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Cultura y deportes
2022-08-23
Primer Simulacro de sismo del ciclo 23-1
Por una cultura de prevención y seguridad en la Facultad de Ingeniería, se realiza una práctica vital.
Por: M. Ed. Aurelio Pérez-Gómez
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Participantes del simulacro en el edificio Y

La palabra simulacro (del latín «simi» o «similis») refiere a la semejanza entre una cosa y otra, y en el ámbito escolar, a técnicas educativas del campo "Aprender haciendo", uno de los más eficaces métodos de aprendizaje, especialmente para reforzar una habilidad, práctica o hábito.

Como parte de las políticas y medidas antidesastres, la Facultad de Ingeniería organiza a través de su Comisión Local de Seguridad (CLS) varios simulacros de sismo durante el año, cuyos objetivos son implementar las acciones de seguridad necesarias para crear una cultura de la prevención y mejorar la capacidad de respuesta de la comunidad ante estos siniestros. Por tal motivo, el pasado 23 de agosto se efectuó en dos turnos (10:00 y 18:00 h) el primer simulacro del semestre 2023-1, con la hipótesis de un temblor de magnitud 7.2 con epicentro a 35 kilómetros al este de Acatlán de Osorio, Puebla.

La CLS reportó que el sistema de alertamiento funcionó correctamente: la comunidad llevó a cabo el repliegue (3 minutos) y la evacuación de acuerdo con la ubicación y edificio en donde se encontraba; posteriormente, toda la comunidad se concentró en los puntos de reunión mientras brigadistas de estructuras y responsables de cada área comunicaban, ante una situación real, la necesidad de revisión de los inmuebles para determinar el regreso a las instalaciones.

En los dos ejercicios participaron en total 12,812 universitarios desalojados de los conjuntos Norte, Sur y Posgrado: el primero contó con 7465 personas y el segundo, 5347. En entrevista, la profesora Olinca Suárez Mejía (Ética profesional, y Ciencia, tecnología y sociedad) comentó que estos ejercicios son muy adecuados, dado que difunden la cultura de la prevención y, al mismo tiempo, nos enseñan cómo organizarnos y qué hacer en situaciones de emergencia: "No olvidemos nunca que vivimos en una zona altamente sísmica; por ello, es fundamental cumplir estas y otras acciones que nos ayuden a disminuir los riesgos posibles o los accidentes, mediante el conocimiento y las experiencias, sabiendo actuar responsablemente desde el momento en que suene la alarma".

Por su parte, la maestra Beatriz Barrera Hernández, jefa del Departamento de Servicios Académicos de la Unidad de Servicios de Cómputo, comentó que los simulacros son necesarios, puesto que de esa forma entendemos cómo debemos de actuar en estas eventualidades: "Hoy, durante el simulacro, un alumno de nuevo ingreso no sabía qué hacer ni a dónde dirigirse; de ahí que sea esencial acometer estas labores con el propósito de que las nuevas generaciones de alumnos, profesores y trabajadores conozcan los protocolos a seguir".

El alumno José de Jesús López Ruiz (Ingeniería Mecánica) señaló que los simulacros son beneficiosos para la comunidad estudiantil por tres razones: permiten comprobar con anticipación si las acciones propuestas son suficientes, preparan para actuar ante una situación real y promueven la cultura de la protección civil entre los miembros de la sociedad. "Por ejemplo, el pasado simulacro, desde mi experiencia, no fue tan exitoso, pues en diferentes edificios del complejo Sur no se llevó a cabo el protocolo, al desalojar a estudiantes de los últimos pisos, cuando lo correcto era salvaguardarse y permanecer en el sitio. No obstante, resultó provechoso conocer estos errores para saber en qué trabajar y mejorar para aplicar las medidas de forma idónea", subrayó.

Para el estudiante Rubén Rodríguez Gómez (Ingeniería en Computación) la práctica de simulacros debe hacerse una costumbre, especialmente los de sismos, porque vivimos en una zona con muchos movimientos telúricos y de ese modo sabremos qué hacer y cómo reaccionar ante diversas circunstancias. "Muchas personas no sabemos qué hacer antes, durante y después de que ocurra un terremoto, además de no conocer las zonas seguras en las que hay que resguardarse. Teniendo esto en cuenta y que siempre está la posibilidad de que ocurra una situación de riesgo, es muy necesario comprender qué debemos hacer para no ponernos en peligro", concluyó.

También el alumno Andrés Alberto Damián Morales (Ingeniería Eléctrica Electrónica) opina que los simulacros son transcendentales: "Nos ayudan a actuar mejor en un sismo real y, así, evitar perder muchas vidas. La evidencia más reciente es el del 19 de septiembre de 2017, ya que en las instituciones donde se practican hubo muy pocas muertes (UNAM, IPN, UAM); en cambio, donde no realizan estos entrenamientos, lamentablemente el número de fallecimientos se incrementó".

En el mismo sentido, Miguel Hernández Flores (Ingeniería Petrolera) señaló que los simulacros preparan para saber qué hacer y cómo actuar durante un temblor. "Nos muestran los lugares más seguros de las edificaciones donde nos encontremos, así como las rutas de evacuación y acciones a ejecutar para evitar más accidentes. Pude comprobar su utilidad e importancia en el terremoto de 2017, cuando los vecinos del edificio salimos con calma y orden al punto seguro".

Por último, el ingeniero Joshimar Mendivil, miembro de la CLS, informó que la Dirección de Protección Civil y Bomberos UNAM capacitará a la Comisión y jefes de edificio en temas de protocolo de sismo e incendio para que en los próximos simulacros se incluya a la hipótesis el concepto de conato de fuego.