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Investigación y Vinculación
2019-09-25
Ciclo de conferencias de la DICT 2020-1
Arqueólogos de la ENAH hablan del presente y pasado de la minería y geología de la obsidiana en Hidalgo.
Por: María Eugenia Fernández Q.
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Arqueólogo Jannu Lira Alatorre

En el marco del Ciclo de Investigación y Docencia de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (DICT), los arqueólogos Jannu Lira Alatorre e Ivonne Siegrid Schönleber Riusech, profesores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), impartieron el pasado 25 de septiembre, en el aula C404, la conferencia Minería y Geología de la Obsidiana en Sierra de Las Navajas, Hidalgo.

Los ponentes, desde su mirada arqueológica, enriquecida con la colaboración multidisciplinaria (geólogos, geógrafos, biólogos edafólogos), presentaron su trabajo de investigación en los yacimientos de obsidiana ubicados en el cráter del volcán Sierra Las Navajas, entre Pachuca y Tulancingo (al sur ejido El Nopalillo, Epazoyucan y el norte San Lorenzo el Zembo) relacionados con la actividad prehispánica y la actual de extracción de esta preciada roca volcánica, única en el mundo por sus tonalidades verde y verde dorado.

Precisaron las condiciones de esta bella zona: clima semihúmedo, temperatura cálida a semi fría, con lluvias en verano y altitud de más de 3 mil metros sobre el nivel del mar; los habitantes de El Zembo se dedican al cultivo de trucha y a la extracción de obsidiana, la cual, subrayaron, ha sido excluida de las Cartas geológicas porque no se considera valiosa económicamente; sin embargo, en diversas fotografías aéreas sí se observa y delimita la estructura de las zonas de extracción, aproximadamente 113 kilómetros cuadrados, a las que se accede caminando y que fueron el punto de partida para el trabajo de campo.

En cuanto a la geomorfología, producto de la actividad volcánica, se asesoraron con un geólogo para identificar que se trata de flujos riolíticos, tobas y obsidianas, que al hacer erupción dan lugar a las calderas y domos postcalderas. Con respecto a la estructura litológica, comentaron que la matriz de la obsidiana es toba, rodeada por lapilli que se degrada en arcillas.

Asimismo, ilustraron los diversos tiros para acceder a las minas y las coincidencias de algunos de la época prehispánica con los actuales: los hay de 40 metros, inclinados y túneles para máximo 2 o 3 personas en cada frente ya que no cuentan con sistemas de ventilación; iluminan con velas y desarrollan una minería artesanal a base de picos y palos, y sin protección con mascarillas. Sobre este último punto, que impacta en la salud, los profesores Lira y Schönleber han considerado abordar la silicosis en la zona, enfermedad producida por inhalación de moléculas de sílice depositadas como polvo en los pulmones.

También ofrecieron datos histórico culturales, como la existencia de un altar en el acceso: en las prehispánicas es una ofrenda a la Madre Tierra y en la actualidad al Sagrado Corazón, y el sentido ecológico al reintegrar los materiales de desecho a la mina y su preferencia por la obsidiana verde que refleja su culto a la naturaleza.

En colaboración con geógrafos y biólogos edafólogos (científicos que estudian los suelos), los investigadores de la ENAH conformaron como unidades de paisaje: las laderas y montañas en la parte alta (3 mil 200 m) y en la baja, pie de monte y planicies. Estas últimas asociadas a la agricultura donde predomina el pino y encino, mientras que las altas, a la extracción de obsidiana (en el norte hay deforestación) con evidencias de tiros prehispánicos que en la actualidad los mineros intervienen nuevamente, así como de cimientos de muros de material perecedero utilizados para pernoctar.

Finalizaron exponiendo la problemática ambiental producto del aprovechamiento silvícola y la tala inmoderada, lo cual afecta la capa vegetal que funciona como revestimiento de las minas posibilitando que se excave sin necesidad de colocar ademes, lamentablemente ahora se tiene que improvisar algún tipo de protección para evitar colapsos por el reblandecimiento. Los jóvenes investigadores, además de subrayar y agradecer la importancia del trabajo multidisciplinario en la ciencia y docencia, regalaron una probadita de un lugar y una actividad fascinantes, y que sin duda para más de uno de los presentes fructificará en una visita al Parque Ecoturístico Las Navajas: "Una muestra de cómo puede darse una convivencia armónica entre paisaje, turismo y minería ya que la población vive de la minería, artesanos que ofrecen sus piezas de obsidiana".