En una ceremonia celebrada el pasado 9 de octubre en la Sala del Consejo Técnico, la Fundación Ingeniero Víctor M. Luna Castillo entregó su reconocimiento anual a las mejores tesis de Ingeniería Civil. El galardón se otorga a los trabajos que representen una aportación a la ciencia e ingenierías mexicanas, y cuyo autor enaltezca los valores universitarios: constancia, valentía, honestidad y lealtad.

El primer lugar lo obtuvo Eduardo Hernández Hernández con su tesis Uso del NVDI para determinar impactos ambientales en la vegetación ocasionados por la intervención del hombre mediante técnicas de Percepción Remota, dirigida por el maestro Rodrigo Takashi Sepúlveda Hirose.

Por su trabajo de tesis Optimización del proceso enseñanza-aprendizaje en el área de Estructuras a través de la plataforma educativa Educafi, Ximena Penélope Amezcua Pastrana se hizo acreedora al segundo lugar. El maestro Octavio García Domínguez fungió como su asesor.

Liliana Aguilar Yáñez logró el tercer lugar gracias a Análisis de los patrones espaciales y temporales de la precipitación producidos por la Tormenta "Manuel" en la Cuenca del Río Atoyac, tesis dirigida por la doctora María del Rosío Ruíz Urbano.

La ceremonia estuvo presidida por el doctor Carlos Agustín Escalante Sandoval, director de la Facultad de Ingeniería. Además lo acompañaron el ingeniero Gonzalo López de Haro, secretario General; el contador público Ignacio Milán Brito, representante de la Fundación y amigo del ingeniero Luna; el maestro Germán López Rincón, y el ingeniero Marcos Trejo Hernández, jefe y secretario de la División de Ingenierías Civil y Geomática, respectivamente.

El doctor Escalante Sandoval ponderó la generosidad del ingeniero Luna Castillo y recordó que su pasión por la docencia lo llevó a buscar que los futuros ingenieros recibieran siempre una preparación óptima. "Tal vez no construyó grandes estructuras, pero ésta, la formación integral de nuestros estudiantes, es su gran obra", expresó.

Además celebró y reconoció la labor de los asesores, que con su dedicación contribuyen a que cada vez se escriban tesis de mayor calidad. A los recién titulados ganadores les deseó que este logro sea sólo el primero de muchos éxitos y que porten con orgullo el Premio Ingeniero Víctor M. Luna Castillo, que en su novena edición ya es una tradición en la Facultad.

Las palabras de Ignacio Milán rememoraron su experiencia profesional junto a Víctor Luna en la década de 1970: "En esos años tuve la oportunidad de apreciar su disciplina, su honradez y rectitud". Enfatizó en lo trascendente que fue la titulación para él, pensamiento muy ad hoc para la ocasión en que se festejó la calidad de los trabajos de tesis de los premiados.

Los ganadores agradecieron a su familia y asesores por el apoyo brindado a lo largo de sus estudios y en la culminación de la carrera, y a la Fundación por motivar a los estudiantes a perseguir una titulación que impacte positivamente a la sociedad.

Los tres premiados recibieron medalla y diploma de reconocimiento, y el primer lugar, un estímulo económico.