La titulación, sin lugar a dudas, como muchas de las actividades de una organización educativa, con el paso del tiempo, se convierten en un trámite o un dato numérico (en 2021, se graduaron de licenciatura en la UNAM 19,778 estudiantes, en la Facultad de Ingeniería, 1,140); sin embargo, al mismo tiempo, posee una dimensión humana: cada uno de ellos tiene una historia personal y quienes se titulan ven alterada su existencia al convertirse en ingenieros, licenciados, médicos o arquitectos, en otras palabras, profesionistas certificados, dedicados al ejercicio de su profesión con los conocimientos académicos necesarios para desarrollar su labor. Este cambio tiene muchas implicaciones y hace una transformación significativa de su vida personal, profesional, legal y social.

Dentro de ese marco, la educación toma distintas dimensiones, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por ejemplo, la concibe como uno de los ejes de reinserción social (artículo 18 en la reforma del 29 de enero de 2016): "El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley."

Con el objeto de promover e impulsar esta reinserción social mediante la educación, la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, en colaboración con la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México llevaron a cabo, el pasado 9 de septiembre, la ceremonia de titulación como ingeniero civil del Luis Daniel "N", quien se encuentra privado de su libertad en el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha (CEVARESO).

El sínodo estuvo integrado por el maestro Cristian Emmanuel González Reyes, presidente, y el ingeniero Rafael Alejandro Marín Acosta, secretario, acompañados en la mesa de honor por los licenciados Luis Enrique León Vázquez, director del CEVARESO Santa Martha Acatitla, y Héctor Durán Hernández, subdirector Jurídico; las licenciadas Teresa Molina Estrada, subdirectora de Vinculación Educativa, y Magali Morales Bonilla, subdirectora de Apoyo Técnico de la Subsecretaría, así como algunos familiares del graduado y reos.

El evento inició con honores a la Bandera, el egresado Luis Daniel portó el lábaro patrio por su destacada participación como asesor en el centro escolar interno, y con el Himno Nacional entonado por la Banda de Guerra del Centro. Acto seguido, el licenciado León Vázquez dio un discurso de bienvenida: "Por adversas que sean las circunstancias, la educación siempre será una herramienta fundamental para el desarrollo de un individuo y, a la par, un detonante para su inserción social. Por eso, esta graduación es un ejemplo para todos nosotros, puesto que nos enseña que podemos continuar adelante, sin importar las malas decisiones que hayamos tomado. Siempre es posible reencaminar nuestro sendero hacia el lado correcto".

Después comenzó la ceremonia, en la que el maestro González Reyes dio lectura a la Acta de titulación y el graduado rindió protesta como ingeniero civil, mientras que el secretario Marín Acosta dio lectura a la minuta correspondiente. Como ya es tradición, los sínodos le colocaron dos insignias: el escudo de la Facultad (como ingeniero) y el logo de la Sociedad de Exalumnos de la FI; a la vez, le entregaron cartas de felicitación de la SEFI y del Colegio de Ingenieros Civiles de México, que lo convierten en miembro de esas agrupaciones desde esa fecha.

En su primer discurso como ingeniero, Luis Daniel agradeció el apoyo por hacer posible este sueño y pidió a todos los presentes que se pusieran de pie para dar un reconocimiento especial a su madre por su esfuerzo, entrega y amor, y con una voz emocionada y entrecortada dijo: "Siempre has estado a mi lado y me has impulsado a conseguir esta carrera. También le brindo este triunfo a mi padre que está en el cielo". Señaló que se encuentra en el CEVARESO por las malas decisiones que tomó y haber cometido un error. "Estoy pagando lo que hice; en este momento, lo único que puedo decir es que me comprometo a hacer lo mejor y que siempre llevaré en mi mente y en mi corazón: Por mi raza hablará el espíritu."

En su intervención, la licenciada Molina Estrada afirmó que un sistema penitenciario contemporáneo debe tener como columna vertebral a la educación, y que así lo hace el de la CDMX, muestra de ello son las 32 graduaciones de licenciaturas que se han realizado en tres lustros. Agradeció a la FI y a la UNAM "por seguir apoyando a sus alumnos y ser copartícipes en la conclusión de este sueño que parecía imposible".

Por su parte, la madre del ingeniero Luis Daniel, claramente emocionada, dijo que nunca pensó que la titulación de su hijo se daría en esta situación: "Sin embargo, los planes de nuestro señor siempre son perfectos para cada uno de nosotros. Estoy muy contenta porque mi hijo lo haya alcanzado. No importa donde nos encontremos, las peores cadenas no son las físicas, sino las mentales".

Para Marco Antonio "N", persona privada de su libertad en el CEVARESO y capitán de la Banda de Guerra, afirmó que la graduación de su compañero es un gran ejemplo que les demuestra que, a pesar de cualquier situación, si tienes la voluntad de seguir adelante, puedes superarte en la vida: "Por eso, yo estoy haciendo lo mismo. Además, es muy grato saber que una institución tan importante como la UNAM siempre apoya a sus miembros".

El maestro González Reyes dijo que, pese a cualquier circunstancia, la Facultad de Ingeniería siempre reconoce el esfuerzo de sus discípulos. "Desde un punto de vista meramente institucional, el estudiante cumplió con todos sus requisitos y se hizo acreedor a su título. Desde una perspectiva personal, participar en este evento me enriquece como ser humano, dado que soy testigo de un acto de superación que va más allá de lo académico y me quedo muy satisfecho de haber formado parte".

