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Vida Académica
2023-09-01
La FI colabora con gobierno de Japón
El doctor en Ciencias de la Tierra Josué Tago se suma a proyecto internacional para reducción de riesgos.
Por: Marlene Flores García
Fotografía: Eduardo Martínez Cuautle
Comunicafi
Minutas de las reuniones firmadas por los representantes de ambos países

El pasado primero de septiembre en la Sala Benito Juárez de la Secretaría de Relaciones Exteriores, especialistas internacionales se reunieron para intercambiar opiniones y puntos de vista respecto a los pasos y medidas a seguir en la implementación del proyecto para la reducción de riesgo de desastres compuestos asociados a grandes terremotos y tsunamis, concretado a través de las agencias Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y la de Cooperación Internacional del Japón (JICA, por sus siglas en inglés), la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

La investigación de "The Project for compound disaster risk reduction associated with large earthquakes and tsunamis" será liderada por los doctores Josué Tago Pacheco (FI), Genta Nakano (Universidad de Kioto) y Miguel Ángel Hernández Martínez (Universidad de El Salvador). Los desastres compuestos son una reacción en cadena de eventos secundarios y terciarios extremos provocados por terremotos y tsunamis, por ejemplo, el accidente nuclear de Fukushima ocurrido en 2011. "Queremos generar nuevo conocimiento científico, pero también buscar una forma de comunicación efectiva con las comunidades en riesgo", explicó el académico japonés.

Otro aspecto relevante del proyecto es el social, ya que, por la frecuencia de estos desastres, la metodología ha sido insuficiente para una adecuada evaluación y para reducir los daños, que a veces pueden ser más graves que los provocados por el suceso inicial. Comprender este fenómeno se traducirá en políticas públicas bien fundamentadas.

Los sitios donde se plantearán los escenarios hipotéticos de terremoto y tsunami son el puerto de Manzanillo en México y Acajutla en El Salvador. Organizados en diversos grupos de trabajo, se planea instalar equipo en el fondo oceánico con el propósito de entender la zona y sus dinámicas, estudiar el ciclo sísmico y modelar la estructura térmica, entre otras tareas; luego, con los resultados obtenidos se caracterizarán las costas y se harán simulaciones que, a su vez, abran la puerta a evaluaciones más precisas.

Finalmente, en una tercera etapa del proyecto, se buscará establecer medidas de prevención, incluidos trabajos de ingeniería, y hacer proyecciones respecto al comportamiento de la sociedad, con el fin de incidir en su preparación y adelantarse a una posible reacción negativa o de pánico. "La idea es que trabajemos de manera cercana, nos alimentemos los unos a los otros y podamos convertir este gran esfuerzo científico en algo que tenga impacto", comentó el doctor Tago.

La actuaria Gloria Sandoval Salas, directora ejecutiva de AMEXCID, señaló que la investigación se desarrollará durante los próximos cinco años. Se espera que los aportes beneficien a la población más vulnerable de México, Japón y El Salvador por medio de planes preventivos. Yukinari Hosokawa, director adjunto del Departamento para el Medio Ambiente Global, Grupo de Reducción del Riesgo de Desastres (JICA), recordó que precisamente hace cien años ocurrió el Gran Terremoto de Kanto, que devastó Tokio y se cobró la vida de más de cien mil personas. En este contexto, la reunión fue un importante paso para la consecución de metas globales, lo que, a su vez, sólo es posible gracias a las redes de cooperación, por lo que deseó que de ahora en adelante la relación entre las naciones participantes se estreche más.

A continuación, el ingeniero Enrique Guevara Ortiz, director general del Cenapred, recordó que este Centro surgió de otro proyecto de colaboración entre Japón y México, hace treinta y cuatro años, y desde entonces se ha mantenido el vínculo de trabajo y amistad. Al igual que en el país del Sol naciente, el riesgo sísmico es muy alto en nuestro territorio, debido a la interacción de cinco placas tectónicas; mientras que, de acuerdo con reportes de la Secretaría de Marina y registros históricos, el riesgo de tsunami también es alto, apuntó.

El doctor José Antonio Hernández Espriú, director de la FI, detalló que un proyecto de esta envergadura contempla desde el modelado del ciclo sísmico, hasta el impacto en el sector económico, pasando por el análisis de datos y cuestiones de difusión y gestión, lo que involucra a prácticamente todas las entidades académicas de la FI-UNAM. Destacó que la creciente complejidad de los problemas mundiales sólo podrá atenderse desde un punto de vista científico, mediante la colaboración trans y multidisciplinaria, y la unión de mentes brillantes a nivel internacional. Por ello, agradeció todo el apoyo recibido y aseguró que se está trabajando en concretar una firma de convenio a la brevedad posible entre estos países hermanos. Mientras tanto, y a manera de cierre, se firmaron las minutas concernientes a las reuniones del proyecto.