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Investigación y Vinculación
2023-11-29
El aceite de fritura en Ciudad de México
Foro UNAM: Aceite usado, riesgo ambiental. Regulemos su manejo para prevenir contaminación.
Por: M. Ed. Aurelio Pérez-Gómez
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
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Asistentes a la reunión

La Unidad de Formación y Extensión Tecnológica para la Comunidad Universitaria y las academias mexicanas de Ciencias, Artes, Tecnología y Humanidades y la de la Ciencia de Sistemas llevaron a cabo el Foro Situación del Aceite de Frituras en Ciudad de México, el pasado 29 de noviembre en el auditorio Raúl J. Marsal, contó con la participación de la doctora Alejandra Castro González, responsable del Laboratorio de Producción y Utilización de Biocombustibles (LAEL) de la División de Ingeniería Eléctrica; la química Juana Villada Martínez, presidenta del Grupo Vima Incluyente; la doctora Amelia Farrés González Sarabia del Departamento de Alimentos y Biotecnología de Facultad de Química, y los maestros Felipe Neri Rodríguez Casasola, director de la Planta de Biodiésel de Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA); Juan Carlos Ramírez Orejel, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y Leandro Junquera, director de OneWater.

Durante su ponencia, la doctora Castro González aseguró que, en el ámbito doméstico e institucional, la gestión adecuada de los aceites viejos de cocina (sobre todo el producido por los procesos de fritura) es prioridad para evitar problemas ambientales, dado que verterlos en el fregadero afecta gravemente a ríos y lagos. "Un litro de aceite usado tiene aproximadamente cinco mil veces más contaminantes que el agua residual circulante y afecta hasta cuarenta mil litros de agua —equivalente al consumo anual de una persona—, y en las redes de saneamiento, forma las temidas bolas de grasa al unirse con detergentes y jabones, ocasionando atascos en colectores". Aunado a ello, enfatizó en la relevancia de legislar y regular el manejo del aceite para prevenir riesgos en la salud: "Al seguir usándolo, se forman acrilamidas, una sustancia química que se adhiere a los intestinos y que en altas concentraciones puede incrementar el riesgo de cáncer".

Celebró la realización del Foro porque su objetivo principal es crear conciencia sobre el buen uso del aceite usado y promover la salud en la Ciudad de México y extenderla en todo el país. Al mismo tiempo, abogó por su gestión responsable para garantizar que el aceite utilizado en la preparación de alimentos cumpla con los estándares de inocuidad (se fomenta en los restaurantes de Ciudad Universitaria) y que su recolección sea un paso significativo hacia la sostenibilidad ambiental y la promoción de prácticas alimenticias seguras. Finalmente, la responsable del LAEL hizo un llamado a la comunidad universitaria para que contribuyan en el proyecto y con la recolección de aceite viejo.

A su vez, la química Villada Martínez coincidió en el desafío del manejo del aceite comestible, cuyo reúso excesivo resulta nocivo para nuestro organismo, y su disposición inadecuada al drenaje que contamina mantos acuíferos y dificulta el tratamiento de aguas residuales. Dijo que la asociación civil Grupo Vima Incluyente busca resolver problemas de inocuidad alimentaria, medio ambiente y emprendimiento, y la creación de una norma para el uso del aceite. Por ello, se une al proyecto liderado por la Facultad de Ingeniería, colaborando en la reutilización del aceite recolectado para la fabricación de jabones con un impacto social, ambiental y en la salud: "Esta iniciativa sentará las bases para que la ciencia y la ingeniería continúen generando impactos positivos en la vida cotidiana a través de productos de uso diario: el aceite y el jabón", subrayó.

Al destacar la importancia del trabajo colaborativo entre la universidad y la sociedad, inspirada por el mural de Siqueiros que aboga por la conexión entre el pueblo y la universidad, y guiada por el lema: Por mi raza hablará el espíritu; la química Villada Martínez emprende con un profundo compromiso hacia el bienestar colectivo. Para finalizar, invitó a los universitarios a que asuman un papel activo en el progreso del país, enfatizando en la conexión intrínseca entre la comunidad académica y la sociedad a la que sirve.

