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Cultura y deportes
2023-09-13
Sinfónica de Minería y música mexicana
La Facultad de Ingeniería celebró el fervor patrio con la presencia de la OSM y el coro Ars Iovialis.
Por: Diana Baca Sánchez
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Detalle del concierto

Las divisiones de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSyH) e Ingeniería Mecánica e Industrial (DIMEI) de la Facultad de Ingeniería (FI) organizaron el Concierto Mexicano, el pasado 13 de septiembre en el Centro de Ingeniería Avanzada para celebrar nuestra rica herencia musical en el marco de la conmemoración de la gesta de Independencia.

El maestro Óscar Herrera, director del coro Ars Iovialis de la FI, ofreció una interesante semblanza de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) destacando que surgió en aras de cultivar una educación integral entre la comunidad ingenieril, y conminó a la audiencia a aprovechar sus diversas presentaciones que lleva a cabo en la Sala Nezahualcóyotl y otros recintos.

La maestra Amelia Fiel Rivera, jefa de la DCSyH, subrayó la importancia de que la comunidad estudiantil de la FI participe de su oferta cultural, en este caso, la celebración del espíritu patrio y los valores de nuestra identidad mexicana, así como el orgullo universitario de pertenecer a una de las mejores instituciones educativas a nivel internacional.

Las primeras piezas interpretadas fueron el Popurrí Mexicano (incluyó La cucaracha y Cielito lindo) y el famoso Huapango de Pablo Moncayo, inspirado en la música autóctona mexicana, particularmente en los sones veracruzanos; continuó con Nereidas, del compositor oaxaqueño Amador Pérez "Dimas", quien regaló al mundo este danzón, a la par de desempeñarse como carnicero y miembro del ejército mexicano.

El Ars Iovialis deleitó al público con dos piezas a capella basadas en los poemas "Cancioncilla sevillana", de Federico García Lorca, con el que Carlos Jiménez Mabarak creó Amanecía en el naranjel; y A un ruiseñor, de José Espronceda, musicalizado por Alfonso de Elías.

Reuniendo los talentos del Coro y la Orquesta, sonaron Tehuantepec, de Pepe Guízar, el vals Dime que sí de Alfonso Esparza Oteo y las notas revolucionarias de La rielera de Samuel Margarito Lozano, "el padre del corrido mexicano" que retrató las andanzas que compartió junto a Francisco Villa en la División del Norte; y la Adelita.

Mi Ciudad de Guadalupe Trigo fue el preludio al Jarabe tapatío, emblema de la música mexicana con el que cerraron con broche de oro este compendio alusivo a las fiestas de celebración por la Independencia que fue acogido con una lluvia de aplausos.