La División de Ingenierías Civil y Geomática, a través del Departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, organizó la conferencia Introducción a la Energía Fotovoltaica, impartida por el ingeniero Luis Daniel de la Cruz, gerente de soporte técnico de Grupo Solarever, con el fin de exponer los fundamentos básicos de la fabricación de los módulos fotovoltaicos y su funcionamiento al aprovechar la radiación solar y convertirla en energía eléctrica.
El ponente definió energía como la habilidad que tienen los cuerpos para producir un trabajo mecánico, emisión de luz o generación de calor; en este sentido, la capacidad del Sol y su radiación son el origen de casi todas las energías renovables, por ejemplo, la fototérmica (para producir calor) y la fotovoltaica, que, con la ayuda de paneles, convierte la radiación solar en electricidad.
El proceso de fabricación de paneles fotovoltaicos comienza con la obtención del elemento principal semiconductor: el lingote de silicio a grado electrónico con 99.99 por ciento de pureza. Tras cortar las celdas de silicio, se pasan por un procedimiento de limpieza, tratamiento químico y texturización para que se vuelvan fotosensibles; más tarde, se agrega el dopante, que es un elemento para mejorar la conductividad eléctrica, se arman los módulos con aplicación de capa antirreflejante y se hace la instalación de conexiones y el encapsulamiento de las celdas, así como pruebas para verificar su buen funcionamiento.
Los módulos se cubren de cristal templado lo que permite una buena transmisión de la radiación solar y a la vez protección contra agentes atmosféricos y de impacto. "Antes de instalar un módulo fotovoltaico, es importante considerar las condiciones climáticas y de vegetación de una zona específica, pues la radiación es variable con respecto a cada estación y a la región, lo cual repercute en la cantidad de electricidad producida", aclaró el ingeniero.
Finalmente, comentó que en la actualidad existen iniciativas y prototipos para reciclar los módulos fotovoltaicos después de su vida útil (entre 25 a 40 años), que consisten en desmantelar y reusar los elementos conductores como el cobre o el aluminio de la estructura. "En Grupo Solarever seguimos trabajando para incorporar estos proyectos de reciclaje".