En su intervención, la doctora Farrés González Sarabia también concordó con el inadecuado desecho del aceite y los problemas ambientales que acarrea. Señaló que, si bien la ley actual establece condiciones para el manejo integral de residuos, desde su generación hasta su incorporación gradual en procesos productivos que contribuyan a su reducción, en países de la Unión Europea y Latinoamérica ya cuentan con leyes y normativas para controlar la gestión de aceites viejos. Celebró el esfuerzo conjunto por parte de la Sedema, la ciudadanía y diversos sectores industriales para promover prácticas sostenibles y cuidado del medio ambiente en la Ciudad de México (CDMX).

El maestro Neri Rodríguez Casasola habló de la Planta de Biodiésel en la CEDA, un proyecto respaldado por el gobierno de la CDMX a través de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), que convierte el aceite comestible residual en un combustible sustentable, produciendo tres mil litros diarios para beneficiar al entorno ecológico de la ciudad. Fue desarrollada por el Instituto Politécnico Nacional como un espacio sostenible para reducir los gases de efecto invernadero y la contaminación local, complementada con la instalación de plantas solares en los techos; proyecta también la utilización de la basura de la Central en un biodigestor para generar energía y fertilizar suelos en diferentes áreas de la ciudad, priorizando la organización y la conciencia social para encontrar soluciones efectivas, es decir, trabajar juntos para generar un impacto positivo en la comunidad y resolver problemas sociales.

Por su lado, el maestro Ramírez Orejel propuso ir más allá de la simple reutilización y aprovechamiento de grasas y aceites: desempeñar un papel significativo en la alimentación del ganado, contribuyendo así a reducir su impacto ambiental. Es un enfoque innovador que busca integrar los residuos de manera más amplia en el ámbito alimentario para animales.

En su participación, el maestro Junquera González dijo que OneWater Inc. lidera el tratamiento de aguas residuales con Algaewheel, una solución descentralizada basada en la economía circular diseñada para comunidades de diversos niveles socioeconómicos. Esta tecnología utiliza la luz del día para impulsar un tratamiento híbrido avanzado de algas, optimizando su relación simbiótica con bacterias en un sistema modular, lo cual elimina la necesidad de sistemas de aire acondicionado costosos y simplifica el control de procesos, transformando la viabilidad del tratamiento descentralizado, para brindar la mejor solución en el reúso del agua con contacto humano cumpliendo con normas internacionales. Recalcó que Algaewheel consume hasta un 90 por ciento menos de energía que los métodos convencionales, absorbe más dióxido de carbono del que emite y reduce por completo las emisiones de metano, y al integrarle un pequeño panel solar hace que sea una solución sostenible con energía neta cero.

Afirmó: "Buscamos limpiar el agua y dejarla en condiciones de reúso para que los humanos podamos utilizar el mismo litro múltiples veces, logrando la circularidad del agua". Externó su orgullo por participar en este foro de la máxima casa de estudios, que ofrece una plataforma para discutir sobre el tratamiento del agua, e invitó a la comunidad a evitar verter aceite, incluso en el hogar; puesto que ayuda a que las plantas de tratamiento funcionen más eficientemente. Finalmente, el Foro estuvo amenizado por el dúo Domitzú (paloma), integrado por la mezzosoprano Rosa María Yeso Olguín y el maestro Roberto Arturo Lara Pulido en la guitarra, quienes están dedicados a conservar y difundir el Hñähñú (Otomí), a través de conciertos de música mexicana y arias de ópera, traducidas a esta lengua del Valle del Mezquital. Interpretaron Un madrigal de Ventura Romero Armendáriz; Ave María de Schubert y Flor de canela de Tata Domingo Ramos, pirekua michoacana escrita originalmente en purépecha.