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Vida Académica
2017-03-07
50 años de División de Ciencias Básicas
Las materias de Ciencias Básicas no se volverán obsoletas en toda una vida: es crucial aprenderlas muy bien.
Por: Aurelio Perez-Gómez
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Dr. Carlos Escalante Sandoval y ex jefes de la DCB

La creación de la División se remonta a 1967, en respuesta a la necesidad de organizar e impartir las materias de carácter fundamental para las carreras de la Facultad, como Departamento de Materias Propedéuticas y lo encabezó el ingeniero Amado Chiñas de la Torre. De 1968 a 1978, cambió su nombre a Coordinación de Materias Propedéuticas y a partir de 1979 a División de Ciencias Básicas (DCB). Con este recuento inició su discurso el doctor Carlos Escalante Sandoval, en la ceremonia de inauguración por 50 años de la División, el 7 de marzo en el Auditorio Sotero Prieto.

La DCB recibe actualmente 2400 alumnos por generación y tiene como objetivo desarrollar en los estudiantes una madurez intelectual que les permita contar con una alta capacidad de análisis y síntesis para formular y resolver problemas. Además, cuenta con 10 laboratorios experimentales certificados bajo la norma ISO:9000-2008 y todas sus aulas con equipo de cómputo y acceso a internet.

La DBC, agregó el director, fomenta el trabajo colaborativo, comprometido y solidario a través de las academias, cuyos propósitos son la generación de material didáctico, la mejora en las metodologías de la enseñanza y aumentar el nivel de aprobación en los primeros semestres. Tras invitar a consolidar estas iniciativas para garantizar el mejor aprovechamiento de los recursos, expresó: "Han sido 50 años de ardua labor y autoaprendizaje, forjando nuestro propio destino y el de nuestros estudiantes. Estamos orgullosos de nuestro pasado y a su vez, altamente comprometidos con el presente y con los retos que nos plantee el futuro".

Mesa redonda de exjefes de la DCB

El primero en tomar la palabra fue el ingeniero Eduardo Manuel Solar González (1979-1984), quien afirmó que uno de los cambios más importantes en su administración fue la desaparición del tronco común, lo cual permitió que cada disciplina tuviera materias diferentes desde el primer semestre. "Esto no fue fácil, se tuvieron que desarrollar asignaturas especiales como matemáticas para ingenieros civiles o para mecánicos," puntualizó.

Entre los programas, uno de los más importantes fue el de superación académica, dirigido a fortalecer la formación docente en relación a la técnica de la enseñanza. "Los ingenieros éramos particularmente deficientes, por eso nos auxiliamos de un grupo de pedagogas", recordó.

Comentó que el campo profesional ha cambiado y seguirá cambiando, por lo que la única manera de enfrentarlo es con una sólida formación basada en las ciencias básicas, valores universales y principios.

Por su parte, el maestro Gustavo Rafael Aranda Hernández (1984-1987) contó que junto con 72 funcionarios encaminaron sus esfuerzos a cumplir a pie juntillas el verso de Benedetti: codo a codo, somos mucho más que dos. Organizó la Primera Semana de las Matemáticas, el Boletín Matemática y Cultura; el Taller TAFI de artes y el proyecto LUPAJEEN sobre creatividad.

Durante su gestión, un profesor de la DCB recibió la distinción de Profesor Emérito de la UNAM y dos más ingresaron el Sistema Nacional de Investigadores. Además, externó sus sentimientos hacia la DCB con un poema del escritor chiapaneco Enoch Cancino Casahonda: "... y cuando viejo, solo y abatido se aproxime al final de mi existencia, —División de Ciencias Básicas— he de besar tu tierra para siempre".

A su vez, la profesora emérita Leda Speziale San Vicente (1987-1991) comentó que en su administración los semestres no tenían el mismo número de materias, por ejemplo, en el par se cursaban 40 y en el non 20; debido a lo cual, los profesores impartían varias asignaturas. Esta movilidad era muy beneficiosa, sobre todo, para los alumnos porque el maestro comprendía que los conocimientos de una materia eran los antecedentes de otra, sabía cuál era la importancia de una con respecto a la otra. Cuando un alumno percibe a la asignatura como una isla, se está formando parcialmente; para lograr que su educación sea integral es necesario que entienda las interrelaciones y aplicaciones entre ellas.

También impulsó la creación del Programa de Tutorías y las visitas a empresas, "que les brindaba la oportunidad a nuestros alumnos de conocer el mundo profesional en que se iban a desempeñar y conocer a ingenieros en sus lugares de trabajo", finalizó.

El ingeniero Rodolfo Solís Ubaldo relató que inició en 1991, durante la dirección del ingeniero José Manuel Covarrubias Solís, con varias acciones para la atención y apoyo académico para alumnos, como los cursos propedéuticos, el apoyo psicológico y pedagógico, las visitas técnicas a empresas y el Programa de Alto Rendimiento Académico (PARA). En 1992, se conmemoró los 200 años del Real Seminario de Minería y como parte de los festejos se creó la Plaza del Bicentenario, en donde están los nombres de distinguidos profesores de la Facultad.

