Se entregaron reconocimientos a los cuatro ganadores del II Concurso de Calaveritas Literarias organizado por las agrupaciones estudiantiles con las temáticas den torno a los profesores y la Facultad de Ingeniería.
Después de agradecer la participación de los estudiantes, Luis de la Isla Hernández, presidente de la Sociedad de Alumnos de Ingeniería en Computación, en representación de las agrupaciones estudiantiles, destacó la importancia y lo enriquecedor que resulta impulsar entre la comunidad estudiantil actividades que rescatan y promueven nuestras tradiciones, como el Día de Muertos.
Por su parte, el maestro Miguel Figueroa Bustos, secretario de Servicios Académicos, aseguró que este concurso, al igual que las agrupaciones estudiantiles, promueve la integración de la comunidad: "Esto enriquece nuestra vida cultural, nos hace crecer como personas y nos da un sentido de pertenencia con la comunidad universitaria. Su esfuerzo es sólo un ejemplo de que en la FI formamos estudiantes ganadores y líderes; sin duda, esto nos permitirá seguir fortaleciéndonos en todos sentidos".
Los finalistas Mariana Sánchez Manzano y Mauro Caballero Sánchez, de Computación, y Mario Axel Flores Santillán, de Mecánica, coincidieron en la importancia de mantener las tradiciones que dan identidad, como las calaveritas de Días de Muertos: es esencial demostrar que los ingenieros, además de las matemáticas y las ciencias, también pueden participar en actividades culturales, ya que esto es parte de la formación integral que reciben de la Facultad de Ingeniería.
"Debemos desarrollarnos en todos los ámbitos, sentirnos orgullosos de pertenecer a esta Facultad, a la Universidad y a nuestro país, los cuales nos dan mucho", aseveró el otro finalista José Luis Gómez de Ingeniería Petrolera.
Los cuatro estudiantes recibieron un diploma, el libro Algunos personajes y hechos que han transformado el mundo del ingeniero Humberto Gardea Villegas, una playera de la FI y una USB.
A la ceremonia asistieron los consejeros técnicos José Antonio Anaya Cárdenas y Humberto Márquez García; Ariel Goldin y Pedro Rojas Campuzano de la Sociedad de Energía y Medio Ambiente, y Kenia Medina y Román Hernández de la Society of Petroleum Engineers.
Corría el mes de Noviembre
en la Fac. de Ingeniería;
eran fines de semestre,
y en el aire se sentía.
Pero algo no cuadraba
pues rondaba ahí la Catrina,
la malvada ya planeaba
hacerse de unas cuantas vidas.
Llevando a cabo su artimaña,
la flaca a un salón fue a dar,
y fue entrando con cizaña
en pleno examen de Vectorial.
Arrogante, confianzuda
e intentando intimidar,
muy canalla la huesuda
les dijo sin vacilar:
"¡Al demonio con sus cuentas!,
sus vidas me van a dar,
rapidito y sin ofensas
que no se me da esperar".
Confundidos los alumnos
regresaron a su asunto,
hasta que fuerte desde el fondo
alguien dijo muy astuto:
"¿Y qué vida es la que quieres
si no es nuestra para dar?,
está enfocada en hacer series
y estudiar para el final".
Entre burlas y risotadas
la parca a la fuga se dio,
y pasando por la explanada
un chiflido la desconcertó.
-Ven aquí, mi reina,
un besito te quiero dar.-
-Deja ya de estar de flojo
y ya pasa Diferencial.-
Fastidiada e iracunda
dijo nunca volvería,
"¿Para qué querer infierno
si se estudia Ingeniería?"
Va la muerte derrotada
jurando vengarse un día,
mas hoy se escucha la balada
de: "¡Vino, mujeres y orgía!"
Diógenes Alejandro Xenos