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Investigación y Vinculación
2024-09-10
Cálculo de riesgos con IA
Ingenieros ponen a prueba límites de la inteligencia artificial con aplicación novedosa en infraestructura.
Por: Marlene Flores García
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Doctor Eduardo Reinoso Angulo

En el marco del XXIII Ciclo de Conferencias de la División de Ingenierías Civil y Geomática 2025-1, el doctor Eduardo Reinoso Angulo, socio fundador y asesor científico de la empresa ERN e investigador del Instituto de Ingeniería, impartió Uso de la inteligencia artificial para recabar datos de edificios y calcular su riesgo sísmico, el pasado 10 de septiembre en el auditorio Javier Barros Sierra de la Facultad de Ingeniería.

"Es muy importante el trabajo multidisciplinario, si queremos innovar y llegar a soluciones relevantes para la sociedad", inició el ponente, acorde con su proyecto de investigación, que integra diversas disciplinas, basado en el uso de modelos probabilísticos de riesgo para estimar las posibles consecuencias de un terremoto u otras amenazas.

Para hacer el cálculo, explicó, se requieren tres insumos fundamentales: un recuento de lo ya existente (casas, comercios, etcétera) en el terreno a evaluar, conocer el comportamiento del ambiente (suelo, viento, agua, otros) ante una amenaza y construir curvas de vulnerabilidad que relacionan la intensidad del evento con el daño. Su aplicación final beneficia a la población en general, a través de protección civil, aseguradoras y cambios en el reglamento de construcción.

El primer elemento, también conocido como exposición y que por ahora se echa en falta, es uno lento y pesado de elaborar. Para combatir esto e identificar la vulnerabilidad de cada edificio, su empresa creó ERNEST, una especie de robot digital que hace uso de la inteligencia artificial y la geomática para automatizar el proceso. Con esto se pretende recabar de manera estandarizada datos vitales, como altura, área, año de construcción, patologías estructurales, coordenadas, número de pisos y uso de suelo, hasta formar un sistema de información robusto.

Aunque aún hay mucho por refinar en esta herramienta, su avance en la prevención de pérdidas humanas, económicas y estructurales ha sido útil y significativo, y queda en manos de las y los ingenieros del futuro idear nuevos caminos y aplicaciones que continúen su natural labor de velar por el bienestar de sociedad.