Además, se fundaron varios organismos nacionales de evaluación y acreditación de la educación superior, en los que tuvo una participación muy importante la FI, lo cual provocó la reorganización administrativa de la DCB y la renovación de los planes de estudio.

A su vez, el ingeniero Gabriel Alejandro Jaramillo Morales (1994-1995) enlistó algunas de las acciones que bajo su dirección se impulsaron, como la creación e integración a los planes de estudio de varios laboratorios, la elaboración de material didáctico: apuntes, cuadernos de trabajos y manuales de prácticas de trabajo. Comentó que la calidad de la División está determinada por la responsabilidad, el compromiso y la formación de sus profesores.

Sobre su gestión, el maestro Bernardo Frontana de la Cruz (1995-2007) dijo que se crearon la Comisión de Vinculación con el Bachillerato y la Coordinación de Apoyo a la Docencia, la cual brindaba apoyo didáctico a los profesores, asesoría a los alumnos y se hacía investigación educativa. Relató que durante la huelga universitaria (1999), la División se trasladó al Real Seminario de Minería, Guatemala 90, donde se habilitaron sus áreas como salones con aparatos multimedia, pantallas electrónicas, computadoras y cañones.

Externó su aspiración para que la DCB sea un espacio para "el amor a la docencia de la ciencia básica, a la Universidad, al país, a la tecnología y al conocimiento; que se caracterice por el respeto y compromiso de sus funcionarios, académicos y alumnos".

En su turno, el maestro Juan Ursul Solanes refirió que la División de Ciencias Básicas ha sido una constante en su vida desde enero de 1968 así como la puerta de entrada de 50 generaciones, cada una de ella integrada por 2000 alumnos en promedio, "l la impresionante cifra de 100 mil estudiantes en su historia".

Hizo un reconocimiento a los docentes cuya vocación es a toda prueba, "por la dimensión de los grupos (de 50 a 60 alumnos), por la cantidad de información concentrada en sus programas de estudios, así como la condición de adolescentes de los alumnos que pretendemos se conviertan en jóvenes a golpes de reprobadas", apuntó en un tono irónico.

Todos los miembros de la División siempre han procurado cumplir su misión de manera generosa, aún en condiciones precarias o difíciles, pero siempre han salido avante. "Hemos sido laboratorio de innumerables experimentos con el ánimo de mejorar el aprendizaje de nuestros alumnos con acciones: los exámenes departamentales, las encuestas a los alumnos sobre los profesores, el Foro Permanente de Profesores Carrera, los exámenes extraordinarios de tres etapas, la Certificación ISO 9001 de todos los laboratorios, etcétera".

Finalizó evocando las palabras del maestro Jacinto Viqueira sobre el valor de esta División: "Lo que se aprende en las asignaturas de ingeniería aplicada (últimos tres semestres de las carreras) al año se vuelve obsoleto, y por lo tanto hay que tomar cursos de educación continua. Lo que se aprende en las asignaturas de ciencias de la ingeniería (quinto a séptimo semestres) se vuelve obsoleto en diez años y hay que tomar algún diplomado. Pero lo que se aprende en las asignaturas de ciencias básicas no se volverá obsoleto en toda una vida, por lo que es crucial que los alumnos de nuestra Facultad lo aprendan muy bien".

En su discurso, el doctor Gerardo René Espinosa Pérez agradeció a todos los exjefes por su participación en esta celebración y valoró las anécdotas y experiencias contadas. "Queda poco por decir; es fundamental que los alumnos conozcan todo lo que se ha hecho. A la administración actual nos dejan la responsabilidad de cuidar y acrecentar ese legado. Tenemos un compromiso, lo asumimos con fuerza y convicción".

Jefes de la DCB/p>

Departamento de Materias Propedéuticas

1967-1968 Ing. Amado Chiñas de la Torre

Coordinador de Materias Propedéuticas

1968-1969 M. I. Luis Ordoñez Reyna

1969-1974 Ing. Francisco de Pablo Galán

1974-1979 Ing. Antonio Abauza de la Escosura

División de Ciencias Básicas

1979-1984 Ing. Eduardo Manuel Solar González

1984-1987 M. I. Gustavo Rafael Aranda Hernández

1987-1991 M. I. Leda Speziale San Vicente

1991-1994 Ing. Rodolfo Solís Ubaldo

1994-1995 Ing. Gabriel Alejandro Jaramillo Morales

1995-2007 M. I. Bernardo Frontana de la Cruz

2007-2015 M. A. Juan Ursul Solanes

2015-2017 Dr. Gerardo René Espinosa Pérez