Facebook
Gaceta digital FI Ingenieria en Marcha
Comunicafi TVIngenieria comunicafi_unam
Investigación y Vinculación
2022-01-20
Alumnos de la FI, campeones nacionales
Proyecto de concreto reciclado de estudiantes de Ingeniería Civil obtiene primer lugar en concurso de la SICT.
Por: Marlene Flores García
Fotografía: Cortesía
Comunicafi
Equipo ganador de la FI
Michel Anaya, Kevin Vázquez y Michelle Bringas, estudiantes de la División de Ingenierías Civil y Geomática (DICyG) de la Facultad de Ingeniería, obtuvieron el primer lugar en el concurso nacional Innovación para la Construcción, organizado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), en el marco de la celebración de sus 130 años. Los reconocimientos se entregaron el pasado diciembre de 2021.

Los futuros ingenieros civiles, miembros del recientemente fundado capítulo estudiantil de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), obtuvieron la corona en el certamen de la SICT gracias a su proyecto de reciclaje de concreto basado en el modelo de economía circular. Su objetivo es hacer ingeniería sustentable favoreciendo el aprovechamiento máximo de los bienes. "Somos ingenieros y a eso nos dedicamos, a buscar soluciones a los problemas", comentaron en entrevista.

El tema de los escombros es particularmente urgente ante la alarmante cantidad proveniente de la construcción: en México se producen más de siete mil toneladas al año, que ocupan un gran volumen y consumirían una buena cantidad de material virgen de volver a hacerse. Además, el 15 por ciento del Producto Interno Bruto del país corresponde a esta industria, peligrosamente frenada en estos momentos por la crisis sanitaria.

El material virgen, tomado de bancos de materiales, es finito y cada vez más escaso, haciéndolo inaccesible y costoso, pues la obtención implica su extracción, transporte y procesamiento. "Un granito de arena se forma en muchísimos años, y la cuchara de la retroexcavadora en un movimiento se lleva una porción extraordinaria", explicaron. En lugar de seguir minando estos valiosos recursos, se pueden utilizar los que ya han sido extraídos.

La economía circular como modelo de producción implica compartir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos ya existentes durante el mayor tiempo posible, de manera que nunca se conviertan en desechos. Con esto en mente, el equipo de la FI buscó la manera de mantener al concreto en su estatus de materia prima.

Aunque el concreto, tras el proceso de reciclaje, no vuelve a tener la misma resistencia, sí se puede utilizar de manera totalmente segura en bloques, muros divisorios, mampostería o elementos decorativos no estructurales, estabilización de suelos y rellenos, filtros pedregosos, plantillas para recibir lozas, algunas banquetas, esculturas y más.

El proyecto implicó la realización de mezclas con escombros de diversos orígenes y calidades, que se sometieron a pruebas de fuerza, rendimiento y comprensión, hasta obtener la resistencia óptima, incluso mayor a la requerida por la normativa ya existente para los concretos reciclados. Así fue como se determinó que el material se podría utilizar hasta en una casa pequeña, aunque no se sugiere, pero da muestras de su gran fiabilidad.

Si bien existe ya una planta de reciclaje en la Ciudad de México, Michel, Kevin y Michelle incorporaron en su proyecto sugerencias de sitios estratégicos para instalar más: poblaciones en crecimiento como Guadalajara y Monterrey, y otros lugares con gran afluencia, hasta cubrir el territorio nacional. La implementación de este modelo toma especial relevancia ante la proyección de que en el futuro la mayor parte de la gente habitará en zonas urbanas. Para hacerlo posible, el primer paso y factor esencial es la concientización.

Por supuesto, además del medio ambiente, otros aspectos se verían beneficiados. El equipo se interesó por estudiar la parte técnica, pero también la viabilidad económica y el impacto social. Por ejemplo, en términos monetarios, en el costo de depósito habría un ahorro desde el 80 por ciento, dependiendo del estado de limpieza del concreto; mientras que en la compra la cifra oscila entre el 50 y el 80 por ciento, dependiendo de la cantidad que se use en la obra final.

La elaboración de esta propuesta le representó al equipo varios retos. El primero, el simple hecho de salir y visitar plantas y laboratorios en plena pandemia; además, administrar y repartir su tiempo entre sus actividades académicas y personales, tener acceso a la información, instalaciones y a la ayuda de expertos en el tema, y el análisis e interpretación de datos técnicos complejos, y su transmisión de manera clara, concisa y apegada a las reglas del concurso.

Por ello, Michel, Kevin y Michelle agradecieron a la Facultad de Ingeniería, a la CMIC y a su presidente el ingeniero José Arámburo, por las facilidades brindadas para llevar a cabo su trabajo, y al ingeniero José Manuel Bahamonde Peláez, su asesor. "Queríamos buscar una manera de ayudar a la ingeniería civil, que nos ha dado grandes emociones y satisfacciones. Estamos muy felices y orgullosos de poder traer este logro a nuestra alma mater", concluyeron.