Fiel a su ideal de vida, que construyó a base de cariño, conciliación, amistad y generosidad, Gonzalo López de Haro dejó el plano terrenal el 4 de octubre de 2019. El amoroso padre, esposo, abuelo, hermano... era profesor y secretario General de la Facultad Ingeniería (FI); había hecho una pausa en sus cargos académicos por un tratamiento médico y ponía todo su empeño para reintegrarse a la brevedad. La noticia de su fallecimiento nubló corazones, los de su familia, estudiantes, amigos, colegas, colaboradores; era la víspera de la pandemia de tiempo interminable. En octubre de 2021, de manera virtual, la FI le rendió tributo e hizo público que el Concurso Cuentacuentos había adoptado su nombre en reconocimiento a la integridad del ingeniero-humanista, y participantes en aquel homenaje externaron el deseo de que un espacio académico también lo llevara.
El pasado 11 de octubre, tal aspiración colectiva se hizo realidad con el develamiento de su nombre en un lugar emblemático, Sala del Consejo Técnico Ingeniero Gonzalo López de Haro, en una ceremonia solemne presidida por el director de la FI, doctor José Antonio Hernández Espriú, ante la presencia de la familia, los exdirectores Gerardo Ferrando Bravo, José Gonzalo Guerrero Zepeda y Carlos Escalante Sandoval, integrantes del Consejo Técnico y de la Sociedad de Exalumnos, invitados especiales, como el profesor emérito Fernando Samaniego y la doctora Elena Centeno, estudiantado, personal docente y administrativo, y en la mesa de honor, la maestra María Isabel Rull, esposa del homenajeado; el doctor Leopoldo González, secretario General; la maestra María Cuairán Ruidíaz, académica, y el doctor Juan Ursul Solanes, decano del Consejo Técnico.
Firme vocación docente y profesionalEl acto comenzó con la lectura de la semblanza del ingeniero López de Haro en la que se destacó al académico comprometido y al funcionario íntegro y ejemplar, entregado a la docencia por más de 45 años en las divisiones de Ingenierías Civil y Geomática, Ciencias Básicas, Educación Continua y la de Ciencias Sociales y Humanidades, en la que ocupó la jefatura. Ingeniero civil por la FI-UNAM (titulado con mención honorífica en 1971) obtuvo la especialización en Hidrología y diseño de presas (Universidad Missouri,1977); egresó, además, de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas y por lograr el promedio más alto de su generación obtuvo la medalla Gabino Barreda. En 1999 ocupa el cargo de secretario General, responsabilidad que desempeñó en varias administraciones. En el ejercicio profesional, con experiencia de más de 30 años, participó en proyectos hidrológicos, fue consultor y socio de despachos de ingeniería desde donde dirigió obras de alcantarillado urbano, y miembro de diversas organizaciones gremiales nacionales e internacionales.
Desempeño excepcional en la Secretaría GeneralEn la primera intervención del acto, el maestro Ferrando Bravo evocó el mes de febrero de 1999 cuando iniciaba su gestión directiva al frente de la Facultad y conoció a Gonzalo López de Haro en una sesión del Consejo Técnico; las participaciones discretas, amables y positivas del ingeniero como representante de los profesores de Ciencias Básicas, lo motivaron a invitarlo a acompañar su proyecto académico con el cargo fundamental de secretario General. Recordó que emprendieron sus responsabilidades en medio del conflicto universitario que cerró las instalaciones durante nueve meses y que, no obstante, la Facultad lograra mantener las clases extramuros, "una hazaña memorable".
Lo recordó como un colaborador de liderazgo sereno e inteligente y un actor esencial, cabeza del equipo, siempre al pie del cañón para alcanzar los logros de la Facultad en sus dos gestiones, y celebró que se haya extendido a dos administraciones por haber sido la mejor persona para el desempeño de secretario General (1999-2019). "Hoy y siempre está en nuestra memoria con la alegría, con el privilegio de haberlo conocido y compartido logros, afecto, reto y sobre todo amistad", dijo al agradecer al doctor Hernández Espriú que se haya decidido nombrar esa sala Gonzalo López de Haro.
Amigos para siempreEnseguida fue el turno del ingeniero Pablo García y Colomé, compañero de generación y amigo de Gonzalo López de Haro, a quienes además de un entrañable cariño, los unía la pasión por la literatura; en honor a ésta, sus palabras estuvieron impregnadas de sensibilidad poética con citas de Jaime Sabines, Gabriel Zaid, Nezahualcóyotl y Pablo Neruda para externar el inmenso dolor y la conmoción que vivió ante la partida de su colega en octubre de 2019. En un diálogo íntimo conversó con quien consideraba su hermano: "Navegaron tu alma y materia con bondad, dignidad, gallardía, simpatía, inteligencia y un talento difícil de igualar capaz de intuir, traducir /.../ estudiar para enseguida con sencillez, máxima expresión de tu sabiduría, responder con ademanes bellos y varios, inmerso en un áurea resplandeciente, un hálito que nos obligaba a darle la razón a tu conciencia que no muere y trasciende".
También se congratuló por la inmortalización del nombre de su amigo en la Sala del Consejo, ya que, aseguró, se trata de un agradecimiento que brinda la UNAM y la Facultad para traer al presente su espléndida presencia, su brillante docencia y su palabra en todas sus circunstancias. "Como el excelente asambleísta que siempre fuiste, lanzando al vuelo sabiduría, magnanimidad, paciencia, tolerancia en tus magníficas actuaciones parlamentarias en la búsqueda de la justicia y el bien para nuestra comunidad".
