelense.

Dejamos Tetela cansados pero con la satisfacción del deber cumplido.

Si te interesa formar parte del GSSADS, puedes contactarnos vía telefónica marcando al 56228015 ext. 1127 o vía electrónica escribiéndonos a los correos serviciosocialingeniería@gmail.com o morenop@unam.mx. Puedes visitar nuestras redes sociales: Facebook: ServicioSocialComunitario, Twitter: @sscomunitario, o asistir a la junta que celebramos cada jueves a las 14:00 horas en el sótano del Centro de Ingeniería Avanzada (CIA).