"A pesar de haber sido escrita en 1816, Frankenstein sigue siendo una pieza central para discutir cuestiones sobre la ciencia, la ética y la condición humana", afirmó la maestra Margarita Puebla Cadena, profesora, socióloga, psicóloga y cronista "no oficial" de la Facultad de Ingeniería (FI), en su conferencia Frankenstein de Mary Shelley, que impartió el pasado 16 de octubre en el auditorio Javier Barros Sierra, dentro de la Semana de la Ciencia Ficción y Comunicación Científica, organizada por la División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSyH).
Con la presencia de estudiantes, docentes y entusiastas de la literatura clásica y la ciencia ficción, la ponente inició con una contextualización de la novela escrita por una joven Mary Shelley, de apenas 18 años, en medio de una competencia literaria con otros intelectuales de la época, en un contexto de tormentas eléctricas y debates sobre la vida y la muerte. Estos eventos influyeron en la creación del "moderno Prometeo", como se le llama en el subtítulo. La obra, destacó, puede analizarse desde su carácter de terror, que ha sido uno de los principales atractivos a lo largo de los siglos. Shelley captura temores profundos del ser humano, como la muerte, la soledad y el rechazo, que están representados a través del monstruo, un ser creado con partes de cadáveres que, sin embargo, desarrolla una compleja vida emocional y psicológica.
También habló del enfoque ético, ya que Frankenstein plantea la responsabilidad del científico frente a sus creaciones. El doctor Víctor Frankenstein, al igual que el titán Prometeo, desafía las leyes naturales al intentar crear vida, pero a diferencia del dios griego, no se hace cargo de las consecuencias de sus actos ni mide las implicaciones sociales y éticas, lo que genera caos en su vida y en su entorno. Destacó que este aspecto sigue siendo relevante hoy en día, en un mundo donde los avances en biotecnología, inteligencia artificial y otras áreas de la ciencia plantean interrogantes éticas similares, como hasta qué punto un científico debe asumir la responsabilidad de sus descubrimientos o si es posible crear sin pensar en el impacto social.
Otra perspectiva es la psicológica, ya que Frankenstein, agregó la maestra Puebla Cadena, explora temas relacionados con las dinámicas familiares y la identidad. La criatura de Frankenstein sufre el abandono de su "padre" y, al no recibir un nombre ni una guía, se torna antisocial y violento. Este monstruo, que inicialmente busca amor y aceptación, es rechazado por su apariencia y termina vengándose de su creador y de la humanidad. Además, surge el tema de la paternidad responsable, evidente en el conflicto entre creador y criatura, que puede interpretarse como una alegoría sobre los padres que no asumen la responsabilidad de cuidar y guiar a sus hijos, lo que puede generar individuos marginados y alienados.
En términos sociológicos, Puebla Cadena abundó en que Frankenstein también aborda el rechazo social debido a la apariencia física de la criatura, lo que la convierte en un paria y la lleva a desarrollar un profundo resentimiento hacia la humanidad. Este aspecto se conecta con el fenómeno del bullying en la actualidad: el ser humano tiende a marginar a aquellos que son diferentes. El monstruo es una víctima del prejuicio social que lo empuja a la violencia, y aunque Shelley no justifica sus crímenes, ofrece una comprensión profunda de los factores que lo llevaron a cometerlos; la marginación y la falta de empatía social lo transforman en un asesino.
La charla concluyó con una reflexión sobre el legado de Frankenstein, una obra clásica precisamente porque aborda temas universales que siguen siendo relevantes en la actualidad. La novela plantea preguntas sobre la ética científica, las relaciones humanas y el rechazo social, temas que hoy continúan en el centro de debates sociales y tecnológicos, como la biotecnología y la inteligencia artificial, así como en los derechos humanos. Por último, la maestra Puebla Cadena remarcó que el poder de la narrativa de Shelley radica en su capacidad para trascender las barreras del tiempo, ofreciendo lecciones morales y sociales que siguen resonando en la conciencia colectiva. Con el avance tecnológico y la necesidad de responsabilidad en su uso, Frankenstein recuerda los peligros de la falta de control y la importancia de reflexionar éticamente sobre nuestras creaciones. Este clásico literario se mantiene como un faro en la discusión sobre los límites de la ciencia y la humanidad.