En el marco del quinto aniversario del Seminario Permanente de Pedagogía en Ingeniería, se realizó el décimo Coloquio Modelos de Intervención Áulica, del 23 al 25 de enero en el Aula Magna, con la participación de docentes de la Facultad de Ingeniería y de otras instituciones para intercambiar experiencias sobre las nuevas estrategias didácticas. En la sesión inicial, La Formación de los Docentes en la Universidad, estuvieron las doctoras Ana Laura Pérez Martínez (moderadora) y Ruth Torres Carrasco, subdirectora del Centro de Formación y Profesionalización para el Desarrollo Académico-UNAM; la licenciada Guadalupe Salazar Hernández, jefa del Centro de Desarrollo Docente de la Facultad de Contaduría y Administración, y la maestra Claudia Valencia Martínez, del Instituto Tecnológico de Monterrey.
La licenciada Salazar Hernández destacó la vocación y pasión docentes, la actualización continua y la capacidad de transmitir conocimientos de manera clara y efectiva, de motivar y ser empático con el estudiantado, entre otros rasgos esenciales de la labor académica. Detalló que en la FI se promueve que el estudiantado conviva y gestione sus emociones, es decir, la docencia no se limita al aula: se enriquece fuera de ella. Afirmó que las acciones de formación docente son fundamentales y que toman en cuenta el modelo educativo y el perfil profesional del área proponiendo nuevas prácticas y estrategias a favor de la proactividad del alumnado.
En su turno, la doctora Torres Carrasco dijo que la alta rotación de profesores en la UNAM dificulta una selección idónea del profesorado por lo se requiere definir el perfil , acorde al programa de estudios. Señaló que sería pertinente contar con personal que combine docencia y práctica profesional, ya que les permitiría estar actualizados para vincular el conocimiento y los avances científicos para enriquecer al alumnado; propuso incluir en los planes de estudio de la UNAM una asignatura optativa: Profesional en la enseñanza. Agregó que los docentes deben mostrar mayor interés en actualizarse y las instituciones ofrecerles los mecanismos para que participen sin que dejen sus labores profesionales; además, valorar e implementar comunidades de práctica docente (como este seminario) para impulsar el aprendizaje entre pares y mejorar la calidad de la educación.
La maestra Valencia Martínez recalcó que la pandemia enseñó al cuerpo docente a equilibrar lo teórico y lo práctico, a estar comprometido con el aprendizaje y la resiliencia, y con su responsabilidad: preparar al estudiantado para enfrentar situaciones difíciles y adaptarse a los cambios, fomentando el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración, la curiosidad y sed de conocimiento, de la mano de la sociedad, padres de familia e instituciones educativas. Recordó que se requiere dedicación y deseo de aprovechar los espacios de profesionalización, que incluyan aspectos pedagógicos, psicológicos y emocionales, e innovar estrategias didácticas mediante el uso de herramientas tecnológicas y las tradicionales de colaboración grupal. "Tenemos que generar un ambiente de aprendizaje desafiante y estimulante para que el alumnado desarrolle competencias y habilidades que le permitan enfrentar el mundo actual".
