"Mexicano ilustre, universitario, ingeniero civil, constructor, empresario, impulsor de la infraestructura en México y América Latina. Promotor de la educación superior, la investigación, la ciencia y el desarrollo de la ingeniería"; así describe a Bernardo Quintana Arrioja la placa del pedestal sobre el que se alza su busto en el conjunto norte de la Facultad de Ingeniería (FI).
La ceremonia de develación se llevó a cabo el pasado 16 de febrero con la presencia de los doctores Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, y Leonardo Lomelí Vanegas, secretario General; el maestro Gerardo Ruiz Solorio, secretario General de la FI, y los ingenieros Bernardo Quintana Isaac, hijo del homenajeado y presidente de la Fundación ICA, y Luis Ramos Lignan, presidente de la Generación 1957 de la FI.
En nombre del doctor Carlos Escalante, director de la FI, el maestro Ruiz Solorio dio la bienvenida al magno acto e hizo una breve presentación de la trayectoria del homenajeado quien realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Ingeniería, posteriormente FI."Hablar de Bernardo Quintana es hablar de un referente de la ingeniería mexicana para el desarrollo de infraestructura nacional durante la segunda mitad del siglo XX", enfatizó antes de enumerar algunas de sus aportaciones emblemáticas —las centrales hidroeléctricas de Chicoasén, Infiernillo, Malpaso y Santa Rosa, o su participación en la construcción de Ciudad Universitaria— y destacar su labor gremial en pro de la ingeniería mexicana como fundador y presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, y de haber encabezado la Cámara del Cemento, la Asociación Mexicana de Caminos y el Consejo Administrativo de Constructora Metro.
El ingeniero Quintana, agregó, también fue uno de los miembros fundadores de la Federación Interamericana de la Industria de la Construcción y de la Fundación Javier Barros Sierra, así como el primer miembro de la Academia Mexicana de Ingenieros y formó parte de la Academia Sueca de Ciencias e Ingeniería. Asimismo, fue un generoso benefactor de su alma mater, a través de la construcción del edificio de posgrado en la FI, que lleva su nombre, la donación de equipo al Instituto de Ingeniería o la participación en la creación de la Academia de Música de Minería y su Orquesta Sinfónica, entre otras iniciativas.
Por su parte, el ingeniero Ramos Lignan habló de la estrecha relación de Bernardo Quintana con la Generación 1957 de la FI, la primera de las 28 que apadrinó. Evocó el apoyo que les brindó desde su egreso mediante la vinculación con las principales empresas constructoras de la época, así como por las pláticas en las que compartía su perspectiva de la ingeniería y la construcción en México y que mantuvo con ellos durante toda su vida. Más valioso aún, opinó, fue su ejemplo de hombre modesto, austero, leal, cabal y sumamente nacionalista que les inculcó poner su profesión al servicio de la patria.
En nombre de su familia, el ingeniero Bernardo Quintana Isaac agradeció el homenaje que consideró digno de un hombre que se debía a la Universidad y que siempre buscó la manera de apoyar a la ingeniería en México. Hizo votos para que, además de un recuerdo significativo, el busto sirva de motivación y de guía para los futuros ingenieros que el país necesita.
Finalmente, el doctor Graue Wiechers develó el busto con el que la Facultad de Ingeniería honra la memoria de uno de sus más ilustres egresados.
