La División de Educación Continua y a Distancia de la Facultad de Ingeniería (FI) tuvo como invitado al maestro Jordi Messeguer Gally para impartir Ingeniería Disruptiva: Una Mirada al Bien Común, dentro del ciclo de clases maestras que lleva a cabo para celebrar los 230 años de la FI, el pasado 7 de septiembre en el auditorio Sotero Prieto.
El ponente, egresado de la FI y profesor de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, abordó la importancia de la política, entendida como el gobierno de las ciudades y las personas, y su relación con la ingeniería, cuyos profesionales tienen responsabilidad con las necesidades de la sociedad. Por lo tanto, es en la intersección del bien común que se cruzan estas dos disciplinas. "Construimos carreteras para vincular comunidades, torres de transmisión para electrificar zonas rurales, presas para dar energía, lanzamos satélites para comunicar gente", enfatizó sin soslayar el aspecto técnico.
A manera de ejemplo de cómo ejercer la profesión desde otro enfoque, el conferencista mencionó a Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Manuel Clouthier, Javier Jiménez Espriú, Nabor Carrillo y Javier Barros Sierra, todos ellos líderes, empresarios, innovadores, constructores, y sobre todo ingenieros comprometidos y de acción.
Para continuar sus argumentos, el maestro Messeguer explicó que las leyes que rigen a una nación tienen gran repercusión para dejarlas a la deriva, y consideró que las y los egresados de la FI, por sus atributos —cumplidos, preparados, con valores, cercanos a la gente y experimentados— podrían incidir de manera muy positiva en su mejora.
Agregó que es bien sabido que la tecnología se posiciona como uno de los grandes factores de respuesta a lo que llamó los problemas del siglo XXI: medio ambiente, desigualdad económica, democracia, transparencia y falta de participación, y las violencias. "Tenemos mucho que aportar, no podemos voltear para otro lado", invitó.
Si bien ninguno de estos temas es fácil, ni tiene una solución inmediata, aunado a que la corrupción y la falta de bases ideológicas podrían parecer elementos desalentadores para comenzar a atacarlos, el ponente reiteró que las y los universitarios de la máxima casa de estudios tienen la responsabilidad y el deber de articular propuestas fundamentadas en sus conocimientos, y formularlas desde la técnica y la ciencia.
Es un compromiso que se adquiere al ser beneficiarios de una institución pública, por haber recibido educación de calidad, pues desde su génesis, la UNAM se pensó como una herramienta para el bien social, concluyó.
