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Vida Académica
2022-11-30
Ciclo de conferencias 2022 de la UFET
Investigador universitario señala que, además del COVID-19, habrá otras pandemias y quizás sean más letales.
Por: M. Ed. Aurelio Pérez-Gómez
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Doctor Víctor Manuel Velasco Herrera

El ciclo de conferencias de la Unidad de Formación y Extensión Tecnológica para la Comunidad Universitaria (UFET-CU-UNAM) y la Academia Mexicana de Ciencias, Artes, Tecnología y Humanidades (AMCATyH) concluyó con tres ponencias magistrales y dos recitales, realizados el pasado 30 de noviembre en el Auditorio Raúl J. Marsal.

La primera fue Algoritmos de Inteligencia Artificial para el Pronóstico de Sismos, dictada por el doctor Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica, sobre los fenómenos naturales (caída de meteoritos, tsunamis, erupciones volcánicas, glaciaciones, incendios forestales, sequías, terremotos y la inversión del campo geomagnético) que representan un gran peligro y amenaza para la vida en la Tierra.

El ponente explicó que los sismos son causados no sólo por procesos tectónicos naturales, sino también por diversas actividades antropogénicas, como detonaciones de bombas nucleares y la explotación subterránea de recursos naturales, y que el peligro y el riesgo que plantean los de baja intensidad inducidos por actividades humanas pueden mitigarse al reducirlas o detenerlas por completo. "En contraste, los terremotos de gran intensidad causados por procesos naturales no pueden evitarse", recalcó.

Precisó que los sismos fuertes (magnitud igual o mayor que 7) ocurren en todo el mundo, afectando diferentes ciudades y países y causando grandes pérdidas humanas, ecológicas y económicas. La capacidad de pronosticar sismos fuertes a largo plazo es esencial para minimizar los riesgos y vulnerabilidades de las personas que viven en áreas sísmicas altamente activas. Para finalizar, mostró el uso de nuevas herramientas tecnológicas y científicas, como la inteligencia artificial, la cual sugiere que los terremotos no son un proceso aleatorio, por lo tanto, factibles de pronosticar.

La segunda conferencia, Déficit de Energía Solar y Pandemias, también presentada por el doctor Velasco Herrera, versó sobre la pandemia por coronavirus que tomó al mundo desprevenido y puso al descubierto los grandes problemas de salud de la humanidad. El investigador señaló que conocer sus causas es fundamental para comprender la historia de las pandemias y crear nuevos paradigmas que brinden un mejor futuro para los seres humanos.

Recordó que la energía que recibimos en la Tierra, tan necesaria para la vida, es producto del Sol y, por lo cual, muy importante estudiar sus variabilidades y efectos. Mencionó que todas las pandemias han tenido un factor en común: una merma energética solar que ocasiona una mala alimentación y grandes sequías, y éstas, a su vez, incendios forestales que acarrean altos niveles de contaminación ambiental, deteriorando la salud de la población e incrementando los conflictos bélicos mundiales y las revoluciones sociales. En contraste, el excedente solar propició el Renacimiento, la paz y el desarrollo de las ciencias, las artes y, durante la segunda mitad del siglo XX, un gran desarrollo tecnológico.

Indicó que cada 120 años ocurre un superávit o déficit solar que determina, en muchos sentidos, la actividad de la vida en el planeta, así como la ocurrencia de pandemias y sequías. A estos periodos, abundó, se les llama mínimos solares: durante el Mínimo medieval (siglo VI) se registró uno de los primeros brotes de la peste bubónica; en el Mínimo de Wolf (siglo XIV) surgió la peste negra que causó la muerte a millones de europeos; en el Mínimo de Sporer (siglo XVI), la viruela traída por los españoles acabó con gran parte de la población en México y en Perú, ayudando así a los conquistadores, y en el Mínimo de Dalton (siglo XIX) hubo varios brotes de cólera.

El investigador destacó que en la última baja actividad solar hubo tres pandemias —la gripe española (1918-1919), la gripe asiática (1958-1959) y la gripe de Hong Kong (1968-1969) — y que actualmente nuestro planeta padece un nuevo déficit solar responsable de las nevadas históricas en Estados Unidos, España, Rusia y el norte de México. "La deficiencia empezó a principios de este siglo, los datos han sido confirmados por investigaciones satelitales, y se prolongará a lo largo de casi todo el siglo XXI y tendrá repercusiones globales".

