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Investigación y Vinculación
2020-03-06
Insuficiencia del agua en la CDMX
En el Dí­a de la Geofí­sica, mesa redonda con especialistas que abordan la problemática del agua.
Por: Jorge Contreras Martí­nez
Fotografía: Jorge Estrada Ortiz
Comunicafi
El ingeniero Eduardo Juayek Sotelo y el doctor José Antonio Hernández Espriú
OT 43 / Jorge Contreras Martí­nez / Foto: Jorge E. / 6 de marzo

En el marco del Dí­a de la Geofí­sica, organizado por la Sociedad de Alumnos de Geofí­sica de la Facultad de Ingenierí­a (SAGFI), se llevó a cabo la mesa Insuficiencia del Agua en la Ciudad de México para dar a conocer la problemática y los retos del abastecimiento y así­ generar propuestas, con la participación del doctor José Antonio Hernández Espriú (académico de la FI) y los ingenieros Rubén Chávez Guillén, Eduardo Juayek Sotelo (consultores), José Luis Hernández Yzquierdo (Colegio de Geofí­sicos) y Francisco Alejandro Arroyo Carrasco (profesor de la FI y moderador).

Como preámbulo, el ingeniero Chávez Guillén compartió el estado actual del agua en la Ciudad de México enfatizando que la urbanización ha tenido un impacto en el ciclo hidrológico: reducción de la recarga natural del acuí­fero, modificación del drenaje natural, desaparición de humedales, lagos y manantiales, y contaminación del agua. Precisó que la fuente principal de agua en la ciudad es el acuí­fero, dado que las otras fuentes son externas, provenientes del Valle de Lerma y del Sistema Cutzamala. "Esto ha provocado una sobreexplotación; se está vaciando nuestro `recipiente´ subterráneo a un ritmo estimado de 25000 litros por segundo y la demanda sigue creciendo".

De acuerdo con estudios de la cuenca, agregó, hay indicios de un acuí­fero a mayor profundidad, aunque no está claro si es el mismo u otro independiente. "Puede ser una fuente complementaria, el reto para determinarlo es complejo y la geofí­sica nos debe ayudar".

El ingeniero Hernández Yzquierdo expuso cómo la geofí­sica ha evolucionado y se ha introducido a la hidrogeologí­a para comprender más sobre el acuí­fero de la ciudad. Históricamente, dijo, se han buscado soluciones al hundimiento y abastecimiento, sin embargo, los primeros estudios se hicieron de manera rudimentaria y así­ se continuó mucho tiempo tratando de determinar en dónde estaba la roca firme.

Recientemente, explicó, se llevó a cabo una investigación integral, a través del Instituto de Geologí­a, que combina diversos estudios (geologí­a, gravimetrí­a, sí­smica, entre otros) para configurar el subsuelo. "Se determinaron espesores de 500 a 5000 metros en la parte firme, se detectó caliza y se supo que el material de relleno es de origen volcánico. Es un panorama básico y aún falta mucho para comprender el acuí­fero detalladamente".

El ingeniero Juayek Sotelo, con experiencia en registros de pozos de agua, aseguró que se está aprovechando a la geofí­sica de mejor manera para conocer los alcances y posibilidades reales de un acuí­fero. Abundó que, en caso de haber uno a mayor profundidad, será una fuente importante siempre y cuando cumpla con las condiciones de presión hidrostática necesarias.

En su intervención, el doctor Hernández Espriú explicó que, antes de conocer si hay un acuí­fero en las profundidades de la Ciudad de México y sus alcances, deben continuar los estudios en torno al que se está explotando actualmente. "Aún no conocemos su geometrí­a ni cómo ha cambiado a través de los años. Tenemos que usar la geofí­sica y combinar diversas estrategias para caracterizarlo".

Los especialistas coincidieron en que no hay una solución única para resolver la insuficiencia de agua en la ciudad, pero la geofí­sica debe ser trascendental para coadyuvar en la exploración del subsuelo. "Los retos demandan nuevas técnicas, innovación y más estudios en ciencias de la Tierra", dijo el ingeniero Hernández Yzquierdo.

Por su parte, el ingeniero Juayek recomendó ser creativos y no limitar la cantidad de estudios geofí­sicos que se puedan hacer. El ingeniero Chávez señaló que ni la geofí­sica ni la geologí­a pueden resolver un problema por sí­ solas: "Los programas de estudio deben ser amplios para que las nuevas generaciones de ingenieros interactúen". Por último, el doctor Hernández Espriú invitó a los alumnos a investigar y a ocupar un lenguaje común para entender las diferentes metodologí­as.