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Vida Académica
2022-09-07
IV Jornada Minero Metalúrgica
Durante la conferencia inaugural se ofreció una revisión histórica de la educación minera en México.
Por: Mario Nájera Corona
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Doctora Lucero Morelos Rodríguez

La IV Jornada Minero Metalúrgica, organizada del 7 al 9 de septiembre por la Sociedad de Alumnos de Ingeniería de Minas y Metalurgia (SAIMM) y la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (DICT), fue inaugurada en una ceremonia presidida por el doctor Enrique González Torres, jefe de la DICT; la ingeniera Viridiana Guzmán Herrera, coordinadora de la carrera de Ingeniería de Minas y Metalurgia, y Brayan Embarcadero Yáñez, presidente de la SAIMM.

El ciclo de conferencias inició con Raíces Históricas de la Ingeniería de Minas en México, impartida por la doctora Lucero Morelos Rodríguez, coordinadora del Acervo Histórico del Instituto de Geología, UNAM, con el propósito de ofrecer un panorama de los orígenes y desarrollo de la ingeniería de minas, "la piedra angular de la Facultad de Ingeniería".

Uno de los acontecimientos históricos para la ingeniería en México ocurrió hace 246 años, el 1 de julio de 1776, cuando el rey Carlos III puso en marcha un plan para desarrollar la industria minera en la Nueva España, lo que dio origen al Real Tribunal de Minería y a un banco especial cuyos fondos apoyaron la creación de un colegio.

La carrera de Ingeniería de Minas y Metalurgia es un conjunto de conocimientos prácticos y científicos, que no hubiera podido desarrollarse sin la creación del Real Seminario de Minería en 1792: "La primera escuela científica de ingeniería y cuna de las ciencias de la Tierra en todo el continente americano, cuya misión fue formar técnicos facultativos de la minería y la metalurgia", explicó la doctora Morelos Rodríguez.

A lo largo de sus 230 años, recibió varios nombres: Colegio de Minería (1821), Escuela Especial de Ingenieros (1867), Escuela Nacional de Ingenieros (1883), Escuela Nacional de Ingeniería (1930), y finalmente, Facultad de Ingeniería (1956). En sus inicios, los estudiantes egresaban como perito facultativo de minas o perito beneficiador de metales; esto cambió hasta después de la Independencia, cuando por primera vez se otorgaron los títulos de ingeniero de minas, ingeniero geógrafo e ingeniero naturalista.

Durante el siglo XIX, la ingeniería de minas tuvo un gran avance, debido a la importancia económica que representaba para México, con la creación de instituciones que fomentaron la minería y que se vincularon con la iniciativa privada, fundando así otras escuelas en Fresnillo (1853) y Pachuca (1861). Además, esta centuria se distinguió por las exploraciones y progreso, gracias a los primeros estudiosos de la naturaleza y los recursos minerales de México, entre ellos, Andrés Manuel del Río, Alexander von Humboldt, Antonio del Castillo y Joaquín Velázquez de León.

"Estos ingenieros y hombres de ciencia se caracterizaron por tener una gran visión: fundaron instituciones, escuelas y cátedras, delimitaron fronteras, cartografiaron el país y realizaron inventarios de la naturaleza. Descubrieron nuevas especies minerales, rocas, fósiles, meteoritos e impulsaron y dirigieron asociaciones científicas y empresas, cuyo legado es parte del patrimonio y memoria nacional", afirmó la doctora Morelos.

Ya en el siglo XX, esta disciplina incrementó sus horizontes con la explotación de otros minerales útiles para la industria, así como de los combustibles fósiles, y, por ello, se crearon las carreras de Ingeniería Petrolera e Ingeniería Geológica. También se establecieron las primeras sociedades dirigidas por y para los ingenieros, y escuelas especializadas, una de éstas, el Instituto Politécnico Nacional. En esta época es cuando se registra la titulación de Dolores Rubio Ávila, la primera mujer ingeniera especialista en metalurgia (1910), y más tarde, la de Josefa Cuevas Aguilar, la primera ingeniera geóloga (1950).

En sus más de dos siglos de historia, la Facultad de Ingeniería, heredera de las tradiciones del Real Seminario de Minería, ha logrado mantener el vínculo entre academia, industria y gobierno creado durante el siglo XIX, lo cual ha colocado a la minería en un punto importante de la economía nacional. "Ustedes, estudiantes, son los continuadores de esta historia, de aquellos primeros exploradores académicos y mineros de América; siéntanse orgullosos de pertenecer a esta escuela bicentenaria y aporten con sus conocimientos desde esta trinchera práctica", finalizó.