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Investigación y Vinculación
2019-07-30
Reconocimiento en congreso internacional
Estudiante de la FI obtiene el premio Mejor Trabajo Cartel en el Congreso Interamericano de Residuos Sólidos.
Por: María Eugenia Fernández Quintero
Fotografía: Jorge Estrada Ortíz
Comunicafi
Ingeniero Christian Axel Delgado López

La Facultad de Ingeniería de la UNAM participó con gran éxito en el octavo Congreso Interamericano de Residuos Sólidos, realizado por la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental bajo el lema Incidencia de la Gestión de Residuos Sólidos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Las Américas, del 22 al 24 de mayo pasado en la Ciudad de Asunción, Paraguay.

Los organizadores del Congreso otorgaron el reconocimiento Mejor Trabajo Técnico Categoría Cartel al proyecto de investigación desarrollado en el Posgrado en Ingeniería de la UNAM, en el que participan las Facultades de Ingeniería y Química, y el Instituto de Ingeniería, Biodegradación como alternativa de Gestión de los Agroplásticos utilizados en la Agricultura Protegida en el Campo Mexicano del estudiante Christian Axel Delgado López, de la maestría de Ingeniería Ambiental, en coautoría con las profesoras Georgina Fernández Villagómez, Irma Cruz Gavilán, María Teresa Orta y Patricia Pacheco Romero.

El ingeniero Christian Delgado ha enfocado su interés a la biodegradación de los plásticos desde su licenciatura en la Facultad de Química y ahora que está punto de culminar su posgrado en Ingeniería Ambiental de la FI ha logrado avances importantes en el tema. Considera fundamental el impulso permanente a la cultura de protección del medio ambiente, siempre de la mano con el trabajo académico, a fin de que la afectación de los plásticos sea mínima: “Es posible reintegrarlos como materia orgánica, en forma de carbono al suelo, empezando un nuevo ciclo de vida”, comenta.

Señala que los plásticos que ocupan los agricultores mexicanos son convencionales, de polietileno de baja densidad, polipropileno, poliésteres, policarbonatos que resultan muy resistentes debido a las propiedades que deben cumplir para proteger los cultivos, y por lo tanto muy difíciles de biodegradar: “En promedio un plástico agrícola tiene un 15 por ciento de su peso en aditivos los cuales ejercen mecanismos de protección para los cultivos”.

Opina que muchos agricultores carecen de posibilidades para la disposición y manejo adecuados de los plásticos y por lo tanto reincorporarlos, reciclarlos: “Simplemente los desechan en basureros clandestinos, a cielo abierto, incluso llegan a quemarlos, lo que es sumamente perjudicial, ya que los aditivos quemados en estas condiciones liberan sustancias muy tóxicas, que alteran la calidad del aire y que al caer en suelos y aguas los contaminan. Es frecuente encontrar en los sembradíos este tipo de plásticos desechados a la orilla de las carreteras”.

En otros países, señala el ingeniero Delgado, hay adelantos tecnológicos significativos para la disposición final de los plásticos, como la oxo-biodegradación, proceso térmico y fotoquímico que resulta en una oxidación y biodegradación simultánea: “En Europa la mayoría de las bolsas tienen un código que certifica que el tipo de material plástico es biodegradable; en México vamos un poco más lento, pero con acciones plausibles, por ejemplo, la Tienda UNAM utiliza bolsas oxo-biodegradables para los consumidores.”

Considera que desde el gobierno se deben proponer normas adecuadas para legislar y regular las bolsas plásticas, y celebra que algunas empresas trabajen y promuevan el pelet biodegradable, un condensado que tiene propiedades de biodegradación, pues sus componentes provienen de fuentes naturales, como el ácido poliláctico, caña de azúcar o celulosa, con los cuales se generan polímeros capaces de reincorporarse al medio.

Para su trabajo de laboratorio, explica Christian, se montó un sistema de reactores con lodo anaerobio, incluso algunos materiales de importación, simulando las condiciones de la norma específica para biodegradación de materiales plásticos en rellenos sanitarios, en donde, en el mejor de los casos, terminan los plásticos.

El proceso duró 70 días de exposición, en el cual se efectuó un monitoreo permanente (incluyendo sábados y domingos), ya que al involucrar microorganismos que se están consumiendo un sustrato, en este caso el plástico biodegradable, es indispensable mantener controladas la temperatura del agua y las condiciones anaerobias. Se tomaron muestras del biogás generado para analizar la composición de bióxido de carbono y metano, y así llegar al porcentaje de biodegradación de acuerdo a la materia orgánica que se convierte en carbono gaseoso.

En cuanto al premio obtenido en Paraguay, expresa con una gran sonrisa: “Representar a México en el extranjero es un placer indescriptible, un momento muy emocionante que se reconozca en un congreso, frente a otras naciones, lo que se está haciendo en la UNAM; me di cuenta de que todos los sacrificios valieron la pena”.

Finalmente, sugiere a los jóvenes que están ingresando al Posgrado que tengan presente que la Ingeniería Ambiental es fundamental para el desarrollo del país: “Los invito a que se mantengan motivados porque, si bien concluir una maestría es una tarea ardua, hay mucho por hacer en la remediación de nuestro medio ambiente”.