En el marco del Día de la Geofísica, organizado por la Sociedad de Alumnos de Geofísica de la Facultad de Ingeniería (SAGFI), se llevó a cabo la mesa Insuficiencia del Agua en la Ciudad de México para dar a conocer la problemática y los retos del abastecimiento y así generar propuestas, con la participación del doctor José Antonio Hernández Espriú (académico de la FI) y los ingenieros Rubén Chávez Guillén, Eduardo Juayek Sotelo (consultores), José Luis Hernández Yzquierdo (Colegio de Geofísicos) y Francisco Alejandro Arroyo Carrasco (profesor de la FI y moderador).
Como preámbulo, el ingeniero Chávez Guillén compartió el estado actual del agua en la Ciudad de México enfatizando que la urbanización ha tenido un impacto en el ciclo hidrológico: reducción de la recarga natural del acuífero, modificación del drenaje natural, desaparición de humedales, lagos y manantiales, y contaminación del agua. Precisó que la fuente principal de agua en la ciudad es el acuífero, dado que las otras fuentes son externas, provenientes del Valle de Lerma y del Sistema Cutzamala. "Esto ha provocado una sobreexplotación; se está vaciando nuestro `recipiente´ subterráneo a un ritmo estimado de 25000 litros por segundo y la demanda sigue creciendo".
De acuerdo con estudios de la cuenca, agregó, hay indicios de un acuífero a mayor profundidad, aunque no está claro si es el mismo u otro independiente. "Puede ser una fuente complementaria, el reto para determinarlo es complejo y la geofísica nos debe ayudar".
El ingeniero Hernández Yzquierdo expuso cómo la geofísica ha evolucionado y se ha introducido a la hidrogeología para comprender más sobre el acuífero de la ciudad. Históricamente, dijo, se han buscado soluciones al hundimiento y abastecimiento, sin embargo, los primeros estudios se hicieron de manera rudimentaria y así se continuó mucho tiempo tratando de determinar en dónde estaba la roca firme.
Recientemente, explicó, se llevó a cabo una investigación integral, a través del Instituto de Geología, que combina diversos estudios (geología, gravimetría, sísmica, entre otros) para configurar el subsuelo. "Se determinaron espesores de 500 a 5000 metros en la parte firme, se detectó caliza y se supo que el material de relleno es de origen volcánico. Es un panorama básico y aún falta mucho para comprender el acuífero detalladamente".
El ingeniero Juayek Sotelo, con experiencia en registros de pozos de agua, aseguró que se está aprovechando a la geofísica de mejor manera para conocer los alcances y posibilidades reales de un acuífero. Abundó que, en caso de haber uno a mayor profundidad, será una fuente importante siempre y cuando cumpla con las condiciones de presión hidrostática necesarias.
En su intervención, el doctor Hernández Espriú explicó que, antes de conocer si hay un acuífero en las profundidades de la Ciudad de México y sus alcances, deben continuar los estudios en torno al que se está explotando actualmente. "Aún no conocemos su geometría ni cómo ha cambiado a través de los años. Tenemos que usar la geofísica y combinar diversas estrategias para caracterizarlo".
Los especialistas coincidieron en que no hay una solución única para resolver la insuficiencia de agua en la ciudad, pero la geofísica debe ser trascendental para coadyuvar en la exploración del subsuelo. "Los retos demandan nuevas técnicas, innovación y más estudios en ciencias de la Tierra", dijo el ingeniero Hernández Yzquierdo.
Por su parte, el ingeniero Juayek recomendó ser creativos y no limitar la cantidad de estudios geofísicos que se puedan hacer. El ingeniero Chávez señaló que ni la geofísica ni la geología pueden resolver un problema por sí solas: "Los programas de estudio deben ser amplios para que las nuevas generaciones de ingenieros interactúen". Por último, el doctor Hernández Espriú invitó a los alumnos a investigar y a ocupar un lenguaje común para entender las diferentes metodologías.