A su vez, el ingeniero Marín Acosta dijo este acto fue la suma de sinergias, alineadas con los ejes rectores del país, de la UNAM y de la Facultad, y al mismo tiempo a favor de todos los participantes: la educación, la universidad, los profesores, el graduado, su familia, los reos y el personal del CEVARESO. "Creo que llevar a cabo esta ceremonia es una extensión de la mística de nuestra universidad". Además, reafirmó su idea de que el apoyo familiar en la formación de los egresados: "Es indispensable para los alumnos que están en condiciones extremas, como es este caso; lo mismo aplica con estudiantes regulares. Subrayó que quienes cuentan con una red familiar tienen mayores posibilidades de concluir y desarrollar una exitosa carrera." El acto finalizó con un tradicional Goya.

En entrevista, la licenciada Jessica Grisel Rojas García, jefa del Centro Escolar Valentín Campa Salazar, explicó que en este CEVARESO la población es muy joven (18 a 33 años), que cuentan con un nivel de estudio medio superior y que cometieron delitos de bajo impacto (fraude, amenazas, robo). Detalló que imparten varios cursos (alfabetización, primaria, secundaria, preparatoria, bachillerato y universidad) y actividades culturales (concurso de voleibol y de ofrendas). "Para nosotros, no son personas privadas de su libertad, sino estudiantes. Ese cambio de paradigma nos permite trabajar de una forma muy diferente a los reclusorios más grandes; funcionamos como una escuela en la que se realizan desde los actos cívicos hasta las festividades patrias; por ejemplo, en noviembre festejamos el inicio de la Revolución Mexicana, y por supuesto, cumplimos con todos los requisitos académicos, buscando que tengan la mayor oportunidad y capacidad de reinserción en la sociedad como jóvenes y personas, porque al tratarlos de esta manera, los hacemos reconocer y recuperar su propio valor como seres humanos".

Sobre el nuevo ingeniero civil, dijo que ha sido uno de los mejores en el centro, como asesor, impartiendo las asignaturas de Matemáticas en bachillerato e inglés como curso extraescolar

Dialogando con un ingeniero

El ingeniero civil Luis Daniel, originario de Xochimilco, relató que cuando ingresó al reclusorio Preventivo Varonil Sur pensó que "todo estaba perdido", sin embargo, al ser reasignado al CEVARESO de Santa Martha Acatitla, en 2022. "Se me abrió una oportunidad de continuar mis estudios, sólo me faltaban dos asignaturas para completar los créditos de mi historial académico, ya contaba con todos los demás requisitos de titulación: servicio social, idioma y el diplomado Desarrollo de habilidades directivas —gracias al cual podía titularme en modalidad de Ampliación y profundización de conocimientos—". Desde un inicio las autoridades le apoyaron para concluir sus estudios con los materiales necesarios.

Comentó que su mayor aprendizaje en la cárcel ha sido asumir la responsabilidad de sus actos: "Antes no tenía conciencia de que cada cosa que hacía o dejaba de hacer tenía una consecuencia, simplemente no me percataba ni quería verlo; aquí en el CEVARESO las cosas son más claras y rápidas, cada vez que cometes un error, debes asumir tu responsabilidad, ya que lo puedes pagar muy caro. Me di cuenta de que mi vida allá afuera no la llevaba de buena manera, en realidad... era un desastre. Simultáneamente, he descubierto algunas habilidades, como ser comprometido, disciplinado y perseverante: estar en el entorno más difícil y en la situación más adversa y, aun así, ponerme de pie, enfrentar las complicaciones y lograr mis metas".

Describe su experiencia en el Centro como una "salvación, porque si hubiera continuado mi vida de antes, el día de hoy... estaría muerto; uno de mis mayores problemas era el alcohol, por la fiesta; estar aquí me dio otra oportunidad y aprender a hacer las cosas bien, dedicándome a mi profesión", aseguró. Toda su carrera fue muy complicada desde el principio; estudiar ingeniería objetivamente fue un gran reto, debido a que nadie de su familia lo había hecho; su padre y otros parientes habían estudiado derecho. En relación con su titulación, dijo sentirse muy feliz por haberla obtenido: "mi objetivo es demostrar que sí se pueden lograr los sueños a pesar de estar aquí; espero que motive a mis compañeros en el Centro y en la Facultad". Con el grado universitario, Luis Daniel busca acogerse a la suspensión del cumplimiento de la pena, con lo cual espera salir en 2023.

Finalmente, envió un mensaje al alumnado: "Cuando estudiaba en la Facultad, en muchas ocasiones me sentí desbordado por las tareas, los informes, los proyectos, los profesores y las materias; el día de hoy, con las experiencias que tengo, me doy cuenta de que es el compromiso, la entrega, el esfuerzo, la disciplina y la perseverancia lo que nos hace alcanzar nuestros objetivos". Dijo sentirse muy orgulloso de ser puma, "porque lo llevo en la sangre, mi padre lo era. Cuando veo por televisión Ciudad Universitaria me lleno de emociones, mi pecho se inflama y me siento muy agradecido por ser parte de esta gran Universidad, la máxima casa de estudios de México".