Sobre el COVID, afirmó: "Desafortunadamente, no será la única pandemia del siglo. Habrá otras y quizás sean más letales. En este momento, COVID-19 ha hecho patente la mala calidad de la condición del aire, de alimentación y de vida de la humanidad, la gran cantidad de contaminación y lo inadecuado de los servicios médicos". Enfatizó que uno de los objetivos de la ciencia es ofrecer una mejor calidad de vida, no de muerte, y advirtió que esta pandemia mostró que no existe cooperación entre países para resolver problemas transfronterizos que conciernen a todos los humanos. "Los presidentes y jefes de estado han impuesto intereses personales, económicos y militares, anteponiéndolos a los de sus conciudadanos, quienes han sido olvidados", expresó.

Subrayó que la humanidad no puede seguir dependiendo de la cuarentena para enfrentar una pandemia: "La única forma de resolver los problemas de múltiples capas de la pandemia es comenzar con respuestas científicas. Deberíamos pensar en la medicina del futuro; por ejemplo, usando nanopartículas programadas con inteligencia artificial". Asimismo, sostuvo que muy probablemente, en los próximos años, se desarrollen y produzcan brotes epidémicos más severos en todo el mundo y en particular en México, debido a las condiciones climáticas más frías y húmedas del hemisferio norte, remarcando que a principios de otoño es cuando las enfermedades respiratorias resurgen y aumentan.

Concluyó que, a pesar de los factores involucrados en forzar las próximas oleadas de COVID-19, es posible implementar una nueva logística para frenar la pandemia, cambiando la estrategia de «Acoplar la curva epidemiológica» por la de «destruirla», con una visión más amplia que incluya el amortiguamiento de la oscilación de la onda pandémica o anticipar la onda y cancelar su oscilación, y que los países implementen nuevos y diferentes paradigmas.

En la tercera conferencia ¿Qué es la Robótica y para qué Sirve en la Sociedad Actual?, la maestra Lorena Coromoto Núñez Hernández, investigadora del Laboratorio de Biorobótica, la definió como una ciencia que agrupa varias disciplinas tecnológicas, con el objetivo de diseñar máquinas que sean capaces de realizar tareas automatizadas o de simular el comportamiento humano o animal.

La ponente aclaró que las aplicaciones industriales fueron las primeras en las que los robots mostraron su utilidad, y que actualmente está sucediendo lo mismo en otros sectores, como medicina, agricultura, vigilancia, industria aeroespacial o rescate, ya que son numerosos los problemas en los que actualmente se pueden utilizar.

De acuerdo a su aplicación, precisó, además de los industriales, están los robots de servicio, los que ejecutan tareas útiles para los humanos en ambientes cotidianos (hogares, oficinas u hospitales) y que requieren particularmente de un alto nivel de autonomía, definida como la habilidad de tomar decisiones basadas en una representación interna del mundo, porque deben trabajar en ambientes poco estructurados y muy cambiantes, y de una excelente interacción humano-robot, ya que la idea es que convivan sin necesidad de contar con ningún entrenamiento previo.

Dejo en claro que en ambos requerimientos se necesitan técnicas complejas que aún siguen en pleno desarrollo. Enlistó algunos de los problemas básicos que se deben resolver: la navegación autónoma, la planeación de acciones, la detección y manipulación de objetos, y el manejo del lenguaje tanto para recibir instrucciones como para dar respuestas.

"En el Laboratorio de Biorobótica de la UNAM nos dedicamos al desarrollo e implementación de técnicas de procesamiento de señal e inteligencia artificial para la resolución de estos problemas, así como al desarrollo de hardware para distintos robots que han sido completamente construidos en el laboratorio", concluyó.

El ciclo finalizó con dos conciertos, uno del cuarteto de saxofones Chap Sax Quartet, integrado por Daniel Fiol, Rolando Mendoza, David Hernández y Ulises Hernández (alumnos de la Facultad de Música) y la Tuna Femenil de la Universidad. El presídium estuvo integrado por el licenciado Antonio Luna Guerra, presidente de la AMCATyH y profesor de la Facultad de Contaduría y Administración; el maestro José Jesús Acosta Flores, profesor de la Facultad de Ingeniería, asesor Académico de UFET-CU y presidente del Consejo de Honor de la AMCATyH, y por Angelina Arellano Bermúdez, coordinadora General.