Con la ponencia Caracterización de Flujos de Lava, impartida por el maestro Israel Ramírez Uribe, egresado del Posgrado en Ciencias de la Tierra de la UNAM, el pasado 27 de octubre, continuó el Ciclo de Conferencias de Investigación y Docencia 2021 de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (DICT), coordinado por el doctor Aldo Rosique.

El ponente explicó que los planetas rocosos están formados principalmente por lavas (la Tierra en un 70 por ciento, Venus 90 y Marte 50). Después, aclaró que el magma es un fluido multifásico compuesto por una parte líquida (fundido), sólida (cristales) y gaseosa o volátil (vapor de agua, dióxido de carbono y bióxido de azufre); estos pueden ser: magmas básico, intermedio y ácido, y cuando sale a la superficie se le denomina: lava.

Los flujos de lava, agregó, son masas de rocas fundidas a una temperatura de entre 800 a 1200 grados centígrados, que se desplazan a lo largo de las laderas del volcán a favor de la pendiente, existen dos tipos: simples, asociados a una sola erupción con un único caudal, y los campos, los cuales tienen diferentes flujos de lava, como la erupción del volcán Paricutín.

Con relación a las dinámicas de lavas, expuso que dependen de la tasa de efusión, el volumen, la pendiente, sus compuestos, el porcentaje de cristales presentes, el proceso de enfriamiento y la densidad. Precisó que una erupción explosiva se origina mediante una detonación debido a una gran cantidad de gas en su interior, lo que hace que sea muy violenta y lance material a varios kilómetros sobre el cráter. En contraste, la efusiva se caracteriza porque la salida de la lava se produce sin explosiones: "En este tipo de emisión el magma volcánico es muy fluido y con pocos gases, dicho de otra manera, la lava emerge al exterior en forma de un río que se mueve lentamente", señaló.

Adicionalmente, recalcó que las diferencias entre estas erupciones dependen de la temperatura, la composición química, la presencia de volátiles, la viscosidad, la desgasificación eficiente de los procesos magmáticos y la tasa de ascenso del magma (velocidad a la que sube desde el interior del volcán); estos parámetros no son estables., afirmó, sino que durante una misma erupción pueden modificarse.

El maestro Ramírez Uribe ha enfocado sus investigaciones a la Faja Volcánica Transmexicana, la cual posee una extensión de 160,000 kilómetros cuadrados y cerca de 8,000 estructuras volcánicas, la mayoría de ellas inactivas, cuyos principales volcanes son el Pico de Orizaba (5,636 metros sobre el nivel del mar), el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl, el Ajusco, el Paricutín; el de Colima y el Nevado de Toluca. Al mismo tiempo, tiene una subregión llamada El campo volcánico Michoacán-Guanajuato, donde se encuentra el volcán de Rancho Seco, originado hace 30,000 años antes de Cristo en el Pleistoceno Tardío, cuya erupción cubrió un área de 21 kilómetros cuadrados con un volumen de .6 kilómetros cúbicos.

Para concluir, destacó que esta Faja se encuentra en una de las regiones volcánicas más activas en el mundo. En caso de una erupción es poco probable que se pierdan muchas vidas, dado que es una de las regiones más estudiadas; no obstante, la infraestructura básica de los poblados aledaños sí puede sufrir muchos daños.

En su intervención, el doctor Enrique Alejandro González Torres, jefe de la DICT, agradeció al maestro por su ponencia y reconoció lo oportuno del tema por la situación actual de la actividad volcánica en el planeta: las erupciones de Cumbre Vieja, Stromboli, Etna, Fagradalsfjall, La Soufriere, Nyiragongo y El Popocatépetl en los últimos meses, y su importancia en nuestro país. Finalmente, lo invitó a continuar participando en otros eventos de la Facultad.