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Investigación y Vinculación
2016-11-30
Concluye el Ciclo DICT 2016
El doctor Francisco Sánchez Sesma expuso los modelos de vanguardia en medición sismológica.
Por: Erick Hernández Morales
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
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Dr. Francisco Sánchez Sesma

En la última sesión del Ciclo de Investigación y Docencia 2016 que organiza la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (DICT), el doctor Francisco J. Sánchez Sesma impartió la conferencia Cálculo Directo e Inversión del Cociente Espectral H/V bajo la Hipótesis de Campo Difuso.

El doctor Sánchez Sesma habló de un tema al que ha dedicado alrededor de once años como investigador en el Instituto de Ingeniería UNAM, y que considera la continuación lógica de su trabajo anterior: de un modelo matemático que relaciona las ondas superficiales de la sismlogía tradicional con las ondas de ruido sísmico.

Dijo que las investigaciones de esta tendencia han arrojado resultados sorprendentes y que entender esa conexión puede ser la clave de hacer más poderosas las técnicas de medición sísmica. "En la sismología tradicional, la tierra ya no guarda sorpresas a ciertas escalas, pero a nivel de movimientos fuertes hay mucha más heterogeneidad".

El trabajo se apoya en la hipótesis de campo difuso, una teoría que cristaliza en los primeros años de este siglo con un trabajo de Richard Weaver y otro de Michel Campillo y Anne Paul.

"La esencia de todo esto es que las correlaciones del ruido, cuando se centran en un campo difuso, están íntimamente ligadas con la función de Green", dijo el doctor Sánchez. Esto lo descubrió en los años 50 el japonés K. Aki, quien encontró que en el dominio de la frecuencia, la correlación es proporcional a la función de Green.

La ventaja que tiene el ruido sísmico ambiental es su persistencia, es decir, que se registra casi todo el tiempo. El espectro del ruido cubre una gama amplia de frecuencias y varía de acuerdo a muchos factores, sobre todo el tráfico de las ciudades, abundó.

Para terminar, el doctor Sánchez Sesma expuso algunas aplicaciones que se le han dado a esta tendencia. Una es la de la red sísmica de California, en donde se hicieron las correlaciones de varios meses de registro, con lo que se recuperaron las ondas superficiales y se realizaron mapas tomográficos de velocidades que se pueden ligar con características tectónicas de la región.

Otra aplicación, más cercana por la zona y en la participa el doctor Francisco, es la tesis doctoral de Marcela Baena. En ella usan el registro de más de 170 sismos y los datos de la red sísmica de la Ciudad de México, lo que, según los resultados preliminares, les permitirá hacer una estimación de las velocidades del grupo de las ondas superficiales y, posiblemente, contribuir al conocimiento de la geología de la zona.