El pasado 3 de septiembre en el Auditorio Sotero Prieto, la Secretaría de Apoyo a la Docencia de la FI, a través de su Coordinación de Programas de Atención Diferenciada para Alumnos (Copadi), organizó la plática Igualdad de Género y Respeto a la Diversidad en la UNAM, impartida por la licenciada Lilian Ayala González, jefa de educación para la igualdad del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

En esta primera conferencia 2020-1 del Ciclo Promoción de la Salud y el Autocuidado, la joven comunicóloga, enfatizó que se trata de asuntos de la mayor actualidad que han generado diversa información y opiniones, por lo que alertó a no caer en descalificaciones; pues existen exigencias de la sociedad como el aborto legal o la consigna ni una menos (cese de feminicidios) que pueden incomodar a algunas personas.

Acompañada del titular de la Copadi, maestro José Huezo, la ponente inició con un ágil repaso de los conceptos sexo (asociado a lo biológico, hembra y macho) y género (construcción social y cultural con base en los genitales, femenino y masculino), definido por la feminista boliviana Julieta Paredes como "cárcel" edificada por el patriarcado para los cuerpos de los hombres, las mujeres y de las personas intersexuales dando más valor a la cárcel masculina. Ejemplificó esta ponderación de lo masculino con el futbol soccer y con los cargos directivos, donde es evidente la brecha de género.

Comentó que las representaciones culturales (rosa y azul), los hábitos naturales (instinto materno) y las expectativas (si te casas accedes a ciertos derechos) asociadas al género son objetables ya que sitúan a quienes 'no cumplen' como disidentes. "Hay que aceptar que las transgresiones están presentes todo el tiempo".

En ese sentido, la académica del CIEG con base en la idea de la antropóloga Gayle Rubin "la diferencia de género opera siempre como desigualdad", insistió en la importancia de reconocer que todas las personas, sin importar su condición sexogenérica, tienen los mismos derechos y merecen las mismas oportunidades: "Una búsqueda de la simetría, de la igualdad sustantiva, que no se queda en cuota de género sino en una ganancia real de espacios".

Continuó con el término diversidad -gran cantidad de varias cosas- que en su opinión se percibe positivamente en ciertos contextos: "La biodiversidad, la riqueza de un país, nunca es negativa". Sin embargo, en el plano sexual no resulta así; hay posturas basadas en el paradigma heterosexual (la norma), el político (institucional) o de identidad, y cuando se rebasan, viene la penalización, se castiga socialmente discriminando a las personas lesbianas, homosexuales, trans e inter sexuales.

Además, mencionó la definición del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación sobre la diversidad sexual y de género: todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir su sexualidad, así como de asumir expresiones, preferencias u orientaciones e identidades sexuales /.../ todos los cuerpos, todas las sensaciones y todos los deseos tienen derecho a existir y manifestarse, sin más límites que el respeto a los derechos de las otras personas.

La especialista hizo un llamado a identificar y combatir premisas (exotización, satanizar por color de piel y edad) y supuestos (la función de la sexualidad es la reproducción, sólo existen dos sexos) por fomentar la discriminación con la idea de que sexo, identidad y prácticas se asumen siempre como heterosexuales y binarias.

Y cuando la ponente, quien ha vivido situaciones de discriminación por ser lesbiana, invitó a los asistentes a compartir sus experiencias al respecto, el auditorio se explayó. Una alumna reconoció la falta de apoyo de su familia cuando decidió estudiar ingeniería ('no vas a poder'), uno condenó los estigmas porque reflejan total desconocimiento ('los gays son portadores del VIH'), y otro señaló que es más difícil para una mujer estudiar una carrera de ingeniería ('hay diferencia de capacidad de percepción ...').

La licenciada Ayala aseguró que ante las problemáticas de la diversidad sexogenérica (segregación ocupacional o asesinatos por violencia de género), lo más valioso es actuar con compromiso, contribuir a lograr espacios y una educación sin sexismo, erradicar acoso y hostigamiento, promover la paridad, visibilizar la comunidad LGBTQ y trabajar en la transversalización.

Más manos alzadas y muchas voces en el Sotero: "mis compañeros se molestaron porque me quedé en la mañana sólo por ser mujer...", "me llama la atención cómo se ha normalizado en las redes sociales las conductas machistas en alusión a ciertas carreras", "me indigna la indiferencia de los estudiantes de la FI para ayudar a una compañera angustiada que está siendo acosada", "por estar alcoholizada, le dijeron que su denuncia no procedía", "propongo que la educación sea andrógina y se eviten los piropos, son de mal gusto y sexualizan"; "celebro los avances alcanzados en la CDMX en relación con otras entidades".

En repuesta, la ponente señaló que las medidas proteccionistas para las mujeres (vagones exclusivos y turnos preferenciales) son necesarias por la lamentable emergencia que se vive e invitó a revirar las conductas normalizadas de violencia atreviéndose a marcar la diferencia y expresar su desacuerdo: "Las redes sociales no se pueden parar, pero sí es posible proponer otra dinámica sin agresión".

Asimismo, recordó que el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM aplica para todos los actos ocurridos en las instalaciones e inmediaciones universitarias, o espacios distintos a los recintos universitarios, siempre y cuando intervenga una persona integrante de la comunidad. Ofreció su ayuda mediante el correo lilian_ayala@cieg.unam.mx

La maestra Diana Paulina Pérez Palacios, profesora de la FI, pidió la palabra para reforzar lo estipulado por el Protocolo y para brindar todo su apoyo, en su calidad de Orientadora de la Facultad, en la División de Ciencias Sociales y Humanidades o vía su correo pppauldi@gmail.com