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Investigación y Vinculación
2015-10-31
Hacia un modelo económico saludable
Reactivar fuertemente el mercado interno, clave para el fortalecimiento social y el desarrollo económico.
Por: Elizabeth Avilés
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Mtro. Jorge Franco López

La situación económica actual del país impacta de alguna manera en todos y, por ello, la búsqueda de alternativas que permitan tener una economía saludable basada en el bienestar social, la transparencia de asignación de recursos y una mejor distribución de la riqueza se ha convertido en una preocupación latente.

Durante la conferencia Estrategia económica en México, organizada por la División de Ciencias Sociales y Humanidades, el maestro Jorge Franco López —egresado de la Facultad de Economía y asesor de la Unidad de Control de la Unidad de Vigilancia de Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados—, reflexionó sobre el panorama económico actual de nuestro país con el fin de ayudar a comprenderlo y buscar soluciones para mejorarlo.

Tras un minucioso análisis histórico del periodo de 1940 a 2015, el también ganador de dos premios de investigación económica otorgados por la UNAM, llegó a la conclusión de que el modelo mexicano no ha logrado equilibrar el mercado interno con el externo, situación que ha desencadenado la serie de problemáticas actuales.

A partir de 1940 y hasta 1970 se dio en México "el milagro económico", etapa caracterizada por tasas de crecimiento altas, un proceso de industrialización aunado al desarrollo rural y por una sólida regulación de precios con la intervención decidida del Estado en la producción de insumos, e inversión a la infraestructura. El comercio exterior se basaba en una política de sustitución de importaciones para el consumo interno, aspecto que después se convirtió en una debilidad, pues ese acelerado crecimiento de la producción industrial sólo se destinó a lo interno y no a conseguir el capital para pagar las tecnologías que hacían posible la industrialización.

Se trataba así de un modelo que intentaba crear un mercado de consumo similar al de Estados Unidos sin considerar que en México no se contaba con el mismo nivel de ingresos y que con el tiempo se volvió favorecedor para una minoría.

Una vez que se alcanzó el nivel satisfactorio de bienestar con el impulso al campo, éste fue descuidado para sustentar la producción industrial y así se comenzó a importar cada vez más productos básicos, de modo que la agricultura pasó de ser una fuente de financiamiento a una carga, generando una crisis a fines de los años 60 con sobreevaluación continua del peso.

Con una moneda cara, las fuentes para financiar la tecnología importada provinieron principalmente de las exportaciones petroleras, y luego, a causa del desplome del precio se generó un endeudamiento para el país.

En ese contexto, el modelo económico que se adoptó con Salinas de Gortari fue el de atracción de inversión extranjera directa, es decir, el crecimiento interno dependería de la entrada de capital. Con ello, el país trataba de insertarse en la globalización siguiendo una política de deterioro en la cual se dio prioridad a la inversión extranjera para producir al exterior en vez del mercado interno. Esto al tiempo que debían pagarse intereses por permitir a las empresas extranjeras repatriar las ganancias generadas en el país.

De acuerdo con el maestro Franco, una nación sólo tiene dos maneras de competir en la globalización: con salarios o una moneda baratos que hagan competitivas sus exportaciones, y si bien en los últimos cuarenta años hemos tenido avances tecnológicos impresionantes acompañados de un enorme incremento de productividad (resultado de un menor uso de energía e insumos) los salarios han bajado.

Además, en los últimos años hemos pasado de una inversión extranjera productiva a una de cartera basada en la compra de bonos o entradas a la bolsa de valores para obtener financiamientos por tasas de interés. A ello se suman las caídas, por un lado, del precio del petróleo en el sexenio actual, y por otro al bajo interés en las reservas.

De esta manera se observa que México enfrenta un problema de financiamiento externo grave y todo indica que se llegará a un shock económico parecido al del 94. La clave para contrarrestarlo está, a ojos del maestro Franco, en abandonar la idea de producir solamente para el exterior y comenzar a producir para el interior, pues sólo a través de una fuerte reactivación de capacidades productivas será posible equilibrar la cuenta corriente y poseer un superávit en la balanza comercial para pagar importaciones y réditos al exterior.

La corrección de ese desequilibrio y el fortalecimiento del sector social en el modelo económico permitirán aumentar los salarios y los niveles de vida, así como brindar mejores oportunidades de empleo para las futuras generaciones de egresados.