Un crack del juego de la vidaEn su intervención, el maestro Guerrero Zepeda compartió el privilegio del encuentro con Gonzalo López de Haro en la feliz circunstancia de héroe y amigo, que le significó grandes aprendizajes del ejercicio de la ingeniería, las matemáticas, música, arte pictórico, quehacer docente, deporte, amor al país, etc. y narró simpáticas anécdotas futboleras de quien fuera un magnífico jugador. "Del tocayo extraño su presencia y su charla amena y culta, extraño salir de clase y pasar a su oficina, beber una taza de café y hasta fumarnos un clandestino cigarrito mientras conversábamos de temas muy diversos y de nuestra universidad... extraño su buen juicio y su solvencia para resolver problemas y también los no problemas; extraño su magistral forma contener las eventuales excentricidades y exabruptos /.../ extraño mucho su sonrisa franca y su total entrega a sus labores universitarias", expresó.
Para ilustrar la extraordinaria labor docente del ingeniero López de Haro, el exdirector leyó varios testimonios estudiantiles (clases excelentes; tomaría su clase otra vez; el profesor es una excelente persona, muy culto y domina la materia al cien por ciento; es la clase de humanidades que más he disfrutado; lees lo que debes leer y aprendes lo que se tiene que aprender, debería haber más profesores así). Tras sumarse a los plácemes por la decisión de que la Facultad haya puesto su nombre donde, por más veinte años, Gonzalo López destiló conocimiento y buen juicio, finalizó con una cita de Cortázar: "Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría".
Luego de un intermedio musical para honrar la sensibilidad artística del homenajeado —a cargo del Quinteto de la Orquesta de Minería que interpretó Adagio de Tomaso Albinoni, Elegía de Gabriel Fauré y Por una cabeza de Carlos Gardel— el arquitecto Enrique López Rull, acompañado de su pequeña hija y en nombre de toda la familia, agradeció a la Facultad y a la UNAM el homenaje. "Es un orgullo inmenso el que a partir de ahora un espacio universitario tan importante como lo es la Sala del Consejo Técnico lleve el nombre de mi papá, es algo que nos honra y nos honrará para siempre. Creo que no podía haber un recinto más adecuado, siendo él un hombre conciliador, siempre abierto al diálogo".
Tiernito, pero se va a curtirPara finalizar las participaciones, el doctor Antonio Hernández Espriú, luego de saludar afectuosamente a cada integrante de la familia López Rull, pronunció un emotivo mensaje: "A cincos años de su partida, nos reúne la memoria de un coloso, un ingeniero, profesor, padre, esposo y universitario excepcional —Gonzalo López de Haro— de esos que se cuentan con los dedos de una mano y nos sobran al menos cuatro, así era de único". Destacó su trayectoria docente en la Facultad, donde dejó una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de compartir el aula con él, y la de funcionario con un desempeño en cargos de la mayor relevancia que evidenciaron su lado humano, espíritu generoso y conciliador, y su enorme facilidad de trato, siempre con la puerta abierta dispuesto a escuchar, una acción fundamental, remarcó, para atender las necesidades y resolver problemas de gran envergadura.
También se refirió al homenajeado como el mayor promotor cultural que ha tenido Ingeniería, una facultad históricamente dominada por números y ecuaciones frías e implacables, cuyo amor por la literatura lo llevó a estudiar la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas y obtener la medalla Gabino Barreda. "Imagínense, un ingeniero hidráulico partiendo clase en la escuela de Filosofía culminando su faena con una hermosa tesis sobre la figura del Quijote en la obra del poeta León Felipe, en la que plasmó su conocimiento profundo del personaje cervantino".
El doctor Hernández se enorgulleció de que el ingeniero López de Haro fuese su principal mentor en el ámbito de la administración académica, fue el que "le echó el ojo" y lo recomendó para estar al frente de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (2011). Recordó que previo a la presentación del staff directivo, su tío Roberto Espriú Sen le pidió opinión al ingeniero Gonzalo sobre si su sobrino José Antonio con 34 años recién cumplidos estaba listo para la jefatura, a lo que contestó sonriendo con un guiño «está tiernito, pero se va a curtir». El director correspondió a esa apreciación con estas palabras: "Heme aquí, entrañable Gonzalo, más curtido como lo prometiste, agradeciendo cada minuto que me diste, cada consejo, cada palabra, cada sonrisa... Y ahora lo menos que puedo hacer para ti, para María Isabel y para toda tu familia es brindarte este sentido homenaje".
El doctor Hernández Espriú culminó su mensaje subrayando la faceta de Gonzalo López de Haro como autor de México y los ingenieros de la emigración republicana española y lo citó: ... la ingeniería, la buena ingeniería, demanda, para quien la ejerce, una vocación decididamente humanística. [...] El compromiso con la ingeniería implica el compromiso técnico y el compromiso humano. Ingeniería y humanidades constituyen una cultura única y deben ir de la mano. "Hoy, al poner su nombre a la sala del Consejo Técnico de la Facultad, rendimos homenaje a un gran ser humano, excelente amigo y mejor compañero. El legado del gran ingeniero Gonzalo López de Haro perdurará en nuestros corazones y en la historia de nuestra Facultad", expresó.